Primero os tendréis que decidir sobre qué tipo de leche queréis usar.Yo escogí hacer el kéfir de leche pero también tenéis el kéfir de agua.Se puede elaborar con leche de vaca, de oveja y de cabra;cada uno tendrá un sabor diferente y propiedades diferentes.
- Kéfir de leche de vaca: es muy rico en ácido fólico y cobaltina.
- Kéfir de leche oveja: destaca por su contenido en calcio, hierro, niacina y yodo.
- Kéfir de leche de cabra: tiene un alto contenido de vitamina D.
- Sistema respiratorio: se recomienda para diversas infecciones de las vías respiratorias.
- Aparato digestivo: para los ardores de estómago, gastritis, úlceras estomacales, estreñimiento.
- Enfermedades cardiovasculares: angina de pecho, infarto de miocardio, arteriosclerosis.
- Períodos de convalecencia, debilidad o de agotamiento.
- Tratamiento de cáncer: especialmente en el cáncer de mama y en el cáncer de colon, gracias a las bacterias de ácido láctico que contiene y que activan el sistema inmunológico para que el cuerpo pueda luchar contra las células cancerígenas.
- En casos de déficit de Vitamina B, deficiencias del sistema autoinmune, uñas quebradizas, trastornos visuales, inapetencia, anemia, osteoporosis.
NOTA:Si queréis ver más información o si estáis interesados en comprar el kéfir lo podéis conseguir aquí.