«Después de dos novelas centradas en personajes femeninos (Irene de Atenas y Olvido y crueldad), Alvaro Lozano, nos sorprende con un potente personaje masculino: El emperador Constantino… Aquel que reunificó el Imperio Romano, refundó Bizancio para convertirla en Constantinopla y eligió a Cristo en Nicea. Todo un personaje, pero ¿fue un gran dirigente o simplemente un asesino?»

En el año 326 de nuestra era, el Vencedor Constantino, Augusto, Máximo condenó a la augusta Fausta y al césar Crispo a la ‘damnatio memoriae’ tras el fallecimiento de ambos ese mismo año. Las circunstancias de sus muertes y las razones de Constantino para condenarlos al olvido reservado a los más abyectos traidores a Roma nunca podrán ser desentrañadas.
Y es ahí, en el lugar en el que la Historia es derrotada,
donde medra, prodigiosa, la ficción.
Tras décadas sumida en el caos, Roma es grande de nuevo. Sin embargo, el artífice de su resurrección, el implacable Diocleciano, vuelve a poner en riesgo el futuro del Imperio al dividir su territorio entre cuatro hombres. La Tetrarquía comienza a hacer aguas en cuanto el augusto abdica, y de entre la sangre de los tetrarcas surgirá el hombre que está llamado a unificar Roma una vez más: Constantino.
Y es que, desde la rica Alejandría hasta las lejanas fronteras de Britania, Constantino irá abriendo paso a golpe de espada en busca del poder absoluto. Pero, mientras avanza en su conquista terrenal, se libra otra guerra: ¿Qué dios regirá los designios de Roma? Será él, Constantino, quien cambiará la historia para siempre al elegir a Cristo en Nicea, pero también al refundar la antigua Bizancio en Constantinópolis (actual Estambul)., monumento a su vanidad y ciudad en la que es espíritu de Roma pervivirá durante mil años más.

Aún así, a pesar de todos sus éxitos y victorias, un oscuro secreto ensombrece su legado. Los nombres de Fausta y Crispo, que intentan liberarse de las cadenas del olvido al que han sido condenados, perseguirán al emperador hasta su lecho de muerte. Sólo entonces se dirimirá la última cuestión: ahora que está a punto de morir, debe decidirse si ha sido un gran hombre o un simple asesino.
«Mientras escribía esta novela, escuché a alguien decir que sabemos tan poco sobre Constantino que se podría escribir cualquier cosa sobre él. Esto sería un problema para un ensayista, pero para un novelista es un regalo. Casi con toda seguridad puedo decir que ninguna de las cosas que he escrito en estas páginas ocurrió de la manera en que lo cuento. ¿Y qué más da? Está lejos de mi vocación literaria proclamar que mi novela es la única que cuenta la verdad. No soy historiador ni aspiro a serlo, menos aún por la vía rápida que a veces utilizan algunos escritores de novela histórica». [Nota del autor]
Lee y disfruta de las primeras páginas de la novela.
El autor:
Álvaro Lozano nació en Sevilla, en 1985, y es licenciado en Medicina por la Universidad de la misma ciudad. En 2010 se trasladó a Madrid para especializarse en cardiología y reside allí desde entonces. A pesar de su formación como médico, nunca abandonó ninguna de sus dos grandes aficiones: la literatura y la historia; y ha centrado su interés en esta última en el olvidado y en gran parte desconocido periodo bizantino. Fruto de sus dos grandes pasiones y de un riguroso trabajo de investigación centrado en las fuentes de la época surge su primera novela, Irene de Atenas. Luego nos ha regalado una maravillosa historia de mujeres en torno a Pedro el Cruel: Olvido y crueldad. Y no todo acaba aquí..
El Libro:
La muerte de Constantino ha sido publicado por la Editorial Edhasa en su Colección Narrativas históricas. Encuadernado en tapa dura con sobrecubierta, tiene 432 páginas.
Como complemento pongo un vídeo en el que Álvaro Lozano presenta su novela ‘La muerte de Constantino’. Estuvo acompañado del escritor Víctor Fernández Correas y la editora de Edhasa Penélope Acero.
Para saber más:
https://twitter.com/lvaroLozano8
