Revista Cocina
El pasado sábado, después de siete meses de involuntario abandono, volvimos a ir a comer en nuestro restaurante preferido de por estas tierras alicantinas: El Xato, en la Nucia.
Pedimos el menú Tentaciones: snack de la casa, tres entrantes, plato principal y postre., con la idea de dejarnos sorprender por todo lo que fuese apareciendo por la mesa. No voy a centrarme en describir los platos y las sensaciones, ya que muchas veces he hablado de ellos, sólo destacar el canelón de salmón ahumado relleno de mostaza de encurtidos sobre base de guacamole, la impresionante carrillada cocinada a baja temperatura o el fantástico bacalao en costra de cerveza de níspero. Mejor que cualquier cosa que yo les pueda contar, es que vayan ustedes a probarlos.
Para acompañar el menú, y como los calores aprietan, propusimos a Francisco Cano, jefe de sala y encargado del apartado vinícola, acompañar el menú con champagne. Tras un vistazo a la carta, y a la vista de un Delamotte que me tiraba, y varios nombres desconocidos, dejamos que fuese el propio Paco quien eligiese el espumoso.
Apareció por la mesa con una botella de la que nos explicó que se trataba de un Brut Blanc de Blancs, elaborado sólo con el mejor mosto de uvas Chardonnay vendimiadas a mano; un 50% de ese mosto fermenta en barricas, de las cuales un 7% son renovadas cada año, mientras que el resto fermenta en depósitos de acero. Esta añada 2005 había tenido unos 40 meses de crianza en rima.
La cosa pintaba bastante bien, hasta que, mientras nos servía, y con una sonrisa, nos dijo: "está muy bueno y es muy interesante, la única pega es que no es champagne".
El nombre "champagne" sólo puede ser utilizado para los vinos espumosos elaborados en esta región francesa, por lo que los productores de vino espumoso de Sudáfrica eligieron el término "Méthode Cap Classique" para sus vinos. Méthode y Classique no dejan de sugerir el método clásico de elaboración del champagne, mientras que Cap apunta al origen sudafricano. Estos vinos son elaborados en todas las grandes regiones vinícolas de sudáfrica, habitualmente con Chardonnay y Pinot Noir, aunque también suela usarse Pinot Meunier, e incluso aportes de Chenin Blanc o Pinotage. También hay algún MCC tinto de Syrah y Pinotage.
Graham Beck es una de las bodegas más modernas de Sudáfrica, desde su trabajo en el viñedo hasta el marketing mundial de sus productos. Beck empezó a plantar sus viñedos en 1991 en una finca de 1850 Ha en Madeba Valley, en las afueras de Robertson, a la que fue añadiendo otros viñedos en Franschoek y Somerset West. Actualmente poseen en total unas 400 Ha de viñedo, entre Robertson y Stellenbosch, y elaboran más de 4,5 millones de botellas al año, entre vinos tranquilos tintos y blancos de distintas castas, y sus productos más famosos, los espumosos elaborados por el Méthode Cap Classique.
El vino con el que nos sorprendieron fue un Graham Beck Brut Blanc de Blancs Premier Cuvée 2005 (Robertson, Sudáfrica; espumoso Méthode Cap Classique 100% Chardonnay, Graham Beck Wines). Es un vino de color amarillo pajizo brillante, con un perlaje algo escaso, pero de muy fina burbuja. En nariz es un vino elegante, con muchas notas de pan tostado, avellanas y un sutil fondo floral y frutal. En boca es muy rico, cremoso, de buena presencia, con recuerdos frutales, carbónico bien integrado y muy refrescante.
Eché de menos un poco más de acidez (cosas de que Sudáfrica no es la Champaña, supongo) y me pareció un poco menos fino que otros blanc de blancs que he probado, como el de Pierre Gimmonet & Fils, el de Coutier o incluso el de Ruinart. Aun así me pareció un interesantísimo vino, digno acompañante de una comida completa, y para beberse más de una botella. Tengo que reconocer que, a ciegas, no creo que se me hubiese ocurrido decir que no era un champagne.