Banfield venía de una temporada traumática, en la que los problemas dirigenciales, con el por aque entonces entonces ¿ilegítimo? presidente Carlos Portell a la cabeza estuvieron a la orden del día. Estos fueron probablemente la causa principal por la que terminó descendiendo a la B Nacional, aún teniendo una campaña de campeón incluída en su promedio (el Apertura 2009, cuando el equipo era dirigido por Julio César Falcioni).
El fatídico 0-3 ante Colón determinó la renuncia de casi toda la comisión directiva, situación que determinó el llamado a elecciones. El elegido resultó ser Eduardo Spinosa, quien pudo haber asumido dos años atrás, pero por una maniobra turbia de Portell, en el cargo desde 1998, no hubo cambio de mando. Esta era la primera piedra para iniciar la reconstrucción del Taladro.
La primera decisión importante ya estaba tomada antes de la elección: Daniel Garnero iba a ser el nuevo entrenador, pretendiendo dejar atrás la racha de entrenadores que tuvo en la temporada anterior, donde hubo cinco personas distintas que se sentaron en el banco (Sebastián Méndez, Ricardo La Volpe, Jorge Da Silva, Eduardo Acevedo y el interino Raúl Wensel).
Luego, empezó a delinearse el equipo, el cual cambió drásticamente: de aquellos que disputaron el último partido ante Colón sobrevivieron apenas dos jugadores: Marcelo Bustamante, actual capitán, quien se encuentra en el club desde 2008, y Andrés Chávez, quien era suplente aquel 24 de junio, y hoy está como titular.
Los demás jugadores habitualmente titulares son todos distintos: el arquero Pablo Santillo; los defensores Marcos Galarza, Omar Zarif, Marcelo Mosset, Rubén Zamponi, y Ariel Broggi; los mediocampistas Crístian Leiva, Iván Pérez, Matías Díaz, Pablo López y Lihué Prichoda; y los atacantes Andrés Silvera y Ricardo Noir.
La campaña podría describirse como irregular, ya que a veces tiene rachas positivas y otras negativas. Luego de un empate ante Aldosivi y una derrota frente a Gimnasia, llegó una racha de tres triunfos consecutivos, frente a Central, Merlo y Sarmiento, que se cortó con dos caídas seguidas, ante Boca Unidos y Huracán.
Parecía que el camino se iba a retomar tras otros dos victorias al hilo, contra Instituto y Nueva Chicago, pero otra vez agarraron una meseta: fueron derrotados por Olimpo y Gimnasia de Jujuy, y empataron con Atlético de Tucumán y Patronato de Paraná. Estos altibajos generaron que el cuadro banfileño esté octavo, con 18 puntos, nueve menos que Olimpo, el puntero, lejos de las pretensiones de los hinchas.
Sin embargo, hay que reconocer que, considerando que el club está en un proceso de “barajar y dar de nuevo”, hacer una campaña para lograr el ascenso directo es algo muy difícil. No se puede pedir resultados inmediatos cuando hay una herencia pesada, en este caso, los 14 años en los que Portell estuvo al poder en Banfield.
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