Muestra un precioso color amarillo dorado intenso, limpio y brillante. Atractivo.
Nariz compleja con muestras de crianza biológica (salina, miga de pan, frutos secos) y recuerdos oxidativos (barnices). Aporte de la albariza, maderas de alhacena "nobles" y yema tostada.
En boca es largo, untuoso, elegante y sápido. Excelente exponente de una manzanilla pasada con una retronasal compleja en el que se muestra una perfecta unión entre el recorrido biológico y el oxidativo.
¡Una verdadera joya!
Normalmente me encanta disfrutar este tipo de vinos en tiempos otoñales o invernales ya que los considero como vinos de reflexión -y no es que no lo haga en otras estaciones-, pero con 16% de vol. acompañan mejor con temperaturas más de rebequita. En todo caso estoy disfrutando con esta maravilla en pleno verano castellano y cuando empiezan las temporadas de canícula, luego no hay nada escrito.
No tengo que decirles que si se cruzan con este vino, no dude en agarrar fuertemente la botella y disfrutarla, porque es para hacerlo sorbo a sorbo.
Disfruten y ¡ carpe diem!
Fotografía de cabecera de Equipo Navazos. Foto de vino en copa: autor.