Revista Cocina

La vuelta al colegio

Por Angryomelette

La vuelta al colegio

Sabia combinación de colores. Los catalanes son los maestros del diseño
Fotografía: JPP Pater Juliano

Los últimos estertores del verano. Los días cada vez son más cortos y la luz pierde por momentos su intensidad y brillo dejando paso a los últimos rayos de un sol melancólico que sabe que se aproxima un largo y crudo invierno. Son los rigores propios de un clima cíclico para algunos adulterado que nos regala cortas primaveras y escasos otoños de astenias y depresiones post – vacacionales. Y ahora, pese a la gran cantidad de nuevos coleccionables (abanicos de diseño, novela romántica Highlanders y el barco del capitán Jack Sparrow, La Perla Negra, son los que más me han llamado la atención por el momento) y la ilusión de estrenar cartera nueva revalorizada tras la subida del IVA, debemos afrontar la vuelta a la normalidad del trabajo, quien lo tenga, de la escuela o de la rutina diaria de café mañanero de apenas cinco minutos con lectura apresurada de la prensa antes de la reincorporación a los quehaceres diarios… Por fin, ¡¡se acabó el verano!! No veía el momento…
 

La vuelta al colegio

El Racó del Passeig, primera línea de playa
Fotografía: JPP Pater Juliano

Ansiaba la llegada de septiembre como agua de mayo. Quería que acabase este tormento infernal que significa el verano con horribles temperaturas que se pegan a la piel y la afición tan humana de enseñar carnes y más carnes a la mínima de cambio, da igual cuál sea su estado de morbidez, en cuanto asoma un poco el sol y sube la temperatura por encima de veinte grados. Me parece increíble que nuestro Código Penal sea incapaz de castigar con cárcel y con penas físicas, unos latigazos al menos, a esos señores ya entrados en años y en carnes que no dudan en lucir orgullosos sus cuerpos obsoletos mediante el uso recurrente de camisetas de tirantes combinadas de forma única con pantalón corto de explorador, coronel Tapioca degradado a cabo chusquero, y sandalia de cuero. Qué decir cuando la chancla en cuestión es blanca, ese post soviet fashion victim que parece hacer furor en los últimos años en tierras levantinas. Por no hablar de la cuestión playera, cuerpos amontonados unos sobre otros en escasos metros cuadrados cual colonias de morsas torrándose de forma impúdica al sol.
En septiembre la vida de nuevo renace. Y Territorio Tortilla ha decidido también comenzar el curso 2012 – 2013 con muy buenos propósitos. Y, todo sea dicho, no podíamos hacerlo mejor que con un nuevo colaborador en “nómina” que nos va a acercar a las distintas tortillas del mundo desde su más que probada experiencia de viajador – explorador. Bajo las iniciales JPP, Pater Juliano ingresa en este último post en el libro de oro de los colaboradores que pueden llevar a gala formar parte del staff técnico de Territorio Tortilla. Sin duda, esta entrada en relación con el final del verano le viene como anillo al dedo ya que nuestro Pater Juliano es ante todo amante fiel e incondicional de todos los placeres estivales. De hecho, si alguno/a quiere contactar con él durante el periodo vacacional es más fácil que localice su cuerpo serrano luciendo al sol allá por la Costa Dorada, en sus playas de fina arena y aguas mansas donde pasa las horas en remojo.

La vuelta al colegio

Fantástico corte lateral que deja ver la estructura interna
Fotografía: JPP Pater Juliano

Y desde su idílico oasis de paz y descanso, entre palmeras, el rumor de las olas golpeando la costa y algún que otro Gin Tonic para refrescar y amenizar las calurosas noches, Pater Juliano nos ha mandado excelente crónica de una tortilla española de bandera azul. Conocedor de la importancia del relato conciso y descriptivo ha decidido saciar las ansias gastronómicas de nuestros cada vez más seguidores de Territorio Tortilla regalándonos una muestra tortillera de su segunda patria chica: Cataluña (las imágenes no dejan lugar a dudas). Se trata del pincho de tortilla de patatas de El Racó del Passeig, chiringuito de primera línea de la platja de la localidad tarraconense de Coma – ruga. Pero dejemos que sea Pater Juliano quien nos ponga los dientes largos:
“Tortilla con muy buena presentación, tierna aunque no cruda, jugosa y con un leve toque a cebolla que delataba dicho ingrediente, eso si muy muy fino picado y deduzco que en poca cantidad; no te encontrabas ningún trozo por pequeño que fuera. El único defecto por decir algo es que fuimos tarde a comerla, y seguro que recién hecha aún sería mejor. Muy buena aunque no supera la del Misissipi... Acompañada por una rica y fresca generosa caña de estrella Damm”

La vuelta al colegio

Unidos por la tortilla
Fotografía: JPP Pater Juliano

Fantástico. La precisión certera y bien apuntada de la presencia de la cebolla como debe ser: picada, muy picada, que nos indique sutilmente que está pero que no haga acto de presencia de forma desagradable en la boca. Y la salvedad de la tardanza en la degustación del pincho, ya que cualquier pincho de tortilla nunca debe estar recalentado, e insisto en este nunca. Por último, loa y mención a la tortilla incomparable, nuestro número uno, la más grande, la tortilla de nuestro particular Misissipi leonés. Excelente disertación tortillera que nos muestra el cuidado pictórico del pincho y su geometría osada. Sí, odio el verano y los excesos estilísticos a los que da lugar; pero muchas veces el bueno tiempo, el sol y el mar nos regalan momentos incomparables, como el del pincho de tortilla de El Racó del Passeig.

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