White Wizzard
Jake Dreyer (White Wizzard)
Pero la ocasión de ver a los Iced Earth en directo no se me iba a escapar de ninguna de las maneras. Dicho y hecho: aunque no puede llegar a tiempo para escuchar a los primeros teloneros de la noche -el trío británico Fury UK- sí que estaba allí para presenciar la descarga de heavy metal de White Wizzard, una banda californiana relativamente nueva -se formaron en Los Angeles en 2007- que tienen un estilo particular a caballo entre la NWOBHM y el power/speed metal americano, introduciendo incluso en ocasiones amagos de voces guturales. No sonaron nada mal y supusieron un buen calentamiento para el plato fuerte de la noche, y destacaria el tema Iron Goddess of Vengeance (escuchadla aquí), una canción musicalmente densa y sorprendente en la que se atisba bastante potencial para seguir haciendo cosas interesantes en el futuro. Les seguiré la pista...La nueva formación de Iced Earth con Stu Block (izquierda)
El gran Jon Schaffer
Poco después de que los White Wizzard finalizaran su actuación, y después de unos veinte minutos de preparación del escenario por parte de los pipas, llegaba el turno de Iced Earth, banda mítica donde las haya con 20 años de carrera a sus espaldas, algunos discos realmente memorables -Something Wicked This Way Comes, publicado en 1998, me parece una auténtica joya- y una novedad en las voces: el canadiense Stu Block, ex-vocalista del grupo de death metal progresivo Into Eternity y cantante que sustituye a Matt Barlow, que ya dejó la banda temporalmente en 2003 -para iniciar una carrera como oficial de policia después de los atentados del 11 de septiembre en los EE.UU.- y que este verano lo hizo de manera definitiva. Ante el cambio de frontman y el reciente lanzamiento de su último disco, en el que Block ha colaborado a la hora de escribir buena parte de las letras, la gente estaba realmente expectante, ansiosos por saber si el nuevo vocalista conseguiría hacernos olvidar al mítico Matt Barlow.Stu Block ganándose al respetable a base de bien
En ese sentido, su último disco -el ya mencionado Dystopia- empezó a despejar las dudas a finales de octubre y esta gira europea está confirmando varias cosas: en primer lugar, es un gran disco, posiblemente el mejor de Iced Earth desde Something Wicked This Way Comes. En segundo lugar, está claro que Matt Barlow es insustituible ya que es una de las grandes voces en la historia del metal, pero Stu Block es un cantante a tener muy en cuenta, con una amplia variedad de registros y capaz de llegar donde otros no pueden. Si apuestan de verdad por él y le dan continuidad, puede convertirse en una referencia vocal del género.Stu Block
Arrancaba el concierto con el primer single del nuevo disco, titulado también Dystopia, un tema destinado a abrir conciertos con esa intro totalmente épica y marcial. La canción que constituye una excelente carta de presentación de los nuevos Iced Earth con Block en el micrófono. Tras esta declaración de intenciones, la banda descargó un par de temas clásicos: la apocalíptica y excelsa Angels Holocaust -que destila riffs ochenteros y totalmente trashers por los cuatro costados- y Slave to the Dark, que constituye un sincero y oscuro homenaje a Iron Maiden, banda que sin duda alguna ha influido de manera decisiva en determinados momentos de la trayectoria de Iced Earth. Con V -basado en el cómic y posterior film V de Vendetta- demostraron que su nuevo disco es un albúm a tener en cuenta. Stand Alone trae de nuevo riffs totalmente trashers y un estribillo poderoso, antes de que When the Night Falls llegue uno de los puntos álgidos de la noche con una canción que discurre de menos a más hasta acabar de manera épica. Damien es la única canción que rescataron de su disco Horror Show -homenaje a personajes clásicos del cine de terror- y la verdad es que consiguió teñir el concierto con un aura apocalíptica gracias al tono oscuro y a los coros del comienzo y del final.Dark City es otro tema de su último disco basado en la película homónima de Alex Proyas (Dark City, 1998). The Last Laugh -canción metalera donde las haya con un doble bombo trepidante y un Schaffer mortal a la guitarra- supuso toda una sorpresa, pues es un tema poco dado a ser interpretado en directo. Anthem intentó, valga la redundancia, convertirse en el "himno" de la noche, pero ese honor le estaba reservado a una de mis canciones fetiche de Iced Earth: Declaration Day, un temazo que destila un aroma a la Guerra de Independencia de los EE.UU. y que, en mi opinión, si que es un himno en toda regla. Brutal canción y momento cumbre de la noche para mí, junto con el tema con el que arrancó el concierto. Después llegó otro tema de su más reciente albúm: Days of Rage, que sirvió para pisar el acelerador y preparar al respetable para los bises. El primero de ellos fue Dante's Inferno, una oda musical de más de 16 minutos en la que Iced Earth dejan claro que cuando quieren también pueden asomarse al más oscuro y tenebroso de los rincones, describiendo lo que el mismísimo Dante sentía al cruzar cada uno de los nueve Círculos del Infierno. Quizás un tema ligeramente farragoso y denso para un directo, pero aún así, disfrutable. Tras este largo viaje, cerraron el concierto y la noche con Iced Earth, el primer tema de su primer albúm y canción que sirve para poner nombre a la banda. Un buen fin de fiesta que acabó con el grupo abrazado en el centro del escenario agradeciendo la entrega del -poco- público que se dió cita para la ocasión.
Iced Earth: realmente grandes!
A pesar de que eché en falta temas clásicos como I Died for You -del disco "The Dark Saga"- o Burning Times, Melancholy, Watching Over Me y My Own Savior -todas estas del "Something Wicked This Way Comes", del que ya dije anteriormente que se me antojaba disco imprescindible en este mundo del metal- los de Tampa (Florida) demostraron el por qué de esos veinte años de carrera y de esos diez discos de estudio a sus espaldas: Iced Earth son, sin ninguna duda, referente del heavy y trash metal no ya nortamericano, sino mundial, y la incorporación del nuevo vocalista les ha supuesto toda una inyección de fuerza y un rejuvenecimiento inesperado. Lo dicho: otra muesca más -ésta de nivel- en la culata...