Qué privilegio, de nuevo nos han regalado mangos pequeños y antes que se dañen, trituré los mangos y guardé la pulpa en la nevera para una ocasión como esta. La receta dice diez o doce piezas de mango pequeñas pero sinceramente utilicé una enorme cantidad de mangos que trituré en su momento y que los utilicé totalmente, razón por la cual quedó muy concentrado y apetitoso, tanto para mi marido como Orio, el catador de dulce en casa.
Ingredientes:
- Diez o doce mangos pequeños.
- 200 mls de leche condensada.
- Dos yemas de huevo.
- 300 mls de nata líquida.
Pelar y retirar de los mangos la piel y las semillas y triturar en la batidora hasta formar una jalea. Reservar. Batimos en un robot de cocina la leche condensada junto a las yemas de huevo hasta quedar cremosa y blanquecina. También reservar. Montamos la nata y con ayuda de una espátula lo agregamos a la mezcla de la leche condensada y huevo. Por último, añadimos la jalea de mango y mezclamos con una espátula hasta unir. Colocar en un bol o tupper profundo con tapa y llevar al congelador, tomando en cuenta mezclar cada hora hasta cuatro veces para no cristalizar y mantenga el aspecto cremoso. Una vez pasado las cuatro ocasiones para mezclar, dejar definitivamente en el congelador hasta su consumo. Como no tengo heladera, os comento esta manera sencilla y casera. Muy fácil. Lo serví adornando con un poco de coco rallado, nueces picadas, menta y una fresa de mi jardín.
Regalo de mis primas bellas.