Está perfectamente claro que Maradona ya eligió a Sergio Romero como su hombre de seguridad abajo de los tres palos. Quizá, su mayor mérito como seleccionador argentino, hasta el momento. El segundo par de guantes, en un principio, iría a parar a las manos de Andújar. Carrizo, de paso infructuoso por su periplo en Europa, parece haber perdido definitivamente su pasaporte mundialista, al ser suplente en el lastimoso Zaragoza. El tercer arquero sería un nombre del fútbol local. La carrera tenía a Campestrini y Pozo como vanguardistas, pero el nivel de ambos no está a la altura de sus méjores performances, las que los llevaron a usar el buzo nacional. Entonces, en la pelea por ser el tercer arquero, irrumpe en escena Gabbarini, el mejor custodio de vallas que tiene el actual campeonato.
Gabba es uno de los puntos más elevados que tiene el Independiente líder de Tolo Gallego, sino el más alto de todos. Hacía rato que en el fútbol argentino -desde Carrizo en el River campeón de Simeone- no se veía a un arquero que ganara puntos con sus voladas. Eso es justamente lo que le exige Gallego, que gane 7 puntos mínimo con sus tapadas. Y el arquero, que se bancó estar por detrás de sus compañeros de Inferiores Ustari y Assmann, respondió como para ser una de las figuras destacas del Clausura 2010 y el principal sostén del Diablo. Al ser, entonces, el mejor cancerbero del fútbol local y estar atravezando un campeonato impecable en su segundo certamen como dueño del arco, surge su lógica postulación.
Recibió apenas 11 goles en 15 partidos, contra los 20 que sufrió Pozo y los 24 de Campestrini. Fue la figura del Rojo cada vez que estuvo al borde de la agonía y respondió como arquero de equipo grande. Están los arqueros que se lucen cuando les patean 20 veces y sacan 15 pelotas fáciles, pero terminan vulnerados; y están los que se mantienen de pie en plena tempestad y salvan a su equipo. Gabbarini parece ser de la segunda cepa. Y pensar que casi se va a préstamo a Unión, en julio pasado, cuando estaban Assmann e Hilario Navarro. De ir a Sudáfrica, Independiente volvería a aportar un arquero a último momento, como en el último Mundial pasado cuando Ustari le ganó la pulseada a Lux.
¿Debería Maradona obviar el gran momento de Gabbarini y llevar a Pozo o Campestrini, dos que ya estuvieron en varias de sus convocatorias pero que hoy están abajo del hombre del Diablo?