Documental sobre Ignasi M., un museólogo que vive una vida ante la cual muchos ya se habrían rendido: perdió su trabajo, el banco le ha quitado su casa, su ex mujer se ha hecho lesbiana, su padre ha intentado suicidarse y él mismo acaba de descubrir que es gay seropositivo. Podría abandonarse y lamentarse de ser la persona con más mala suerte del mundo; pero, en lugar de eso, Ignasi M. -bajo la dirección de Ventura Pons- nos da una lección de superación, coraje y mucho, mucho sentido del humor.
Calificación: 4,919.
Tráiler de la Película
Ficha:
Título Original: Ignasi M.
Director: Ventura Pons.
Guionista: Ventura Pons.
Intérpretes: No hay actores (Documental), Ignasi Millet.
Productor: Ventura Pons.
Fotografía: Andalu Vila San Juan.
Música:
Montaje: Marc Matons.
Diseño de Producción:
Diseño de Vestuario:
País: España.
Lugares de Rodaje: Londres (Reino Unido); Provincia de Barcelona (España).
Fechas de Rodaje: De 24-02-13 a 26-07-2013.
Año: 2013.
Duración: 87 minutos.
Edad: No recomendada para menores de 7 años.
Género: Biográfica, Documental.
Estreno: 31-01-2014.
Distribuidora: Alfa Pictures, S. L. U.
WEB Oficial: Web Oficial de la película en España, Sitio Oficial.
Espectadores: 487.
Recaudación: 2.516,14 €.
Crítica:
20-02-2014 – ANTÓN MERIKAETXEBARRIA
Vida de héroe
El cine documental vive una pujante etapa creativa, en contraste con otros géneros, del que es buen ejemplo este insólito documental del cineasta catalán Ventura Pons, autor asimismo de “Ocaña, retrato intermitente” (1978) y “El gran Gato” (2002). En “Ignasi M.” se centra en la figura del polifacético personaje Ignasi Millet: un homosexual aquejado del virus del sida, cuya empresa ha quebrado, su padre vive actualmente en una residencia de ancianos, sus dos hijos son okupas en Londres, su exmujer sobrevive en una silla de ruedas y él mismo forma parte de toda una serie de ensayos clínicos en relación con el tremebundo mal del siglo XX.
A pesar de todo ello, la vitalidad, el valor, la conciencia social y el sentido del humor no abandonan en ningún momento al protagonista de la película, dispuesto a demostrar que muchos hombres mueren de sus remedios, no de sus enfermedades. Asimismo, “Ignasi M.” evita con muy buen criterio el sentimentalismo llorón, el pesimismo autodestructivo y el azucarado mensaje prosélito, al tiempo que se decanta por la autoparodia y el gusto ‘camp’, hasta el punto de solicitar una carcajada a pleno pulmón por parte del público espectador.
La energía de Ignasi se transmite al espíritu de un documental que es a la vez un impúdico retrato de familia y un análisis de la persistencia de la lucha del protagonista en la Barcelona de ahora mismo. La sinceridad de la cámara de Ventura Pons se manifiesta en la forma distendida de acercarse a ese ser humano sin trampa ni cartón, devorado físicamente por un virus asesino. Aunque psíquicamente se muestra tan simpático como optimista, con lo cual la lucidez mental y sentimental queda fuera de toda duda. Honesto y necesario, este documental filma al personaje con evidente desparpajo y consigue que “Ignasi M.” logre el milagro que, desde la pantalla, le convierte en persona.