Hoy, la agónica ciudad de Lima se retuerce bajo un sol de esos que hacen pensar que este año el verano se viene más decidido que el anterior. Y, como hay buen clima, como para cervezas y cevichito, pues vamos a ponernos algo alegre para acompañar nuestro sábado, ¿no? Pue bien: no me ha costado mucho decidirme por este maestro del escpectáculo, este verdadero "showman" que, por si fuera poco, hace unas canciones (y versiones) extraordinarias y muy, pero que muy divertidas, con voz lijosa y saxofonistas rubias. Rod Stewart es, de un tiempo a esta parte, el verdadero rey de ese género tan poco comprendido, a veces, pero a la vez tan genial que es el pop-rock, de paso que de la impostura más irreverentemente elegante que quepa imaginar. Claro que hasta ahora yo no dejo de preguntarme cómo un galán como este, que no parece haber sabido jamás lo que son las sábanas frías, tiene la concha de cantar una canción como Some guys have all the luck; aunque claro que, a fin de cuentas, lo que de verdad importa es que la canción le sale genial. La dejo, pues, sonando en la rockola de los sábados, en la versión en vivo de su actuación en el Royal Albert Hall de hace unos años, que incluye como "Bonus Track" esa vieja maravilla que es Addicted to love (esa sí que la canta con todo derecho, el muy cabrón). Y a ver qué nos cae encima cuando se levante la luna.