El Twitter explotó con varios hashtags cuando se supo que Ariel Ortega, con 38 años, se retiraba del fútbol. Hinchas de varios clubes lo reconocían en 140 caracteres. Había mensajes de agradecimiento, elogios y hasta de emoción.
Ariel Ortega es símbolo de River. Siempre que se recuerde al Burrito se lo aparentará con la banda roja. Sin embargo, supo ganarse el respeto de los futboleros. El jujeño es fútbol personificado. Su gambeta marca registrada dio indicios que es un pibe de potrero. Aquel que alguna vez vino a Buenos Aires desde el norte del país y que tuvo una carrera notable, más allá de algunos vaivenes sobre el epílogo de su trayectoria.
ADIOS. Ortega, crack como pocos, se despidió del fútbol profesional.
El Burrito debutó en Primera División el 14 de diciembre de 1991 en un partido en el que River le ganó 1 a 0 a Platense. Desde aquella vez hasta hoy en día, Ariel ganó 7 títulos en Núñez: Apertura 1991; Apertura 1993; Apertura 1994; Copa Libertadores 1996; Apertura 1996; Clausura 2002 y Clausura 2008. Con la camiseta millonaria anotó 77 goles en 353 partidos. Todos números que lo pusieron como uno de los máximos ídolos de la historia riverplatense.
Si se habla de Ortega, también es inevitable nombrar a la selección argentina. Fue quien heredó la casaca número 10 de un tal Diego Armando Maradona. Disputó los Mundiales de Estados Unidos 1994, Francia 1998 y Corea-Japón 2002. Sin dudas, marcó una época en la Albiceleste. Tuvo su pico máximo en Francia, cuando fue figura de aquel plantel de Daniel Passarella. En dicho torneo, marcó dos goles ante Jamaica y tuvo una actuación espectacular en el choque ante Inglaterra por los octavos de final. Quizás se vio algo empañado por la tonta expulsión ante Holanda tras golpear al arquero Edwin Van der Sar. Sin embargo, su nivel había sido aceptable.
Ortega fue hombre de selección durante casi diez años.
Con la celeste y blanca, ganó la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Mar del Plata 1995 y la de plata en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996. Además, vistiendo esta camiseta marcó 17 goles.
Ariel también estuvo en el Valencia de España, el Parma (obtuvo la Supercopa de Italia en 1999) y la Sampdoria de Italia. Fueron tres años y medio en Europa entre 1997 y 2000, para luego retornar a River, su verdadera casa. En 2002, luego de ganar el Clausura con River y jugar el Mundial con la selección, volvió al Viejo Continente tomando la peor decisión de su vida: marcharse al Fenerbache de Turquía. Solo estuvo seis meses y se volvió a la Argentina incumpliendo su contrato. Una cuestión que le produjo una inhabilitación por parte de la FIFA de un año y medio.
Ortega fue campeón con Newell's en el Apertura 2004.
Cuando todo se resolvió, se puso la camiseta de Newell’s Old Boys a partir del Apertura 2004. Justamente en ese campeonato, se volvió a coronar campeón de la mano del Tolo Gallego como DT. Un recordado equipo con varias figuras como Justo Villar, Fernando Belluschi y Rubén Capria. En la Lepra estuvo hasta mediados de 2006, momento en el cual regresó por segunda vez a River.
Tras algunas recaídas, el nuevo comienzo con la banda no fue el mejor. De aquel año quedará el recuerdo de un golazo que convirtió de vaselina ante San Lorenzo por el Apertura 2006. Recién a mediados de 2007, Ortega volvió a ser Ortega: un gran semestre con grandes actuaciones, como en el Superclásico ante Boca, en el cual jugó de manera brillante tirándole un recordado caño a Gabriel Paletta y marcando un gol de penal. En ese semestre le faltó el título, algo que conseguiría en los primeros seis meses de 2008 con Diego Simeone como DT. El Burrito fue el capitán de aquel equipo que ganó el Clausura. El goleador fue Diego Buonanotte, pero él se encargó de manejar los hilos del equipo.
Ortega fue campeón por última vez en el Clausura 2008 siendo figura de River.
Sin embargo, una nueva recaída en su adicción al alcohol provocó que Simeone lo aparte del plantel para tristeza de todo el pueblo millonario. De allí se fue a jugar a Independiente Rivadavia de Mendoza en el Nacional B, para un año después regresar otra vez a River, donde esta vez no pudo conseguir títulos. De aquella etapa, quedará en el recuerdo algunos de sus tantos con dosis de magia como el que marcó ante Chacarita en el Apertura 2009 y uno al Everton de Inglaterra en un amistoso.
Tras un 2010 algo irregular, su fin en River se marcó en enero 2011. Un faltazo al primer día de pretemporada generó en que Jota Jota López (con el consentimiento del presidente Passarella) lo dejara afuera otra vez del plantel. Ese año se fue a jugar a All Boys el primer semestre. A mediados del año pasado, con el histórico descenso del Millonario, parecía que se le podía abrir una puerta. Sin embargo, Matías Almeyda tampoco lo quiso. A partir de allí, ya no mantiene relación con el Pelado, quienes supieron ser grandes amigos. Mucho menos con el Kaiser, su “padre” futbolístico.
Ariel con la camiseta de Defe en un partido ante River por la Copa Argentina.
Jugó la última temporada en Defensores de Belgrano. Por cosas del destino, le tocó enfrentar a River en la Copa Argentina, donde el Millonario se impuso 1 a 0 con gol del Chori Domínguez. Con la camiseta del Dragón disputó 23 encuentros y marcó 4 goles. Fueron sus últimas actuaciones. Tras rescindir el vínculo contractual que aún mantenía con River, decidió retirarse del fútbol a los 38 años. Se fue un talento. Uno de los grandes jugadores que sacó el fútbol argentino en los últimos 20 años.
Gracias por la magia, Ariel.
Grandes goles y gambetas de Ortega