Cuando niño, me aterrorizaba una película con Steve McQueen, en la que una masa gelatinosa iba extendiéndose y englutiendo todo lo que encontraba a su paso: La Mancha Voraz (The Blob), se llamaba en español, y para mi percepción infantil era algo terrorífico. Hace unos días, mientras comía en el restaurante La Parrilla Danesa, la imagen de una masa verdosa aumentando de tamaño sobre la mesa, me hizo recordar
aquellos momentos de terror de mi infancia y por poco me levanto y salgo corriendo hacia la Av. Montevideo. Sí. Ahí, en la mesa, frente a mis ojos, el guacamole contenido en un pequeño recipiente iba aumentando de volumen e inflándose hasta desbordarse… Pensé que el siguiente paso sería que cayera a la mesa y empezara a engullirnos a todos!
Eso, un aguacate fermentado y burbujeante, en pleno proceso de descomposición; unas costillas aparatosas, engañabobos, con 30 gramos de carne dura, chiclosa y carbonizada (en algunas partes, pues en otras estaba cruda) pegada a ellas, acompañadas de una salsa tipo BBQ de tamarindo, espesa y débil; una cazuelita miserable con unos 70 gramos de queso derretido, cobrada a $75 pesos; una “Parrillada” con un T-Bonecito, un choricito de muy mediocre calidad y un poco de queso derretido, cobrada a $253 pesos!; y unos tacos grasosos en tortillas pequeñas y todos llenos de una carne sazonada invariablemente, como manda obsesiva, con Jugo Maggi y Salsa Inglesa, nos mueve a considerar a la Parrilla Danesa (Matanzas y Av. Montevideo, Colonia Lindavista, Ciudad de México) un ejemplo más, típico, de restaurante engañaincautos, que pretende hacerse pasar por un lugar de calidad, pero que en realidad vende platillos mediocres cobrándolos mucho muy por encima de su real valor.
Calificación de Police Gourmet (del 1 al 10): 3
NOTA.- Mi hija y yo tenemos criterios diferentes respecto a muchas cosas, de modo que no asumo responsabilidad alguna respecto a lo que ella escriba.
COMENTARIOS DE MI HIJA, LA MENOR (es adolescente):
Por si no hubiera muchas “Parrilla…”, tenían que salir con la “Parilla Danesa”. Mi
Pedimos nuestras bebidas, vino el mesero con ellas, se fue, regresó, ordenamos nuestros platillos, volvió a regresar, y justo cuando empezamos a comer, mi hermana, aún esperando su platillo -pues el estúpido parrillero se equivocó y mandó un platillo a nuestra mesa que no nos correspondía-, se dió cuenta de que el “guacamole” , que ya de por sí estaba echado a perder, seguía pudriéndose en nuestra mesa frente a nuestros ojos!!!. Ya se había convertido en una especie verde muy rara (casi extraterrestre), que emitía sonido mientras seguía creciendo porque burbujas atrapadas dentro llegaban a su tamaño límite y explotaban, -estilo alguna película de terror, donde los experimentos científicos nunca salen bien, se crea un
ser vivo que burla la seguridad de los laboratorios, se escapa, amenaza a la humanidad y mata a cualquiera que se le aparezca en el camino-. La mezcla burbujeante continuó creciendo y empezó a desbordarse del pequeño traste en el que estaba. Nos dio tanto miedo que no queríamos fotografiarlo porque pensamos que nos atacaría y acabaría derramándose por completo del traste hasta caer en nuestros platos!!!!Por si fuera poco, a la mitad de la comida, pasó una señora, muy campante, casi trapeándonos los pies (tal vez en su inconsciente sabía que el extraterrestre verde de la mesa acabaría llegando al piso) con un trapeador lleno de limpiador
Los “frijoles con carne” que yo ordené, lo que menos tenían era carne. Sólo alcancé a ver, entre los granos de frijol bayo,unas tiras aguadas y pastosas, de algo que imagino los “cocineros” del lugar llamarán “tocino”. NI CARNE, NI TOCINO, NI LECHES!!!! (Excuse my french). Vergüenza deberían sentir de siquiera pensar en cobrar un platillo así, que aparte de no tener carne, sabía a frijoles viejos de 1 semana, a los que le echaron un poco de agua, los calentaron y los sirvieron con unos trozos toscos de chile baboso!
Y la “Parrillada de la Casa” se la pueden meter por la nariz, pues por la cantidad que era, sí les cabe! Un T-Bone seco, acompañado de un “queso“ de plástico, derretido, que al enfriarse quedó más duro que el Kola-Loka; hasta el slime peor preparado, estaría más suave que el queso que me dieron, el cual venía con un trozo de “chorizo” perfumado, esponjoso y crudo, encima. Las costillas que ordenó mi hermana, y por las cuales tuvo que esperar media hora, eran costillas de no sé qué animal…, pues hasta un toro anémico o una vaca muerta, atacada por lobos, habrían quedado con más carne en las costillas que la que tenían las costillas que le dieron a mi hermana!!!
Pedimos los restos de la comida para llevar. Al llegar a la casa se los dimos a nuestro perro, pero en vez de comérselos, se los pasó al gato, y el gato, tampoco se los comió, los paseó por toda la casa para acabar tirándolos por la coladera. Ya no supimos si alguna rata se los comió, o qué fue de ellos, sólo sabemos que La Parrilla Danesa no se podría ni dedicar a hacer alimento para mascotas! Si ven alguna rata, pregúntenle… o no, tal vez hacer veneno sí les funcione!
Calificación (del 1 al 10): 2