La Venus de las pieles (2013)

En un teatro parisino, después de un duro día de audiciones para el papel del nuevo proyecto, Thomas (Mathieu Almaric) se lamenta al teléfono por el poco empeño e interés que han mostrado los candidatos que se han presentado. Nadie tiene el nivel necesario para asumir el liderazgo del reparto y Thomas se está preparando para salir cuando aparece Vanda (Emmanuelle Seigner), un torbellino de energía desenfrenada y descarada. Vanda tiene todo lo que odia Thomas. Es vulgar, sin cerebro y no se detendrá ante nada hasta conseguir el papel. Thomas le da una oportunidad para mostrar su talento y Vanda le sorprende con una increíble metamorfosis. Provista de accesorios y disfraces, entiende a la perfección el personaje y ha memorizado cada línea del guion. Mientras la prueba se alarga, la intensidad entre ellos se incrementa y la atracción se convierte en una obsesión para el joven. Adaptación de la comedia negra de Broadway escrita por David Ives, ‘Venus in Fur’.

Calificación: 7,420.

Tráiler de la Película

Ficha:

Título Original: La Vénus à la fourrure.
Director: Roman Polanski.
Guionistas: Roman Polanski, David Ives.
Intérpretes: Emmanuelle Seigner, Mathieu Amalric.
Productores: Robert Benmussa, Alain Sarde.
Fotografía: Pawel Edelman.
Música: Alexandre Desplat.
Montaje: Hervé de Luze, Margot Meynier.
Diseño de Producción: Jean Rabasse.
Diseño de Vestuario: Dinah Collin.
Países: Francia, Polonia.
Lugares de Rodaje: París (Francia).
Fechas de Rodaje: Noviembre de 2012.
Año: 2013.
Duración: 96 minutos.
Edad: No recomendada para menores de 16 años.
Género: Comedia, Drama.
Estreno: 31-01-2014.
Distribuidora: Wanda Visión, S. A.
WEB Oficial: Web Oficial de la película en España, Sitio Oficial.
Espectadores: 0.
Recaudación: 0 €.

Crítica:

03-02-2014 – ANTÓN MERIKAETXEBARRIA

Con tablas y a lo loco

El cine ha mantenido una ambigua relación con el teatro a lo largo de toda su historia, en la que nos encontramos con autores y obras teatrales que son llevadas a la pantalla con una celeridad sorprendente. No me refiero a clásicos del calibre de Shakespeare, Anton Chejov o Valle Inclán, sino a autores contemporáneos al estilo de Tennessee Williams (“Un tranvía llamado deseo”), E. M. Forster (“Una habitación con vistas”), Arthur Miller (“La muerte de un viajante”), Alf Sjöberg (“La señorita Julia”), William Inge (“Picnic”) y García-Lorca (“La casa de Bernarda Alba”). Ahora, con “La Venus de las pieles”, el director polaco Roman Polanski muestra un respeto casi total a la puesta en escena de la obra original.

Una pieza escrita por el prestigioso dramaturgo neoyorquino David Ives, en la que asistimos a las relaciones de poder entre un talentoso director de teatro y una descarada actriz, situados ambos en un claustrofóbico escenario único. Con estos mimbres, dos intérpretes con muchas tablas y un escueto plató, el realizador de “La semilla del diablo” intenta esquivar por todos los medios la trampa de caer en el simple teatro filmado, tal y como ha ocurrido en no pocas ocasiones con cineastas de talento, metidos de hoz y coz en un callejón sin salida.

La película se centra en los dimes y diretes de los dos tarumbas protagonistas de la función, a base de sobrias angulaciones y discretos movimientos de cámara, que intentan ‘airear’ en la medida de lo posible su teatral fuente original. Desde ese punto de vista, tanto la actriz Emanuelle Seigner como el actor Mathieu Amalric asumen de manera clara lo que se espera de ellos y procuran dar lo mejor de sí mismos a la hora de rendir creíbles sus parlanchines personajes. Por tal motivo, no debería extrañar a nadie que en “La Venus de las pieles” los malévolos diálogos son los que marcan la pauta. Pero el gran cine es otra cosa.