Voy al paso, pero dispuesto a no permitir que pase otro sábado sin nuestra popular y tan querida sección en la que cantamos penas y glorias. Pero el día de hoy vamos de la mano del exceso, y por eso traeremos a sonar por aquí, ya dejada la resaca atrás hace por lo menos cinco copas, al rey de las noches eternas, al maestro de maestros, Charly García. Un hombre que no necesita presentaciones, y al que le basta un teclado para demostrar que dios no existe. El tema de esta noche es de los más grandes, además: No llores por mí, Argentina, clásico entre los clásicos, con copa en alto y puñal en el pecho. Con todo mi cariño, por supuesto. Ahora me largo, que la noche llama, y los dejo con Mr. García. Ahí sobran mis palabras.