Voy a ir al grano: he disfrutado como un enano de la última entrega de “Hellboy”. El llevar unas cuantas lecturas de tebeos a cuestas hace que en muchas ocasiones la capacidad de sorpresa y maravilla ante un tebeo de género desaparezca. Se le ven las costuras a la historia, resultan predecibles los argumentos, se identifican tópicos que con acierto o no recuerdan a lecturas anteriores…Lo tengo asumido como cosas de la edad y la lectura casi ininterrumpida pero de vez en cuando me encuentro tebeos como esta última entrega de “Hellboy” publicada por Norma Editorial que me dejan anhelando una nueva entrega como cuando era chavalillo. Os cuento.
Mike Mignola ofrece en esta miniserie una atractiva historia a pesar de no hacerse cargo de los lápices incorporando realizando interesantes revelaciones sobre el misterioso origen de Hellboy y añadiendo elementos a desarrollar en futuras entregas que dejan al lector con ganas de más. Mignola a partir de un ecléctico uso de referencias que tienen como punto principal el folklore de las islas británicas y los mitos artúricos ha creado en su “opera prima” un universo rico y atractivo para el lector al que poco a poco va dotando de una mayor cohesión a través de las aventuras de su personaje fetiche que no deja de crecer. A pesar de no hacerse cargo de los lápices en esta ocasión a cargo del ya habitual en la serie Duncan Fegredo eso no afecta a la calidad artística de la historia ya que el estilo del dibujante británico, colaborador habitual de guionistas como Grant Morrison o Peter Milligan, encaja perfectamente con el universo gótico y tenebroso “Hellboy” y en estas entregas está realizando los mejores trabajos de su carrera, perfectamente secundado por un Dave Stewart que en obras como esta demuestra porque es uno de los mejores coloristas que actualmente trabajan en el cómic norteamericano reforzando con su uso del color la s transiciones y la capacidad narrativa de Fegredo.

En definitiva, me lo he pasado pipa con este nuevo “Hellboy”, una serie que no solo mantiene el nivel sino que poco a poco va a más conforme Mignola mejora sus capacidades como guionista. Ojalá no se demore demasiado la próxima entrega.