Ahora entiendo lo que debieron sentir por ejemplo las hermanas Tatín, cuando queriendo hacer una tarta normalita les salió sin querer la que ahora conocemos como la maravillosa tarta Tatín. Y es que yo quería hacer una simple mousse de mandarinas, seguí los pasos de la receta que saqué de una revista, pero no se leía bien la cantidad de mandarinas y las puse a ojo. El caso es que al rato de meter los vasitos a la nevera noté que en el fondo del vaso estaba todo el zumo de mandarinas y encima el resto de la mezcla y pensé que se había estropeado, pero cuando cuajó del todo la parte de abajo quedo como gelatina y la de arriba como mousse. Después de probarla y cerciorarme de que estaba buenísima, le cambié el nombre...y así nació la geli-mousse de mandarina.
INGREDIENTES200 ml. de leche evaporada350 ml. de zumo de mandarinas4 claras de huevo5 hojas de gelatina140 gr. de azúcar- Remojamos las hojas de gelatina en agua fría durante 5 minutos, después escurrir bien y reservar.- Calentamos en un cazo, sin que llegue a hervir la leche evaporada y añadimos la gelatina, removemos para que se disuelva bien y dejamos templar la mezcla.- Añadimos el zumo de mandarina.- Batimos a punto de nieve las claras con el azúcar, y las añadimos a la mezcla anterior con cuidado para que no se bajen.- Repartimos la mousse en los vasos que hemos elegido y los metemos a la nevera varias horas.- Notaremos que el liquido se queda abajo, pero ya sabéis que no pasa nada, solo que quedarán dos texturas.
Aquí se notan perfectamente las dos texturas: mousse y gelatina, y con un sabor a mandarinas riquísimo... o como dice mi hijo pequeño: " a marandinas "