Soy muy crítico con el hecho
de que en una ciudad como Madrid, la
más poblada de España, sea dificilísimo encontrar vino de Madrid, de hecho es muy difícil encontrar algo diferente al
consabido Rioja-Ribera-Rueda.
Ojo, no se trata de defender
el consumo local, yo no estoy en eso, estoy en la lógica, en la riqueza gastronómica
y en el sentido común.
En la cena de Canal Cocina del viernes pasado, alguien, de fuera de
Madrid, comentó que había comido muy bien en un famoso local de la ciudad y
acompañó las tapas con un Rioja,
nada que objetar, pero pregunté si no se le había pasado por la cabeza pedir vino de Madrid y contestó que no, que
de hecho se lo ofrecieron, pero prefirió el Rioja.
No me malinterpretéis, no me
parece mal que eligiera el vino que le dio la real gana, yo soy el primero que
defiende eso, pero a la vez, reclamo una actitud más abierta y curiosa; a mi me
aburre beber o comer siempre lo mismo.
Mi padre ha viajado mucho por
ocio y por negocio y tenía como afición probar el pan y el vino de cada nuevo lugar que conocía porque pensaba que
decía mucho de la tierra. Y estoy completamente de acuerdo.
Cuando voy a una ciudad nueva
pruebo el vino del lugar y no tengo problemas en encontrarlo y disfrutarlo,
porque a día de hoy, afortunadamente, hay buen vino en muchos sitios.
Y es aquí dónde me surge el conflicto,
¿por qué puedo ir a León y elegir
beber vino del Bierzo, de Toro, de la Ribeira Sacra, Albariño, Rueda… y sí, por supuesto, Rioja
o Ribera? ¿y sin embargo no puedo
hacerlo en Madrid?.
Es muy madrileño presumir de
que en nuestra ciudad hay de todo. Pues no, no hay vino de todos los lugares
que debiera.
Y entonces, cuando cuento
esto, la gente me suele decir: es que el vino de Madrid que voy a pedir va a
ser peor que el Rioja… ¿Seguro?, ¿el
hecho de que sea Rioja significa que
va a ser un gran vino?, ya contesto yo: NO, que se lo pregunten a los
peregrinos del Camino que son
sistemáticamente envenenados con vinos indescriptibles a su paso por la Rioja
En fin, que me enrollo, que os
propongo ser curiosos y probar vinos de otras denominaciones y sobre todo de
los lugares nuevos que visitéis y que si en el bar al que vais no tienen el
vino que queréis, pedir que lo compren.
Y aprovechando la ocasión, os
comento que hasta el domingo, tenéis tiempo de pasaros por el barrio de Conde Duque (lugar tabernario por
excelencia) y aprovechar la I Semana del Vino de Madrid para acudir a los
locales de la zona a tapear con vino de Madrid y descubrir que los hay muy
buenos. De hecho, nada más y nada menos que 34 establecimientos han elaborado
una oferta gastronómica ad-hoc para acompañar a vinos de 14 bodegas de Madrid.
¿Te lo vas a perder?