Esta noche a las 22:00 tendrá lugar uno de los duelos clásicos entre grandes de nuestra Liga. Fútbol Club Barcelona y Atlético de Madrid se encuentran en un cruce de caminos peculiar, pero interesante. Aunque sean segundo y tercer clasificado respectivamente, y aunque ambos se jueguen mucho, la distancia es de once puntos entre ambos y no compiten entre sí. La importancia del partido recae en el efecto que tendrá en la pelea de ambos con otros equipos por sus objetivos.
Ambos equipos llegan con una dinámica diferente a este encuentro. Contrarias además a su posicionamiento en Liga. El Barça arrancó este esprint final tras el confinamiento como líder con dos puntos de ventaja sobre el Real Madrid. Afrontaba estos últimos partidos con el objetivo de mantener esa posición privilegiada, pero, con tres victorias y dos empates en las cinco jornadas disputadas, se ve ahora con dos puntos menos que un Real Madrid vencedor en todos los partidos desde el reinicio de la competición. Por no hablar de la enrarecida situación institucional en la que prácticamente habita desde hace un tiempo y que afecta claramente al vestuario.
Por su parte, el Atlético de Madrid, que inició el confinamiento con el buen sabor de boca deportivo que le dejó la eliminación del Liverpool en Champions, parece haber sabido guardar ese buen momento durante la larga cuarentena. En estas cinco jornadas ha sumado cuatro victorias y un empate. Con estos resultados, ha pasado de una sexta posición desconocida y peligrosa para los del Cholo Simeone, a su habitual tercer puesto. Esta espectacular remontada se debe en parte a la irregularidad de sus contendientes, Sevilla, Real Sociedad y Getafe, que han perdido gran parte de la consistencia que mostraban antes del parón.
Llegan a este partido ambos equipos con algunas bajas. En el caso del local, son bajas ya conocidas, la de Dembélé, que se mantiene en su estado más habitual (el de lesionado) y la de Frenkie de Jong, al que le quedan, muy probablemente, al menos un par de semanas para su regreso. Aunque a Arthur no se le debe considerar baja, parece extraño que pueda jugar dado su acuerdo con la Juventus.
En el Atlético de Madrid, las bajas son algo más preocupantes, al menos por inesperadas. A la de Vrsaljko (como en el caso de Dembélé, la lesión es su estado más habitual), se suman las sanciones de Savic y Koke, derivadas del partido contra el Alavés. En un equipo como el Atlético, que desdeña la posesión del balón como objetivo, Koke es el que le pone sentido a esos momentos en los que tienen la pelota. Si bien el plan de Simeone en el Camp Nou no se va a basar nunca en controlar la posesión, sin Koke, en esos escasos momentos en los que maneje la pelota, van a encontrar menos calidad.
La baja de Savic, en principio, sería más fácil de cubrir, al disponer de cuatro centrales de calidad contrastada. El problema es que, quien sea el acompañante de Giménez, va a llegar un poco justo. Felipe, una de las revelaciones de la temporada, no ha jugado ni un minuto desde el regreso de la Liga por lesión, y Hermoso también fue baja ante el Alavés por molestias. Aunque ambos están convocados, ninguno está al 100%.
Si decíamos que los colchoneros llegaban en mejor dinámica a este partido, también tienen en sus filas al jugador de moda. Marcos Llorente arrancó su primera temporada con el Atlético de forma irregular. No terminaba de acoplarse al mediocentro de los de Simeone y empezaba a parecer que su rendimiento daba la razón a Zidane al permitir su salida. Los 40 millones de euros de su fichaje parecían una losa, un motivo de broma por parte de los madridistas, cuando poco antes del parón el técnico rojiblanco empezó a usarlo en diferentes posiciones. Empezó a partir de la banda derecha, con más proyección en ataque, y parecía funcionar gracias a su verticalidad y despliegue físico.
Entonces llegó el partido de Liverpool, donde saliendo del banquillo rompió el partido, anotó dos goles y dio la asistencia del tercero. Desde entonces, el retorno de la Liga le ha encontrado en posiciones de segunda punta. Rápido, con buen manejo de balón, viendo bien portería y en una forma física muy superior. En el partido de esta noche, con espacios por el predecible dominio territorial del Barça y dada su potencia, puede ser un hombre clave.
Planteada la disponibilidad de las plantillas, en el Barça todo apunta a once ideal. Formaría con Ter Stegen en portería; una defensa con Semedo (aunque Sergi Roberto ya está recuperado) y Jordi Alba en bandas, acompañados de Piqué y Lenglet en el centro. En la medular es fijo Busquets, casi seguro que estará acompañado por Vidal. Un tercer puesto que podría ser para Rakitic, Riqui Puig o Arthur, entre los que supongo que el croata será el elegido, dada la bisoñez del canterano y la futura marcha del brasileño. Los del tridente formarán a buen seguro: Messi, Suárez y Griezmann.
Simeone, con las bajas comentadas, deja alguna duda más en el once. Personalmente apostaría por Oblak en portería (eso está claro). Con Lodi (que se ganó el crédito para estos partidos grandes en Champions ante el Liverpool) en banda izquierda y Trippier en derecha (aunque no sería extraño que incluyese a Arias, más defensivo). En el centro apostaría a que usará a Felipe como acompañante de Giménez, dejando fuera a Hermoso.
En el centro del campo, Thomas es fijo en el mediocentro, aunque la ausencia de Koke puede hacer bailar algún puesto. Creo que le acompañará Herrera en el eje, con Saúl y Marcos Llorente en las teóricas bandas de la zona ancha. Aunque sería posible que entraran Vitolo o Correa en lugar del mexicano, en ese caso, sería Saúl quien acompañaría a Thomas. En ataque, Morata tendrá cerca a Joao Félix, que se moverá con libertad, intercambiando posiciones con Llorente.
Estaremos ante el habitual choque de estilos que suele darse en los partidos entre culés y colchoneros desde que llegó Simeone al banquillo atlético. En este caso, acrecentado por los roces de temporadas anteriores entre los dos técnicos. Esos pequeños dimes y diretes tan habituales entre Setién y los entrenadores que no comulgan con sus mismas ideas. Además, queda el pequeño morbo de que, tras perder ante el Atlético en Supercopa, cayó Valverde. Si mañana vuelve a vencer el visitante, no creo que suponga el despido del cántabro, pero tal vez le deje muy complicada su continuidad la próxima campaña.
Pero ojo. La displicencia, el bajo ritmo de juego, la poca credibilidad que se intuye en la plantilla hacia el cuerpo técnico, los pellizquitos que lanza Piqué... todo esto puede quedar eclipsado por la enorme calidad de la plantilla blaugrana. La necesidad acuciante de espabilar que supone el hecho de verse dos puntos por detrás del Real Madrid, les debería hacer centrarse en el objetivo.
Por su parte, el Atlético no debe confiarse. Su buen momento de forma y resultados le han hecho salir del lío en el que se había metido cayendo al sexto puesto. Pero no puntuar en Barcelona podría servirles a sus rivales para aproximarse en la clasificación.
Además, está la encrucijada que supone para muchos aficionados el hecho de que, ganando al Barça, prácticamente le pondría en bandeja la Liga al Real Madrid. Esto es algo que al aficionado medio colchonero no le hará mucha gracia. Pero que, desde luego, en el rendimiento de los profesionales no afectará en absoluto. Por otro lado, el Real Madrid juega esta jornada ante el Getafe, uno de los rivales del Atlético en la clasificación, por lo que podrían intercambiarse favores.
En conclusión, nos espera esta noche el partido más atractivo a priori de este postconfinamiento. Al menos en lo referente a la clasificación de cada equipo. Un partido de pronóstico incierto, en el que el Barça, por su gran calidad y por el apremio de la necesidad, debería ser favorito. Pero el estado de forma y la confianza con la que llega el Atlético puede nivelarlo.