Como un especial navideño, adelantamos nuestra sección de los ´sabados y la echamos a correr hoy, viernes 24 de diciembre, como para ir calentando motores (y en vista a que voy a estar dos días fuera de Lima, de paso). Y, como andamos de fiesta, he traído de las tinieblas a ese maestro de maestros, verdadero "hijo de la derrota y el alcohol", y que nos ha dejado por la puerta por la que salen los de su especie, esa a la que se llega echándose abajo una o dos paredes: hablo de Rory Gallagher, uno de los hombres que hicieron del blues lo que es hoy el Blues, aunque sea irlandés en lugar de negro, porque para la música, como para la navidad y las borracheras, da lo mismo qué o quién seas. Gallagher, que murió hacia mediados de los noventa, después de una operación de la que sacó un nuevo hígado (el otro ya había pasado a mejor vida, imaginarán por qué), justo cuando estaba recuperándose del intercambio. Y, para que no olvidemos de qué se trata en el fondo la navidad, he elegido una canción... eh... "ilustrativa", por así decirlo; ¿o acaso preferían un villancico? Porque si es así, me avisan y les pongo la de los niños cantores. Pero oigan, que es nochebuena, así que quedan invitados a dejar correr la canción y levantar las copas. En todo caso, supongo que no queda más que hacer, por el momento, que desearles una muy feliz navidad, y un resacoso año nuevo.