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Ya sabéis que la base de la revista es dar un pequeño repaso con las novedades que presentaban las listas de éxitos que he ido confeccionando desde hace cincuenta años. Cada nuevo número empezamos por la lista actual de cada semana y a continuación seguimos viajando hasta las listas de hace 50, 40, 30, 20 y 10 años. Todos los éxitos de la música desde el año 1967 irán apareciendo por aquí.
Junto a las listas distintas secciones a cada cual más recomendable. En “Los Pioneros” rememoramos la música y los artistas que inspiraron a todos los que vinieron después. Nuestro póster, a doble página en el centro desmenuza cada semana un disco que fue, es y será muy grande. En la sección “También es Música” le damos cabida a esas canciones y esos artistas que a su manera también han tenido protagonismo, en muchas ocasiones de manera inesperada. Y la contraportada es el colofón con noticias de actualidad musical, efemérides y música española.
Echándole un vistazo a la portada de cada día os podéis hacer una idea del contenido de la revista. Junto a cada fotografía hay un texto que contiene un link que te lleva directamente a la página en cuestión, pero yo os recomiendo ir por orden, ir leyendo desde el principio al final porque la música lo merece. Y recordad que siempre estaré abierto a cualquier crítica, consejo, sugerencia o petición que vosotros, Graminoleños, me hagáis.
NUESTRA PORTADA
LA LISTA DE LA GRAMINOLA
Está claro que cualquiera artista y cualquier grupo, sobre todo si su trayectoria es larga, muestra cierta evolución en su manera de hacer música a lo largo del tiempo, pero siempre desde una lógica de mantener su esencia primaria. Sin embargo hay ocasiones en las que ese refrán que dice aquello de “quien te ha visto y quien te ve” se cumple a rajatabla. Esa es la sensación que yo tengo con el artista que nos trae la única entrada que presenta la lista graminoleña de esta semana.
Me estoy refiriendo a Melendi quien hace ya 15 años irrumpió en el panorama musical español como un trueno, con una música atractiva y llamativa y convirtiéndose en poco más o menos que en el rebelde oficial de la música española. Desgraciadamente, con el paso del tiempo más que una evolución ha ido sufriendo una auténtica mutación pasando de ser ese “macarra” capaz de montarla en un avión adornado con sus rastas a cortarse el pelo y terminar más cerca de Bisbal o Bustamante a la hora de hacer música. Creo que le hemos perdido definitivamente.
Hace un par de meses publicaba un nuevo álbum bajo el título de “Ahora” y como primer sencillo ha elegido una canción que peleará por hacerse con ese título honorífico de canción del verano. Para la ocasión se ha hecho acompañar del colombiano Carlos Vives, figura número uno del ballenato, para dar como resultado una canción que habla de lo maravilloso que es vivir y todas esas cosas y cuyo videoclip se ha grabado en tierras colombianas en el barrio en el que Vives se crió cuando era niño.
Como ya os digo ahora tenemos un Melendi que se atreve a estas colaboraciones y a parecer ese yerno que cualquier madre querría tener. Lejos están esos tiempos en los que hablaba de drogas y pasarlo bien a ritmo de rumbita asturiana. Me pregunto que será lo siguiente, ¿un disco de reggaetón? Todo se andará.
LOS PIONEROS
La sección que semanalmente le dedicamos a esos grandes pioneros de la música es en el día de hoy bastante especial. Y es que cualquiera de los estilos musicales que hemos vivido, vivimos y viviremos han tenido, tienen y tendrán a esos artistas que dieron los primeros pasos para explorar nuevos terrenos musicalmente hablando. De esta manera, un estilo tan de moda como la música electrónica que tanto se lleva en la actualidad tuvo su precedente más absoluto en el tecno-pop o synth-pop de los 80. Al mismo tiempo, este estilo tuvo sus propios pioneros, esos grupos que dieron los primeros pasos con la música de sintetizadores para organizar una auténtica revolución. En este sentido, los protagonistas de esta sección de hoy pueden considerarse como los auténticos padres del tecno.
Pongámonos en antecedentes. De todos es sabido que la explosión definitiva del tecno llegaría en la dédada de los 80, pero lo cierto es que los primeros pasos en este estilo se dieron 30 años antes. Las por aquel entonces nuevas tecnologías comenzaron a utilizarse también en el aspecto sonoro y de ahí darían el salto al panorama musical, siendo la verdadera cuna de esta manera de hacer música, Alemania. Allí surgió una corriente de investigación para aprovechar la electricidad para hacer música y comenzaron a aparecer los primeros sintetizadores, aunque bastante rudimentarios, siendo el primero en ahondar debidamente en este estilo un compositor aleman que atendía al nombre de Karlheinz Stockhausen, verdadero creador de la música con estos artilugios.
Según fueron pasando los años, las investigaciones fueron obteniendo resultados satisfactorios y se creo en el país germano una corriente denominada “Krautrock” que fue ganando bastantes seguidores y en el que se combinaba el sonido de los instrumentos tradicionales con la música que salía de los teclados de los primeros sintetizadores construidos para este efecto. Estábamos ya en en la década de lo 60 y podría decirse que había nacido el synth-pop en toda su extensión.
Supongo que a estas alturas muchos de vosotros ya sabréis cual es el grupo que va a protagonizar estelarmente la sección pionera de “La Graminola” del día de hoy. Si hablamos de música electrónica hecha con sintetizadores hecha en Alemania en la década de los 70 estamos hablando de los inigualables “Kraftwerk”, que nos visitan en el día de hoy como auténticos pioneros en la materia para ofrecernos tres de sus clásicos más emblemáticos. Podríamos decir que nos encontramos ante los padres del tecno-pop de los 80 y ante los abuelos de la música electrónica de hoy en día. Todo un lujo.
THE ROBOTS
El grupo surgió gracias a las inquietudes que dos jóvenes estudiantes de música llamados Ralf Hutter y Florian Schneider mostraron hacia la música hecha con sintetizadores. Experimentaron, innovaron y perfeccionaron su estilo hasta dar cuerpo a una banda que iba a revolucionar la música con su talento y abrir una nueva vía de hacer música que sería una de las grandes triunfadoras de la década de los 80. Habían nacido Kraftwerk y con ellos había nacido el synth-pop o tecno-pop.
La manera de hacer música de este grupo llamó poderosamente la atención desde el primer momento. Sus teclados arrojaban sonidos y efectos nunca escuchados antes, su imagen era a veces futurista a veces tradicional y elegante pero siempre fría, casi monótona, y su manera de cantar parecía artificial interpretando sus canciones tanto en su lengua natal, el alemán, como en inglés. En este sentido, cuando cantaban en este último idioma lo hacían marcando casi exageradamente su acento alemán para mostrar otra seña de identidad que nadie más podía mostrar. Parecían fríos y artificiales pero lo que eran capaces de producir con sus teclados y sus talentos les convertían en unos auténticos genios.
Con todas estas premisas no es de extrañar que uno de los temás que más les fascinara fuera el de la robótica y, por consiguiente, uno de los clásicos más conocidos de su carrera abordara esta temática. Muchos hablaban de que ellos mismos estaban robotizados y lo cierto es que no iban demasiado desencaminados como ahora os contaré. Pero antes os ofrezco disfrutar de “The Robots”, en aleman “Die Roboter”, un tema del año 1978 incluido en uno de sus álbumes más reconocidos como es “The Man-Machine”.
Otra de las grandes señas de identidad de este grupo es la espectacularidad de sus actuaciones en vivo. Los juegos de luces y las imágenes que se proyectan en pantallas gigantes son impresionantes, pero la parafernalia que ofrece la interpretación en directo de precisamente este tema roza la perfección. Cuando empiezan a sonar las primeras notas de esta composición en directo, las luces se apagan y la banda desaparece del escenario. En su lugar empiezan a aparecer robots con su misma apariencia que comienzan a tocar la música. Son robots imcompletos que poco a poco van tomando forma. Durante la transformación la música no para de sonar y el bombazo finar llega con una cortina que se corre para mostrar al grupo tocando sus teclados transformados totalmente en robots. Mágicos, geniales, únicos.
THE MODEL
He de reconoceros que dentro de la discografía de Kraftwerk mi álbum preferido es precisamente “The Man Machine”. Creo que es el que condensa toda la esencia de su música y es una especie de catecismo del tecno en el que se verían reflejados de algún modo todos los grupos y artistas que durante los 80 abrazarían este estilo. Entender la música hecha con sintetizadores sin este disco es prácticamente imposible.
El álbum en si es una joya, pero dentro de las canciones que lo integran hay una que creo que es el santo y seña más auténtico de la música de Kraftwerk. Una composición con una melodía de esas que te atrapa y una interpretación vocal que muestra esa manera suya tan propia de pronunciar y en la que aun cantando en inglés de inmediato te das cuenta de que quien lo hace es alemán.
Me estoy refiriendo a “The Model”, en alemán “Das Modell”, el tema con el que podría decirse que dieron el salto definitivo al éxito más absoluto. Hasta ese instante triunfaban a lo grande en Alemania y en el resto de Europa eran un grupo residual, casi de culto, pero desde la publicación como sencillo de esta canción todo cambiaría. Llegarían al número uno en muchos países y se convertirían ya de facto en el grupo más innovador y llamativo del momento.
He de reconoceros una cosa sobre esta canción. Actualmene es la que llevo de tono de llamada en mi teléfono móvil. Creo que con eso está todo dicho.
RADIO-ACTIVITY
He querido dejar para el final la canción que da título al álbum que asentó definitivamente al grupo y con el que puede decirse que realmente empezó todo. Se trata de ún disco conceptual publicado en el año 1975 que está dedicado al mundo de la comunicación por radio y que presenta por primera vez la formación más emblemática del grupo: Ralf Hutter, Florian Schneider, Karl Bartos y Wolfgan Flur. Estoy hablando de “Radio-Activity”, en alemán “Radio-Aktivitat”.
Dentro de su carrera fue crucial ya que el cambio en su formación les daría un salto de calidad bastante importante. No sería ésta la única innovación que mostrarían con la publicación de este disco ya que introducirían un nuevo modelo de sintetizador que compraron durante una gira por Estados Unidos que iba a revolucionar la manera de hacer música electrónica ya que era el primer modelo capaz de hacer las labores de percusión con el teclado. Además en esta ocasión prescindirían por primera vez de acompañamientos de guitarra, centrándose totalmente en el sonido que eran capaces de arrancarle a sus sintetizadores.
Hasta ese instante su música apenas había trascendido fuera de Alemania, pero con este álbum se abriría paso en el mercado francés donde lograría un rotundo éxito, siendo la primera piedra en su camino hacia la cima. A partir de ese instante el mercado internacional se abriría de par en par, gracias a canciones como esta mágica “Radio-Activity”.
Está claro que nunca han vendido tantos discos como muchos de los que podíamos considerar sus “hijos artísticos”, pero grupos como O.M.D., Ultravox, Heaven 17, Depeche Mode y muchos otros no habría elevado a las altares la música hecha con sintetizadores de no haber sido por esos grandísimos genios que son Kraftwerk, auténticos pioneros con letras mayúsculas.
LISTA DE LOS AÑOS 60
Iniciamos ya el viaje por las listas graminoleñas de otros tiempos y como siempre empezamos por la relativa a los años 60. Nos situamos en el 20 de mayo de 1968 para darnos cuenta de que la cosa estaba muy parada porque por segunda semana consecutiva la lista no ofrecía ninguna nueva entrada. Parece que los “affaires eurovisivos” lo habían paralizado todo.
Así las cosas voy a darme el gustazo de poner un tema de uno de los grandes grupos de aquella época que no entró en ningún momento en nuestra lista, algo inexplicable, pero que es uno de los grandes clásicos de su carrera. Una maravilla de canción de ese excepcional grupo que fueron The Doors con el siempre especial Jim Morrison a la cabeza.
Se trata de una de mis canciones preferidas de esta banda y que no etuvo exenta de cierta polémica ya que por ella fueron acusados de plagio y algo habría de cierto en esa manifestación cuando accedieron a llegar a un acuerdo extrajudicial con los denunciantes. Como vemos el dinero siempre lo arregla todo. Os cuento la historia.
Ese año The Doors publicaban su álbum “Waiting for the Sun” y en él se incluía como uno de sus temas estrellas “Hello, I Love You”, con el que alcanzaría un grandísimo éxito. Ray Davies, miembro de The Kinks les acusaría de plagio ya que consideraba que la melodía vocal de esta canción coincidía con la melodía de guitarra de su “All Day and All of the Night”, la verdad es que algunas veces se hila demasiado fino, creo yo. De cualquier modo la sangre no llegaría al río y la razón caería de la parte de Davies y los suyos con ese acuerdo extrajudicial que os comentaba.
De cualquier modo, con plagio o sin plagio, con coincidencia o sin ella, “Hello, I Love You” es una grandísima canción.
Esta canción se convertiría en un auténtico hito en la historia de la música ya que por primera vez en la historia de la industria discográfica internacional, un sencillo era grabado en estéreo, algo que hasta ese momento estaba reservado únicamente para los discos de larga duración.
LISTA DE LOS AÑOS 70
Continuamos nuestro viaje graminoleño y damos un salto en el tiempo de diez años para situarnos en el 20 de mayo de 1978 y disfrutar, esta vez sí, de las tres nuevas entradas que nos ofrecía la lista que se estrenaba ese día. Tres canciones con el denominador común de ser interpretadas por tres solistas masculinos, dos de ellos con algunas similitudes. Así que sin más dilación vamos con ellas.
La primera de las entradas de aquel 20 de mayo nos llega desde Argentina y de manera bastante inesperada. Se trata de una canción que obtuvo un éxito tremendo tanto en Latinoamerica como en Europa de la mano de un artista desconocido hasta ese instante y que conquistó al público en general a lo grande. Eso sí, podría decirse que de la misma manera que vino se fue ya que no volvería a dar con la tecla del éxito y desaparecería totalmente de la circulación.
El artista en cuestión es Daniel Magal y la canción con la que lograría un descomunal éxito llevaba el título de “Cara de Gitana”. Sonó y sonó hasta la saciedad en las emisoras de radio y no había programa musical que no contara con él para amenizar al público. Para que nos hagamos una idea sería traducida a cinco idiomas y triunfaría a lo grande en todas y cada una de sus versiones. En nuestra lista obtendría también muy buenos resultados: 44 semanas de permanencia para alcanzar el segundo puesto.
Para rizar el rizo en cuanto a las peculiaridades de esta canción, Magal sería incluso acusado de apropiación del tema ya que un compositor llamado José Rochi le acusó de apropiarse de su canción antes de que él pudiera registrarla. Como no pudo probar esa maniobra, todo quedaría en agua de borrajas y en una especie de recurso del pataleo.
La segunda entrada de la semana nos llega desde muy cerca de Argentina, concretamente desde Chile, de la mano de un cantante que debutaba esa semana en nuestra lista y que iba a convertirse con el paso del tiempo en asiduo a ella y en uno de los artistas latinoamericanos con más tirón en nuestro país, hasta el punto de que terminaría afincando su residencia en España. Hablo de Paolo Salvatore.
Ésta era la primera vez que incluía una de sus canciones en nuestras listas, pero a partir de ese momento, cada verano nos visitaría con canciones desenfadadas y llenas de ritmo para bailar en la época estival. Curiosamente, su debut sería un tanto atípico ya que “Abrázame y Quiéreme” es una balada, algo poco habitual a la hora de lograr el éxito. Será por eso que con este tema lograría unos resultados bastante discretos al permanecer en lista únicamente durante dos semanas, conformándose con el puesto 39. Después las cosas cambiarían y llegaría incluso algún número uno, pero ésa es otra historia.
La tercera y última entrada de la lista setentera muy bien podría haber aparecido hace apenas unas semanas en la sección “También es Música”, ya que se trata de una canción interpretada por un actor que triunfaba a lo grande con una de las series televisivas míticas y de mayor éxito de los 70. Me estoy refiriendo a “Starsky & Hutch”.
Los principales papeles de la serie corrían a cargo de Paul Michael Glasser (Starksy) y David Soul (Hutch) y su popularidad batió todos los records. Este último iniciaría una carrera paralela como cantante que tocaría techo precisamente en el año 1978 con la publicación de su segundo álbum bajo el título de “Playing To An Audience of One” y en el que se incluía el mayor éxito de toda su carrera, una balada que triunfaría a lo grande en nuestra lista donde permanecería durante 45 semanas para alcanzar el top 3. Por supuesto que me estoy refiriendo a ese clásico de finales de los 70 que es “Silver Lady”.
El éxito que obtendría esta canción en Europa sería bastante grande. Sin embargo, en Estados Unidos sus resultados serían bastante discretos lo que povocaría que su carrera musical apenas tuviera trascendencia. Si a eso le sumamos que con el paso de los años la serie que le lanzó a la fama fue diluyéndose hasta desaparecer nos encontramos ante una situación anímica bastante delicada que le llevaría a caer en las garras del alcoholismo, lo que terminaría por llevarse por delante sus carreras tanto como actor de como de cantante.
EL ÁLBUM DE LA SEMANA
Una de las cosas que nunca he comprendido es el rechazo que un determinado tipo de música ha recibido de manera habitual por parte de los amantes de otro estilo muy distinto. El caso más concreto posiblemente sea la animadversión que el heavy metal ha sufrido por los seguidores del tecno, del pop o la música disco, animadversión que hay que reconocer que es recíproca. Siempre he pensado que la música es maravillosa sea cual sea su estilo y que todas ellas son compatibles, pero sobre gustos no hay nada escrito, así que habrá que respetar esas opiniones.
Viene este pensamiento a que el álbum que protagoniza el póster central de “La Graminola” de esta semana es un disco que, por decirlo de alguna manera, pondría de acuerdo a ambas tendencias, acercando el hard rock al público que habitualmente no consumía este tipo de música. Lo de hard-rock lo digo porque es el calificativo que siempre se ha puesto a este disco, aunque yo siempre he pensado que estaba más cerca del glam-rock, pero son cuestiones de menor importancia. Así pues nos trasladamos al año 1986 para saborear y desgrosar todo lo que rodeó al que está considerado como el mejor disco de la carrera de Bon Jovi, o al menos el de mayor éxito, el mítico “Slippery When Wet”.
BON JOVI / SLIPPERY WHEN WET
De lo que no cabe ninguna duda es de que este disco fue uno de los acontecimientos musicales del año y su éxito fue extratosférico. Bon Jovi habían publicado con anterioridad dos discos pero su repercusión mediática no había llegado ni de lejos a la que iban a conseguir con este tercero. A partir de ese instante los nombres de Jon Bon Jovi, Richie Sambora, Alec John Such, David Bryan y Tico Torres ser recitarían de memoria a la hora de hablar del rock de finales de los 80.
Todas las canciones del álbum estan compuestas por Jon Bon Jovi y Richie Sambora, empezando a mostar ese pulso que siempre han mantenido a la hora de adquirir protagonismo dentro del grupo y que siempre se ha decantado del lado de Jon, apoyándose en su liderazgo y carisma. Una mezcla que ha funcionado a la perfección mientras han permanecido juntos y que en este álbum alcanza cotas que prácticamente no volverían a igualar.
Desde el primer momento podemos darnos cuenta de que nos encontramos ante un disco especial. Bon Jovi habían logrado muy buenas críticas con sus dos primeros discos y empezaban a ser bastante aceptados dentro de la que podríamos denominar “comunidad heavy-metal”, pero en esta ocasión iban a presentar un trabajo que iba mucho más allá y con el que iban a acercar el rock más potente a un público mayoritario.
Que lo que nos va a ofrecer el disco es algo distinto se pone de manifiesto desde las primeras notas del tema que lo abre. Se trata de “Let it Rock”, una composición que se inicia con el sonido de un órgano de iglesia que sale de las manos de Bryan y da paso a un contundente y potente sonido de guitarras con una magistral interpretación a cargo de Sambora que utiliza distintas técnicas a cada cual más virtuosista. Un comienzo que engancha, no cabe duda.
La segunda canción que se incluye en este disco sería la primera en aparecer publicada como sencillo y con ella podría decirse que empezaría todo para que se convirtieran en una banda mediática hasta decir basta y en uno de los grupos preferidos del público en genera. Un tema intenso, contundente y que pasa por ser el primer gran éxito de su carrera. Estaba claro que las cosas estaban cambiando para ellos y a toda velocidad.
Se trata de una canción con un inicio espectacular en el que todos los miembros del grupo unen sus voces para cantar una pequeña introducción sin música y a continuación dar paso a una explosión de sonido de guitarras que marcan la contundencia que poseen la mayoría de las canciones que integran el disco. Estoy hablando de “You Give Love a Bad Name” uno de los primeros grandes clásicos de su carrera y una de las canciones preferidas por sus seguidores.
La estructura de esta canción es ideal para crear un clímax espectacular en sus actuaciones en directo, tanto por el incio, que da para que sea el público el que entone la parte vocal sin música, como por la intensidad del ritmo que llega a continuación, por lo que no es de extrañar que uno de los tradicionales momentos más espectaculares de sus conciertos llegue con esta canción en la que habitualmente utilizan efectos especiales tales como salir literalmente volando por los aires suspendidos de unas cuerdas o irrumpir en el escenario sobre una plataforma. Sin duda alguna una de sus mejores composiciones de siempre, aunque lo mejor llega a continuación.
Los que sigáis habitualmente “La Graminola” habréis ido descubriendo que ha sido bastante hatitual en el mundo de la música que algunos de los temas más emblemáticos de diferentes artistas hayan logrado un tremendo éxito pese a que en un primer momento no convencían demasiado a sus creadores. Esta circunstancia se daría con la que podría considerarse la mejor canción de toda la carrera de Bon Jovi o, al menos, por la que todo el mundo les reconoce más claramente.
Supongo que todos os imaginaréis que me estoy refiriendo a la mítica “Living on a Prayer”, una descomunal canción que sería la responsable de convertirles en unas auténticas estrellas del panorama musical internacional. Podría decirse que con esta canción pasarían de jugar en primera división a jugar la Champions. Además, tiene destrás de sí una curiosa historia que paso a contaros.
Una vez que la canción estuvo terminada, a Jon no le convencía demasiado y estaba dispuesto a prescindir de ella. Sin embargo, Sambora observaría cierto potencial en ella y convencería a su compañero para incluirla en el disco con unas pequeñas variantes que se le habían ocurrido. La principal modificación que llevaría a cabo sería la utilización de una técnica denominada “talk box”, que ya os he explicado en alguna ocasión, que consiste en lograr un efecto de sonido gracias a un tubo que se coloca cerca de la boca y a través de un amplificador hace parecer que la guitarra es capaz de vocalizar. Esta técnica dotaría a “Living on a Prayer” de un inicio espectacular y de un sonido que se convertiría de inmediato en uno de los más característicos de la música de los 80.
Os comentaba al principio que con este disco el heavy metal se acercaría a más público que nunca, atrayendo a una serie de seguidores que hasta ese instante no se habían sentido demasiado seducidos por este estilo. Sin duda alguna, “Living on a Prayer” es la gran responsable de que se produjera esta circunstanca y para que os hagáis una idea de lo “revolucionaria” que resultaría, basta con señalar que podía escucharse en cualquier discoteca que se preciara. Lo nunca visto, bailones de toda la vida moviendo el esqueleto al ritmo de rock-duro.
Después del momento culminane del disco, después de la canción más importante de todo el álbum, llega un pequeño bajón con el tema más prescindible del mismo. Ojo, no estoy diciendo que sea una mala canción, ni muchísimo menos, pero da la impresión de que tras el subidón que supone escuchar “Living on a Prayer”, sin bajar la intensidad quieren ofrecer una composición más clásica y menos original para que el personal no se desmelene en exceso y coja fuerzas para lo que queda del disco que es bueno, muy bueno.
Se trata de “Social Disease”, otra intensa canción creada sin mayores pretensiones y que toca todos los tópicos más típicos del heavy metal y similares: sexo, drogas y rock & roll.
El disco está repleto de momentos especiales y de giros continuos que sorprenden a la par que conquistan a quien lo escucha. Utilizan técnicas especiales y sonidos innovadores nunca apreciados antes desde que empezaron su andadura juntos. Esta circunstancia puede apreciarse en la composición que viene a continuación que además iba a convertirse con el paso del tiempo en una auténtica señal de algo que llevaría a cabo Jon no pasando mucho tiempo.
Estoy hablando de una maravilla titulada “Wanted Dead or Alive”, publicada como tercer sencillo y otro de sus grandes clásicos, en la que se puede notar en el ambiente que crean con su sonido un innegable olor a música del oeste, a un western de los de siempre. Una espectacular balada en la que las guitarras acústicas toman el mando al principio para cambiar radicalmente a su vertiente más eléctrica en el momento en el que Sambora lleva a cabo su solo de guitarra. Por cierto, los expertos consideran este solo como uno de los mejores de la década de los 80 y no me extraña lo más mínimo.
Ese sonido a western no sería más que el adelanto de un proyecto que llevaría a cabo Jon Bon Jovi en solitario en el año 1990 cuando se encargó de la banda sonora de la película Arma Joven II, en la que recrearía un sonido idéntico al logrado con “Wanted Dead or Alive” y lograría un tremendo éxito. Este álbum llevaría el título de “Blaze of Glory” y rezuma el mismo aroma que la canción que acabamos de saborear.
Cuando una banda explota como ellos lo hicieron al publicar su tercer larga duración, suele traer consigo también un considerable salto de calidad en lo que se refiere a sus actuaciones en directo. El rock duro siempre se ha caracterizado por ofrecer momentos muy intensos en los conciertos y ellos los habían protagonizado hasta el momento, pero a partir de la gira promocional de “Slipeery When Wet” lograrían que su espectáculo fuese considerado como uno de los mejores que se podían contemplar en aquel momento.
En líneas generales el álbum está concebido para disfrutarlo precisamente en esas circunstancias. En directo la mayoría de sus canciones encajan a la perfección siendo una de las preferidas la que viene a continuación, uno de esos auténticos himnos que se cantan a pleno pulmon en cuanto empiezan a sonar sus primeras notas.
Se trata de “Raise Your Hands”, una canción que lo tiene absolutamente todo, desde el sonido de los teclados que recuerda por algunos momentos a artistas como Asia, Van Halen o el mismísimo Bruce Springsteen, y el habitual solo de guitarra de Sambora que ya estaba demostrando cual era su verdadero potencial.
A continuación llega otro de los pequeños giros que el disco va dando según las canciones van sonando. Nos encontramos en ese instante con una canción que a mí particularmente me encanta y que desde el primer momento en la que la escuché quedé cautivado por ella. No se publicó como sencillo, no es demasiado conocida y no está considerada por los entendidos en la materia como algo especial, pero a mí me da igual, me parece un descomunal tema y una de mis canciones preferidas de toda la trayectoria de Bon Jovi.
Se trata de una canción que se aleja del sonido más potente que suelen ofrecer, dejando de algún modo a un lado el hard-rock para dentrarse en un rock más clásico aunque igual de itenso. De nuevo la combinación de los teclados y las guitarras es espectacular, ofreciendo un ritmo cercano al medio tiempo con un Jon desarrollando toda su potencia vocal y el resto del grupo ofreciendo unos coros que encajan con él a la perfección. Su título es “Without Love” y sin pasar por ser uno de los mejores 100 temas de su carrera, según los entendidos, a mí particularmente me encanta.
Llega entonces otro momento de contraste y pasamos de esa melodía conquistadora y más tranquila que acabamos de disfrutar a volver a recuperar la intensidad brutal del disco con otro de los temas interpretados a toda velocidad, a toda marcha y con las inconfundibles señas de identidad de la música de Bon Jovi.
Como estamos pudiendo comprobar, con este disco no buscan ni mucho menos pasar a la posteridad con sus letras. No tratan de temas trascendentes, no se involucran con ninguna causa y en las baladas no muestran una poesía que nos atrape. Lo suyo era la música, hacernos vibrar y movernos con su ritmo sin más pretensiones, siendo los temás más recurrentes el amor, el desamor, el rock, los excesos … todo lo que rodea a cualquier banda de rock & roll que se precie, así, sin más.
En este sentido, “I’d Die for You” no sorprende lo más mínimo: nos dicen que morirían por nosotros pero a un trepidante ritmo que apenas puede resistirse. Rock en estado puro.
Como no puede ser de otra manera, el disco contiene también una balada de esas de ponerte los pelos como escarpias. Cualquier banda de rock que se precie, y cuanto más dura sea mejor, cuando se mueve en el terreno de las baladas suele dejar grandísimos momentos. Sus señas de identidad son el rock más potente que podamos imaginarnos, pero cuando se ponen tiernos son capaces de hacerlo mejor que los especialistas en la materia. Bon Jovi no son una excepción.
La sensibilidad que muestran a la hora de interpretar “Never Say Goodbye” es más que evidente y sirve para convertirla en otro de los grandes clásicos de su carrera. A partir de este instante todos y cada uno de sus discos contendrían al menos un tema de estas características dejándonos grandísimos momentos. Una canción de esas para celebrarlas en vivo con el mechero encendido. Bueno, digo el mechero porque yo ya tengo una edad pero los móviles que es lo que se enciende en la actualidad también valen.
Llega entonces el momento de cerrar el disco y para ello se dejan de nuevas técnicas, innovaciones, baladas o medios tiempos. Simplemente se adentran en el terreno en el que ellos mejor saben manejarse para ofrecer como fin de fiesta una canción que no está entre las mejores del disco pero que para cerrarlo viene como anillo al dedo.
La última canción del álbum es una composición que de algún modo condensa lo que es todo el disco y también lo que el grupo iba a hacer a partir de ese instante. Ofrece una gran intensidad y un ritmo bastante alto con su habitual manera de entender el rock pero aderezada con ciertos toques de pop, ingrediente que es el que les acercaría a ese público al que no habían conquistado hasta este momento. Su título es “Wild in the Streets” y es un epílogo de auténtico lujo.
Con este dísco, Bon Jovi dejarían en listón bastante alto y en cuanto a calidad como álbum el único que puede acercarse en su conjunto quizás sea el siguiente en aparecer en el mercado, “New Jersey”. De lo que no cabe ninguna duda es que con él cambiaría todo para ellos, convirtiéndose a partir de ese instante en una de esas bandas capaces de llenar estadios en todo el mundo y ofrecer espectáculos tremendos en todas y cada una de sus giras.
A partir de ese momento han ido publicando discos con mejores o peores resultados, pero siempre dejando canciones dignas de elogio. Lo que no han vuelto a conseguir es esa complicidad que lograron con la grabacón del disco que ha protagonizado el póster central de “La Graminola” de esta semana. Puede decirse que con el paso del tiempo han empezado a vivir un poco de las rentas, más si cabe con la salida del grupo de Richie Sambora, pero siempre nos quedará la esperanza de que en un periodo no muy largo sean capaces de grabar un disco similar a “Slippery When Wet”.
LISTA DE LOS AÑOS 80
Continuamos nuestro viaje por la música de otras épocas y nos trasladamos a ese panorama que tanto y tanto nos gusta, la década de los 80. Nos centramos hoy en la lista que se estrenaba el 22 de mayo de 1988 y que traía debajo del brazo tres nuevas entradas, dos de ellas de auténtico lujo y otra protagonizada por un grupo español que ofrecía muy buena música pero que comercialmente hablando no tuvo el respaldo necesario para calar definitivamente con el público. Vayamos con ellas.
La primera de ellas viene de la mano de un cantante que ya ha pasado por estas páginas recientemente con motivo de la entrada en lista de otras de sus canciones, ambas extraídas de su álbum de debut “Whenever You Need Somebody”. Estoy hablando de Rick Astley una de las grandes sorpresas de aquel año y uno de los artistas destacados de la música de finales de los 80 y principios de los 90.
Astley había sorprendido a propios y extraños con su manera de hacer música, un sonido bastante discotequero al que su espectacular voz le daba un aire especial y único. Bajo la producción de Stock, Aitken y Waterman triunfaría a lo grande con este álbum del que vendería un número altísimo de copias logrando colocar los sencillos que de él se fueron publicando en los puestos más altos de las listas de todo el mundo.
Éste sería el caso de “Together Forever”, el tema que entraba en lista aquel día y que nos acompañaría durante 34 semanas llegando a alcanzar el puesto más alto durante 2 de ellas. Uno de los himnos de la década de los 80 y todo lo conseguía cuando contaba únicamente 22 años de edad.
La segunda entrada de aquella semana es también un auténtico lujo y nos la traía uno de los artistas más destacados del momento, uno de esos monstruos de la historia de la música como es el señor Sting, que acababa de publicar su disco más aclamado, “Nothing Like the Sun”, formado por un puñado de muy buenas canciones entre las que se encuentra la que viene a continuación.
Una de las canciones más destacadas de este disco es sin duda alguna “Englishman in New York”, un tema en el que Sting introduciría unos pequeños arreglos de jazz, estilo que siempre le atrajo sobremanera y en el que se adentraría de lleno en sus discos venideros. Para la ocasión se rodearía de uno de los instrumentista más espectaculares del mundo del jazz como es Branford Marsalis quien contribuiría en esta canción con un maravilloso solo de saxo.
Muchas veces las letras de las canciones nos cuentan cosas que nosotros interpretamos a nuestra manera o que pensamos que realmente no son especiales. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones tienen alguna historia detrás. En el caso de esta canción hay que decir que Sting la compuso inspirándose en un buena migo suyo. Se trata de Quenti Crisp, escritor y actor británico que fue uno de los primeros artistas en declarar abiertamente su homosexualidad sufriendo algunas desagradables consecuencias que le harían mudarse desde su Londres natal hasta los Estados Unidos, buscando el respeto que no encontró en su país. Un desagradable caso que no es casual, ni mucho menos.
Para saborear y disfrutar de la tercera entrada de aquel día nos trasladamos a nuestro país de la mano de un dúo que irrumpió en el panorama musical español cuando la movida daba sus últimos coletazos y cuya calidad estuvo muy por encima de los resultados comerciales que consiguieron sus discos. Dos grandes músicos llamados Nacho Goberna e Ignacio Valencia que dieron cuerpo a La Dama se Esconde.
Como tantos y tantos grupos de aquella época, sus primeros pasos los darían aportando dos canciones a un disco que bajo el título de “La Única Alternativa” incluía canciones de artistas noveles que intentaban abrirse paso en el panorama musical español. Esto les serviría para fichar por un pequeño sello discográfico local con el que publicarían sus dos primeros discos que no obtendrían una repercusión llamativa.
Sin embargo, su talento no pasaría desapercibido para un sello multinacional que les ofrecería un contrato y con el que publicarían su tercer álbum, titulado “La Tierra de los Sueños”, un disco que tampoco obrendría unas ventas desorbitadas pero que contenía un buen puñado de canciones de indudable calidad, sobre todo la que daba título a todo el disco.
Lo curioso del caso es que uno de los sencillos de este trabajo, precisamente el que entraba en la lista graminoleña de los 80 que analizamos en el día de hoy, no es de los mejores temas de su carrera, pero pasa por ser el único que formaría parte de nuestro ránking, aunque lo haría durante solamente una semana para alcanzar el puesto 37. Se trata de “Es un Teatro” y con ella cerramos el repaso a la lista del 22 de mayo de 1988.
LISTA DE LOS AÑOS 90
Seguimos con el número tres como referencia para hacernos eco de las novedades que presentaba nuestra lista el 24 de mayo de 1998, porque tres eran también las nuevas entradas que registraba. Canciones de grandes artistas, canciones con interesantes historias.
Por aquellas fechas, Alejandro Sanz ya se había convertido en nuestro artista de mayor éxito a nivel internacional en gran medida gracias a la reciente publicación del álbum que le catapultó al estatus de auténtica figura como fue “Más”, donde se incluía la canción que colocaba en nuestra lista aquel 24 de mayo, una composición que tiene detrás una curiosa historia que os voy a contar a continuación.
La canción está dedicada a una amiga suya llamada Irene Chamorro que estaba totalmente enamorada de Antonio Flores. Al bueno de Alejandro le pareció una buena idea escribir una canción al respecto y se puso manos a la obra. Cuando tuvo terminada la primera parte se la cantó a su amiga y ésta no se mostró demasiado entusiasmada, algo que le irritó profundamente y provocó que tuvieran una pequeña discusión. Precisamente esa discusión sería la que daría pie a la segunda parte de la canción que contiene casi literalmente la contestación que Alejandro le dio a su amiga. Ni que decir tiene que una vez estuvo terminada Irene sí que se sintió emocionada y las aguas volvieron a su cauce, aunque lo correcto sería decir que nunca lo abandonaron, ya que la relación de amistad entre ambos es demasiado profunda como para que pudiera verse alterada por la composición de una canción.
De lo que no cabe ninguna duda es de que todo mereció la pena ya que “Amiga Mía” se convirtió en un auténtico éxito convirtiéndose en la primera canción de la carrera de Alejandro Sanz en alcanzar el número 1 en las listas latinas de los Estados Unidos. En la nuestra tendría que conformarse con el puesto número 7 tras acompañarnos durante 29 semanas que tampoco está mal.
La segunda entrada de aquella semana podría calificarse como una especie de “quiero y no puedo” o un “lo que pudo haber sido” ya que se trataba del retorno del grupo español de mayor éxito de la historia de nuestra música en una especie de intento desesperado por recuperar el terreno perdido tras su sorprendente separación seis años atrás. Supongo que ya os estaréis imaginando que me estoy refiriendo a Mecano.
Tras finalizar en el año 1992 su gira “Aidalai” llegó la noticia de la disolución del grupo aunque nunca lo hicieran de una manera claramente oficial. Tanto Ana como Nacho siempre estuvieron dispuestos a seguir juntos, pero José María fue el que más reacio se mostró en este aspecto y fue el que realmente tomó la decisión de que todo acabara. En el año 1998 publicaban un recopilatorio con todos los éxitos de su carrera titulado “Ana/Jose/Nacho” que incluía también siete nuevas canciones, aunque realmente nueva solamente era una de ellas ya que las otras seis eran descartes de “Aidalai”, el último albúm de estudio de su carrera.
La canción en cuestión llevaría el título de “El Club de los Humildes” y es una composición obra de Nacho en la que cuenta como se encuentra tras la separación. No hace falta ser muy inteligente para percatarnos cual es su opinión al respecto ya que con solamente escuchar este tema podemos darnos cuenta de que nos encontramos ante una canción cercana a un medio tiempo con un sonido bastante oscuro y más sencillo de lo habitual y una letra bastante directa alejada de las cosas intrascendentes que Nacho solía contar en sus composiciones para el grupo. Vamos que no encajó demasiado bien el acontecimiento.
Se supone que éste era un intento para que el grupo pudiera replantearse la situación y volver a la carretera pero el feeling no era el adecuado. El álbum tuvo muy buena acogida y obtuvo muy buenos resultados de ventas Y estaba claro que el público no se había olvidado de ellos, sin embargo, esta nueva canción no llamaría demasiado la atención quedándoles la impresión de que su momento ya había pasado. En nuestra lista sí que lograrían buenas cifras permaneciendo en ella durante 34 semanas para alcanzar el puesto 5 como mejor registro. En definitiva, tenían que intentarlo pero la cosa no terminó de cuajar.
La última entrada de la semana nos llega desde Estados Unidos de la mano de un polifacético artista que amasa una gran fortuna y que en un primer momento daba la impresión de que su aventura en el terreno de la música era un simple capricho, aunque con el paso del tiempo su peso ha ido aumentando para terminar siendo considerado como una de las figuras más importantes del panorama musical internacional actual. Estoy hablando de Usher.
Cuando hablo de artista polifacético lo hago de manera literal ya que nos encontramos ante un cantante, compositor, bailarín, productor, actor, propietario de su propio sello discográfico y además forma parte del grupo de propietarios del equipo de la NBA Cleveland Cavaliers, no se priva de nada.
Su presentación en sociedad llegaría con un tema titulado “You Make Me Wanna”, por algunos considerado como uno de los mejores de su carrera, y que no sería más que el principio de una prolífica carrera convirtiéndose en uno de los colaboradores habituales de muchos de los artistas norteamericanos que triunfan en la actualidad. En nuestra lista solamente permanecería 2 semanas alcanzando el puesto 39 como mejor registro, pero como suele decirse en estos casos, lo mejor estaba por venir.
LISTA DEL NUEVO MILENIO
Cerramos ya el repaso de las listas graminoleñas de otras épocas con la que se estrenaba el 18 de mayo de 2008 y que contaba con dos nuevas entradas, una de ellas protagonizada por una colaboración de auténtico lujo y otra por una joven y emergente artista española que se convertía en una de las revelaciones musicales de nuestro país en aquel momento. Vamos con ellas.
Hablar de Madonna es hablar de éxito, hablar de la más grande, hablar de una figura indiscutible. A lo largo de ya cuatro décadas ha ido reinventándose con el paso de los años para seguir siendo considerada la auténtica reina del pop mundial, por muchas sustitutas que le hayan ido buscando. Podrá haberlas mejores, podrá haberlas distintas, pero como ella no hay ninguna.
Acababa de publicar un nuevo álbum bajo el título de “Hard Candy” y como primer sencillo iba a aparecer una canción de corte ecologista y social en la que Madonna se mostraba muy preocupada por la situación del mundo. Una reciente visita al continente africano más profundo la llevó a concienciarse de esta manera tras comprobar las condiciones de vida de gran parte de la población africana. Nunca antes se había visto a una Madonna tan involucrada como en ese momento.
Ese primer sencillo llevaría el título de “4 Minutes” y en él contaría con la colaboración del productor de moda del momento, Timbaland, y del polifacético Justin Timberlake, dejándonos un tema que triunfaría a lo grande en todo el mundo y que vendría acompañado de un espectacular videoclip. En nuestra lista nos visitaría durante 40 semanas para alcanzar como mejor registro el puesto número 5.
Los entendidos en la materia vertieron muy buenas críticas hacia esta canción llegando a opinar que el excomponente de NSYNC estuvo casi por encima de la mismísima Madonna, manifestación que en mi opinión es excesiva. De lo que no cabe ninguna duda es de que Timberlake ofreció una de sus mejores caras como cantante en esta ocasión mostrando una química muy especial con la reina del pop, aunque su principal objetivo fuera en ese momento, y sigue siéndolo en la actualidad, el volcarse en su carrera como actor.
La segunda entrada de aquella semana viene de la mano de una joven artista española, aunque nacida en Helsinki, que es uno de esos casos en los que desde la humildad, el trabajo y no darse nunca por vencida termina consiguiendo el objetivo de triunfar, aunque ciertamente hay que decir que ese grán éxito durarría apenas tres o cuatro años. Estoy hablando de María Concepción Mendívil artísticamente conocida como Conchita.
Desde muy joven, con apenas 18 años, intentó abrirse camino a base de participar en concursos y festivales de cualquier tipo haciendo ver su talento ya que además de componer sus propias canciones tocaba la guitarra, el piano y la batería lo que la llevó a acompañar a otros artistas en sus actuaciones en directo. Poco a poco empezó a darse a conocer hasta llamar la atención de un sello discográfico que la ofrecería en el año 2007 grabar su primer larga duración de donde se extraía como uno de sus sencillos la canción que entraba en lista aquel 18 de mayo de 2008.
La canción en cuestión llevaba el título de “Puede Ser” y mostraba a Conchita en estado puro, con una letra y una interpretación sencilla que conquistó al público español en aquel momento, aunque con el paso del tiempo su figura se ha ido difuminando de algún modo. En la lista graminoleña nos acompañaría durante 28 semanas para llegar al puesto 16 como mejor registro.
TAMBIÉN ES MÚSICA
No podía ser de otra manera. Eurovisión ha copado gran parte de la actualidad musical en las últimas semanas y tuvo su momento culminante con la celebración del Festival en su edición de 2018 el pasado sábado 12 de mayo, motivo por el cual vienen hoy a la sección de esas otras músicas tres temas relacionados con este evento. Pero que no se asuste nadie que no voy a poneros temas aberrantes de los muchos que han pasado por el festival sino que todo lo contrario. Por cierto, al final os daré una opinión muy personal sobre el ridículo habitual que nuestros representantes hacen un año sí y otro también.
Puesto que la calidad musical en líneas generales de las canciones que se presentan suele dejar bastante que desear, basta con escuchar la canción que ha ganado este año que como reivindicación social está muy bien pero como música que queréis que os diga, y dado que esta sección suele ir a contracorriente, hoy vamos a disfrutar de dos temas que no se comieron un colín en las ediciones en las que participaron aunque a mí me parecen temas más que aceptables, en ambas ocasiones representando a Alemania. Junto a ellas una composición que se quedó en puertas de representarnos en su momento y que creo que tenía calidad suficiente como para haber obtenido unos buenos resultados pero que finalmente se perdió en el limbo. Así pues, sin más dilación, vámonos de festival.
Para empezar viajamos hasta el año 1976 en cuya edición participaba representando a Alemania un grupo fundo en Hamburgo por el británico Les Humphries y que estaba formado por integrantes de distintas etnias buscando una capacidad coral llamativa, algo que conseguían con bastante facilidad. El grupo tomaría el nombre artístico de Les Humphries Singers y lograría bastante éxito en su país, algo que se haría extensible a otros países europeos entre los que se encontraba España.
Por aquel entonces habían logrado cierta popularidad gracias a canciones como “Mamma Loo” o “Kansas City” y vieron la oportunidad de su consagración definitiva con su participación eurovisiva. Lo que no sabían es que a muy corto plazo lo que ellos consideraban iba a ser su espaldarazo hacia el éxito internacional definitivo iba a convertirse en el principio del final.
Habitualmente cantaban en inglés buscando mayor proyección internacional y así lo harían también en Eurovision. Todo apuntaba a que eran uno de los favoritos a alzarse con el triunfo, pero su “Sing Sang Song” obtendría unos pobres resultados acabando en el puesto número 15 de 18 participantes. A mí personalmente me parece una buena canción en la que su habitual compenetración coral quedaba bien a las claras, pero los jurados de los países participantes no opinarían lo mismo.
Hasta ese instante, la carrera de Les Humphries Singers estaba siguiendo una senda hacia el éxito más que aceptable, pero el fracaso que cosecharon en Eurovisión rompió todos sus esquemas y provocaría que todo saltara por los aires hasta el extremo de que pocos meses después el grupo quedaría disuelto. Eurovisión se los había llevado por delante, lo que significa que por aquel entonces su trascendencia era mucha, bastante más de la que tiene en la actualidad.
Continuamos en Alemania pero viajamos hasta el año 1979 con la participación de un grupo muy peculiar que en esta ocasión sí que lograría buenos resultados en el festival y cierto éxito a nivel internacional. Una banda bastante peculiar que fue creada exclusivamente para su participación en Eurovisión y que atendía al llamativo nombre de “Dschinghis Khan”, o lo que es lo mismo, “Genghis Khan”.
Se trataba de una banda con una imagen muy llamativa, ya que lucían vestimentas similares a las que lucían en su época los cosacos rusos y realizaban unas coreografías basadas en estos personajes. La canción con la que representaron a su páis en aquella edición del festival llevaba el mismo título del nombre del grupo, no se calentaron demasiado la cabeza, y su actuación se convertiría en uno de los momentos estelares de la noche. Además obtendrían unos resultados bastante buenos al acabar en cuarta posición de 19 participantes.
En un primer momento este grupo estaba concebido para participar en Eurovisión y nada más, pero la aceptación de esta canción les llevaría seguir juntos y prolongarían su carrera durante cuatro años más, haciendo una música inspirada en el sonido de Boney M con la que lograrían cierto éxito en el centro de Europa. Por cierto, apenas un año después, un cantante español publicaría su propia versión de este tema consiguiendo bastante éxito en nuestro país. Se trata de Iván y su canción “Sin Amor”. Permitidme que yo me quede con los alemanes.
No podía faltar algún tema relacionado con Eurovisión que tenga sabor español, así que vamos a cerrar la sección de las otras músicas del número de hoy con una de las canciones patrias que lo intentó y no lo consiguió. Y cuando digo esto es de manera literal, fue una de las canciones que intentó ser la elegida para representar a España en la edición del año 2005 y finalmente no fue de la partida y así nos fue. Os cuento un poco la historia.
Después de dejar atrás la primera etapa de Operación Triunfo, Televisión Española empezó a elegir a los representantes eurovisivos de nuestro país a través de galas en las que varias canciones elegidas entre otras muchas eran interpretadas por sus correspondientes artistas y mediante votación popular y la opinión de un jurado se elegía finalmente la que nos representaría. Esa fórmula se utilizó en el año 2005 y la elegida sería “Brujería” interpretada por un grupo femenino que atendía al nombre de “Son de Sol”. Sus resultados en el festival serían lo decepcionantes que vienen siendo desde hace muchos, muchos años.
Entre las canciones finalistas que no fueron seleccionadas se encontraba una composición de un artista no muy conocido pero que ya tenía cierta experiencia en el mundo de la música. Su nombre es Alberto Lanco y presentó una canción interpretada por él mismo que tenía una calidad muy superior no solamente al resto de los temas que con él compitieron sino que con cualquiera de las que nos ha representado en los últimos 25 años. Sus resultados en el festival es muy posible que habrían sido muy similares al de los demás, pero al menos nos habría quedado la satisfacción de haber presentado música de verdad.
La canción en cuestión llevaba el título de “Nada Para Ti, Nada Para Mí” y pasaría con más pena que gloria al no tener ningún tipo de promoción, pero de alguna manera indica lo que debería llevarse a Eurovision para no hacer el ridículo años tras año. Una canción contundente en su principio con un buen riff de guitarra y la interpretación habitual de Lanco repleta de sencillez y sensibilidad.
Muchas son las causas por las que se producen los malos resultados en cada edición de Eurovisión y muchas son las opiniones al respecto. Yo os voy a dar la mía. Creo que el gran error radica en la base y me explico. Lo normal sería que algún compositor de prestigio, algún compositor de los grandes que hay en nuestro país creara en primer lugar la canción que nos va a representar y después escoger a un artista o un grupo que pueda interpretarla dignamente. La fórmula para encontrar ese intérprete da lo mismo cual sea (designación directa, concurso mediático, gala final …) pero si se parte con una base de una buena canción lo demás será bastante más fácil y la posibilidad de lograr unos resultados aceptables también.
En cuanto a lo de Operación Triunfo pienso que la fórmula está agotada en lo que respecta a que el ganador represente a España en Eurovision. Me parece perfecto que el programa exista y que durante seis meses nos estén breando con el tema, pero mandar al festival a unos cantantes de Karaoke, que ni componen, ni tocan ningún instrumento y no tienen ninguna experiencia y su único mérito es imitar a otros artistas no lleva a ningún sitio. Si además empieza a imperar que sean unos guaperas más pendientes de mostrarnos que están en la edad del pavo que de tomarse la música en serio apaga y vámonos. Como siempre os digo es una opinión muy personal, ¿cómo lo veis vosotros?
LA ÚLTIMA DE LA GRAMINOLA
Pasito a pasito hemos llegado un día más al final del número de “La Graminola”, disfrutando de muy buena música en cada una de sus secciones. Así que vamos a rematar la faena con una contraportada que sigue las mismas pautas: música espectacular que nos traen artistas de esos cuyos nombres hay que escribir siempre con letras mayúsculas.
EFEMÉRIDE
Una de las grandes voces que ha dado el soul, el funk y la música disco en los Estados Unidos cumple tal día como hoy 74 años. Felicitamos desde “La Graminola” a la espectacular Patti Labelle que para celebrarlo nos regala el mayor éxitod e toda su carrera.
La efeméride de esta semana sirve para celebrar el nacimiento hace 74 años de una artista norteamericana poseedora de una maravillosa voz y que sobre todo en la década de los 70 se convirtió en una de las cantantes más aclamadas por la crítica y el público, dejándonos uno de esos clásicos que perduran pasen los años que pasen. Estoy hablando de Patti Labelle.
En el año 1971 fundaba junto a Nona Hendryx y Sarah Dash un trió denominado Patty Labelle & The Bluebelles que posteriormente tomaría el nombre de Labelle. Ni que decir tiene que el liderazgo absoluto recaía sobre Patti, siendo ella la gran protagonista con su espectacular voz mientras que sus dos compañeras realizaban casi exclusivamente labores de acompañamiento.
El mayor éxito de su carrera llegaría en el año 1975 con un tema que se convertiría en uno de los clásicos de la música disco que triunfaba en aquella época. Una canción con una letra con un alto contenido erótico y un sonido interpretado con una tremenda sensualidad. ¿Quién no ha cantado en alguna ocasión aquello de “Voulez vous coucher avec Moi ce soir?”? Felicitemos pues a Patti Labelle por su 74 cumpleaños deleitándonos con “Lady Marmalade”.
LA EDAD DE ORO DE LA MÚSICA ESPAÑOLA
Un grupo con un nombre especial, con una canción con un título especial y una letra muy especial. Apuntaban maneras y originalidad pero como tantos otros fueron flor de un día. Atendían al nombre de Curva Peligrosa y llegaron desde Madrid.
Muchos de los grupos que están pasando por esta sección tienen como denominador común el haber irrumpido de manera extraordinaria en el panorama musical nacional apuntando muy buenas maneras, logrando un buen éxito de entrada pero diluyéndose de manera inmediata. Los chicos que la protagonizan esta semana no son una excepción.
Se trata de Curva Peligrosa, un grupo que irrumpió en el panorama musical español con un pop bastante peculiar y, sobre todo, con unas letras bastante trabajadas, que llamaron rápidamente la atención del público y que con su primer sencillo alcanzarían cierto éxito, algo efímero ya que a la misma velocidad que aparecieron acabarían en el olvido.
Estos madrileños, producidos por José Antonio Abellán que por aquel entonces era práctcamente la imagen institucional de los 40 principales y era conocido como “El Baby”, publicarían un único disco en el año 1985 para desaparecer de la circulación. Eso sí, ese disco incluía su gran éxito, su seña de identidad, la enigmática “Magnos Problemas”, que además daba título al álbum presentaba una letra filosófica a más no poder.
Las primeras sensaciones que dio este grupo fueron bastante optimistas ya que mostraban un sonido pop bastante original y sus letras decían cosas que otros no hacían, pero el público no supo verlo y terminaron quedándose en el camino de manera inmediata.
NOVEDAD
Sting tiene nuevo disco en el mercado. Shaggy tiene nuevo disco en el mercado. Los dos acaban de publicar nuevo disco. Pensaréis que he enloquecido repitiendo las cosas pero es que todavía me estoy recuperando de la noticia de que los dos estrenan el mismo disco y lo mejor de todo es que la combinación funciona a la perfección dejándonos un gran álbum.
Hay colaboraciones dentro del mundo de la música que cuesta trabajo entenderlas. Cuando se anuncian sorprenden a todo el mundo ya que se trata de artistas demasiado diferentes como para pensar que la cosa vaya a funcionar. Los dos artistas que protagonizan la novedad de la semana no pueden ser más distintos entre sí pero han sido capaces de ofrecer un resultado espectacular colaborando juntos, hasta el extremo de que lo que empezó como una pequeña aventura en forma de una simple canción ha terminado desembocando en todo un álbum. Dos artistas grandes cada uno en su terreno como son Sting y Shaggy.
Hace unos meses grabaron juntos en tierras jamaicanas una canción con el objeto de ser publicada como sencillo y amenizar la época estival de este año. Muy pocos podían confiar en que su compenetración y la relación de amistad que iban a desarrollar durante la grabación fuera a llevarles a meterse en el estudio y terminar trabajando juntos en un álbum que acaba de ver la luz.
El resultado final lleva el título de “44/876”, números que identifican los prefijos telefónicos de sus países de origen Reino Unido y Jamaica, y ofrece un sonido reggae en el que la gutural voz de Shaggy, capaz de cantar y rapear casi al mismo tiempo, y la inconfundible de Sting combinan a la perfección dejándonos un sonido muy veraniego y una música para disfrutarla sin más, como sucede con el sencillo de presentación de este álbum que lleva el título de “Don’t Make Me Wait”.
No es un capricho que el estilo que se haya elegido para que estos dos geniales artistas puedan compenetrarse como lo han hecho haya sido el reggae. Shaggy se mueve a la perfección en este terreno como buen jamaicano que es y a nadie se le escapa que Sting ofreció durante su etapa en The Police grandes momentos con música influenciada por este estilo.
Con este sonido tan veraniego lo dejamos por hoy y ya sabéis que en siete días nos volvemos a ver … y escuchar.
Hasta entonces, Graminoleños.
JUAN JOSÉ GOMARIZ