Las personas envejecemos y los objetos perviven en el tiempo con un mínimo desgaste. En cambio en la vida urbana crecemos en un hábitat que nos parece siempre el mismo pero que, como nosotros, sufre cambios, evoluciona. En teoría para bien.
Me gusta ver películas ambientadas en Barcelona porque es entonces cuando advierto esa transformación urbana que pasa en la vida diaria desapercibida a nuestros ojos. Qué difícil es pararse en cualquier paraje de la ciudad y observar, y recapacitar frente a un simple objeto, a un semáforo, a un cartel, a una placa de una calle... de que el tiempo pasa. Incluso los semáforos, objetos feos por naturaleza han sufrido esos cambios, ya tienden a prescindir de la onduilada visera que impide que el sol confunda sus tonalidades. Ahora ya no está y la bombilla indicadora se ha sustituido por múltiples pequeñas luces que ya no precisan de la protección de tal visera.
Los carteles indicadores de dirección, también ahora son más pequeños, antes grandes se veían más pero afeaban esa estética urbana.
Y es cuando veo esas películas de años anteriores cuando ves los carteles de esas entidades bancarias ya desaparecidas, de esos edificios ya derruidos .. que adviertes que también para tu ciudad el tiempo pasa, aunque en este caso parece que para bien.
Y los barceloneses tenemos un edificio emblemático que ha crecido con nosotros y que lo seguirá haciendo: La Sagrada Familia, en su interminable construcción, en su inmutable aspecto nos saluda cada día para hacernos ver que ella también está ahí. Recuerdo a mi abuela que me comentaba en los ochenta que no la vería acabada, han pasado un montón de años y ahí sigue la basílica, creciendo, madurando y llegará un día en que éste que escribe pueda decir que no la verá acabada pero que le ha acompañado durante su estancia en este mundo cruel.
éste aspecto tenía cuando me vio nacer
Y es que quieras o no somos de tomar cariño a cosas inanimadas, ese peluche, esa carta, esa fotografía... Y por qué no esa Sagrada Familia que nos ha visto nacer, crecer, y nos verá morir y mientras, ella seguirá su lento pero inexorable camino hacía su finalización. Y quien tenga la suerte de verla en su plenitud es posible que recapacite de un modo semejante a éste y vea el paso del tiempo en ella, el testigo de generaciones que han visto una guerra, que han pasado hambre, que han descubierto la democracia, que se han hastiado de un sistema injusto y quién sabe si son ahora, serán entonces, partícipes de esa felicidad que todos añoramos, ojalá que sí.
y así la verán, ya acabada, las generaciones futuras
El templo, hoy basílica de La Sagrada Familia se inició el 19 de marzo de 1882 y fue encargada a Gaudí en 1883, que se ocupó de ella hasta su muerte acaecida en 1926 atropellado por un tranvía. La financiación de su construcción es a través de donativos, de ahí el lento avance de sus obras.
En este enlace podréis disfrutar de una reconfortante visita virtual:
http://www.sagradafamilia.cat/sf-cast/docs_instit/vvirtual.php?vv=1
Y en este vídeo, realizado con la ayuda de las tomas aéreas de un minihelicóptero no tripulado, acabaréis cautivados por la belleza de la construcción, orgullo de la Ciudad Condal
La Sagrada Familia from Luis Caldevilla on Vimeo.