Revista Cocina
No sé si es apreciación mía pero a través de la publicidad en distintos medios, fijándomepor pura curiosidad en las estanterías de las grandes superficies llego a la conclusión de que está en auge la tendencia al consumo de platos preparados o “casi” hechos para ultimar en el hogar.
Los actuales estilos de vida, cada vez más intenso, quizás sea uno de los factores que hacen del tiempo algo vital que repercute en la gastronomía, incluso en la alimentación. No cocinar, ahorrar tiempo incluso en ir a la compra, o tal vez la presión económica está incrementando el consumo de éste tipo de comidas.
Por supuesto no está en mi ánimo criticar los hábitos alimenticios de las personas que habitualmente consumen estos productos; solamente pretendo compartir mis experiencias en éste aspecto. Llego a la conclusión de que hay que saber qué comemos, o mejor dicho que nos dan a comer.
Siempre he procurado “sacar” tiempo de donde no lo tenía para realizar compras de productos de temporada y de productos locales, hechos éstos que me inculcaron mis padres, que me enseñaron a reconocer la temporada de los vegetales, de las frutas y sobre todo de los frutos de la mar (pescados y mariscos), la carne aunque reconozco el tipo de animal al que pertenece, me guio más por el carnicero, que sea de una total y absoluta confianza.
Últimamente los medios de comunicación las noticias de las calidades y tipos de carnes que están utilizando a la hora de hacer hamburguesas las grandes empresas dedicadas a tal fin, no solamente de baja calidad, sino también por los aditivos que le ponen a fin de inhibir el crecimiento de bacterias y mantener el color original, sino que están fabricando éste tipo de alimentos no sólo con elevadas cantidades de tendones y cartílagos en sustitución de carne de calidad, sino también de animales que probablemente con conocimiento de causa no comeríamos, bien por ética o incluso en muchos casos por motivos religiosos.
Mi conclusión es clara, quiero saber lo que como. Tanto es así que con las hamburguesas, albóndigas, etc. pido que me piquen en mi presencia la carne que compro. O bien, como en ésta ocasión, en la tranquilidad y seguridad de ver como la preparan en mi carnicería de confianza: Federico en el mercado central malagueño “Atarazana”, que me preparan las hamburguesas de buey.
Ideal para hacer a la plancha, aplanándola al máximo para que no se quede cruda interiormente y realizándole unos “cortes” no profundos tal y como se aprecia en la foto, salpimentándola previamente.
No tiene mayor secreto que la calidad de la carne en sí, no por ello menos cara, y un buen chorreón de aceite de oliva virgen extra (a ser posible malagueño, que sin menospreciar el del resto de Andalucia, son de una calidad excepcional).
Echar el aceite en una sartén o plancha cuando esté caliente poner la carne en ella, dejárla hacer por ambos lados al gusto.
Aconsejo la acompañen con un PURÉ DE COLIFLOR (en éste enlace pueden ver mi receta) y un huevo frito. Un plato bien completo y sano ¿no creen?.
¡¡ Buen fin de semana y si pueden, ya saben, disfruten de Málaga y de su gastronomía !!