La NBA prepara la próxima temporada el desembarco de dos de los jugadores más representativos de la próxima camada de estrellas canadienses que, quién sabe, pueden vivir su particular etapa dorada similiar a la vivida por el baloncesto español.
El primero de ellos es Tristan Thompson, flamante número cuatro del último Draft y que, "lockout" mediante, jugará en los Cleveland Cavaliers. Thompson disputó la pasada temporada en la Universidad de Texas tras una gran etapa de instituto, que lo situó entre los mejores reclutamientos del año. Después de mostrar ser un gran reboteador y un buen intimidador, Thompson (13'1 puntos, 7'8 rebotes y 2'4 tapones con los Longhorns) decidió dar el salto a profesionales. Junto a él, su compañero en Texas también fue drafteado, Cory Joseph, este como número 29 por los San Antonio Spurs. Llamado a ser el base suplente de Tony Parker, Joseph promedió en Texas 10'4 puntos, 3 asistencias y 3'6 rebotes. Ambos jugadores son nacidos en 1991.
Existe otro grupo de jugadores prometedores que ya disputaron la pasada temporada en la NCAA en universidades de gran nivel. Uno de ellos es Kris Joseph (1988), que este año ha promediado 14'3 puntos y 5'2 rebotes con los Orange de Syracuse y que continúa una gran proyección que le lleva a ser uno de los jugadores a seguir el próximo año. Otra de las canteras del baloncesto canadiense en la NCAA es Gonzaga. En la Universidad de Spokane juegan dos canadienses: Kelly Olynyk y Robert Sacre. Olynyk (1991), que ya disputó el Mundial 2010 con Canadá, es un ala-pivot de 2'13 con muy buena mano, aunque aún le falta progresar en varios aspectos, como la defensa. Sus números (5'8 pts, 3'8 rebs y 44% en tiros de 3) prometen una explosión en su tercer año. Robert Sacre (1989) ha promediado 12'3 puntos y 6'3 rebotes como pívot titular los Bulldogs. Con 7 pies, Sacre es fuerte, con buena mano y que se espera sea la principal referencia ofensiva de Gonzaga el próximo año tras la salida de Aaron Gray.
Sacre (izq) y olynyk (dcha)
Otro de los nombres destacados del baloncesto canadiense que disputan la NCAA es Andrew Nicholson (1989), que viene de promediar 21 puntos y 7 rebotes en St. Bonaventure, formando parte del mejor quinteto de una conferencia prestigiosa como es la Atlantic 10. Otro jugador con una gran temporada en NCAA es Dwight Powell (1991), que en su primer año con Stanford ha llegado a formar parte del mejor quinteto de novatos de la Pacific 10 con 8 puntos y 5 rebotes de media, otro alero de 2'08, como Nicholson, aunque más interior.Y lo mejor de todo les viene desde abajo. El próximo año tendremos en algunos de los mejores programas NCAA a varios jugadores canadienses con vitola de promesas. El que más promete de todos ellos es Mick Kabongo (1992), el base de origen africano, que jugará la próxima temporada en Texas. Muy rápido, de brazos largos y bastante envergadura, Kabongo llegará para sustituir a Joseph en el equipo. Es posiblemente el canadiense de mayor talento el próximo año. Otro que jugará en Texas es Kevin Thomas (1992), alero de 2'04 que, al igual que Kabongo, disputó esta primavera el Jordan Brand Classic. En esa cita también estuvieron las otras dos perlas canadienses, Kyle Wiltjer (1992, hijo del ex-jugador del Barcelona en los 80), un ala-pívot duro que jugará en Kentucky, y Khem Birch (1992), un alero alto, probablemente el de más proyección de todos, que ha firmado por Pittsburgh. Tanto Birch como Wiltjer y Kambongo también estuvieron en el McDonalds All-American. Kevin Pangos (1993), base, será freshman y compañero de Sacre y Olynyk en Gonzaga.
Y todo esto tiene un broche de lujo con Andrew Wiggins (1995), que estuvo presente en Jordan Brand y al que se le coloca como uno de los mejores jugadores en su promoción (2014). Podrá jugar tanto de escolta como alero y destaca por un físico privilegiado, a la espera de que, con sólo 16 años, mejore sus carencias.
Desde el día 30 de Junio tendrá lugar en Letonia el Campeonato del Mundo Sub-19, donde sólo estará presente de toda esta lista Kevin Pangos y donde destaca el gigante (7'4'') Sim Bhullar. A la espera de la progresión de todos ellos y del compromiso que adquieran en el futuro, no es de extrañar que en un plazo de 5 años veamos a la selección canadiense luchar por lo máximo en las competiciones.