Hamilton festeja su primera victoria de la temporada - Reuters.
La ambición de Lewis Hamilton (Stevenage, Reino Unido, 1985) no tiene límites. Es posiblemente el piloto más pasional y decidido de la parrilla, por más que ahora no cometa tantas locuras como en el pasado. Impulsos que le han hecho ser un coleccionista de sanciones de todo tipo y que le privaron de llevarse el Mundial en su debut, cuando coincidió con Fernando Alonso en McLaren. El curso siguiente lograría el que es su único título adelantando a Glock en los últimos metros de la última carrera, en Interlagos, donde Felipe Massa llegó a creerse campeón tras cruzar la meta. Desde entonces a Hamilton le ha faltado temple y regularidad: dos quintos puestos y un cuarto en la clasificación final son un balance muy pobre para su talento. E incluso la temporada pasada perdió el liderato del equipo en beneficio de Jenson Button, finalmente subcampeón. Pero Hamilton parece dispuesto a volver a ser el primer piloto de McLaren y a ganar su segundo Mundial con actuaciones como las de Canadá, donde se sobrepuso a dos pasos por el pit stop con susto –uno por su culpa y otro por la confusión de sus mecánicos– y supo recuperar el tiempo perdido en la pista superando a Sebastian Vettel primero y a Fernando Alonso después. Con la tercera victoria de su carrera en Montreal Hamilton se convirtió en el séptimo vencedor diferente en otras tantas carreras disputadas en un curso más imprevisible que nunca por la prohibición de los difusores soplados y lo particulares que son ahora los Pirelli. El británico suma 88 puntos, dos más que Alonso, perjudicado por la estrategia de hacer una única parada de Ferrari, que valoró que el rival a largo plazo va a ser Vettel –cuatro en el Gilles Villenueve–. Alonso fue perdiendo fuelle y vio cómo en las últimas cuatro vueltas se despedía del podio, superado por Grosjean, segundo, Checo Pérez, tercero, y el propio Vettel. Le recordaron a Hamilton que se cumplía el quinto aniversario de su primera victoria en la Fórmula 1 y que también había sido en el mismo circuito en el que acababa de lograr la 22ª: “Lo estoy pensando. Es una efemérides especial. Ésta es una de las mejores carreras que he corrido nunca”. El británico, genial para clavar los tiempos mientras sus rivales cambiaban las gomas, se acordó de sus fans, que le han enviado mensajes de ánimo para apoyarle en este tiempo. “No te tenía tan lejos, eh”, le dijo Grosjean, al que, al contrario de Alonso, le vino de perlas hace sólo una parada. La solución que escogió también Sauber con Pérez, capaz de remontar del 15º al tercero: “Ojalá podamos continuar este camino”. Algo a lo que aspira Ferrari, que ha mejorado las prestaciones del F2012, pero que erró la estrategia con Alonso y lamentó la equivocación de Massa, que hizo un trompo y pasó de rodar quinto tras haberse deshecho por persistencia de Rosberg a rodar 12º. Felipinho se repuso de la equivocación y se colocó quinto, antes de que Pérez y el propio Rosberg le pasasen con facilidad, y de volver a pasar por boxes. Massa fue décimo. Peor le fueron las cosas a Button (16º), que partió con los neumáticos duros y tuvo que hacer tres paradas, o a Michael Schumacher, que tuvo que abanadonar por tercera vez consecutivo por problemas en el alerón trasero. Mark Webber, vencedor en la prueba anterior, en Mónaco, sólo pudo ser séptimo. Así es este Mundial sorprendente que domina Hamilton, que está decidido a encontrar la regularidad.