El arte está en todo, el arte es la vida y se expresa en cada ocasión y en cada país. Charlond Perriand figura icónica del diseño del siglo XX vuelve de nuevo a demostrar la importancia e influencia de su trabajo en esta gran exposición que se puede ver hasta el 24 de febrero en la Fundación Louis Vuitton de Paris. Ella cambió el modo de habitar el espacio doméstico, creo un mundo lleno de posibilidades sin ataduras a los esquemas tradicionales de la vivienda.
Autor colaborador: Maira Herrero,
Master en Filosofía.
Left: Charlotte Perriand face à la vallée, vers 1930 © ADAGP, Paris 2019 © AChP. Right: Charlotte Perriand sur la « Chaise longue basculante, B306 » (1928-1929) – Le Corbusier, P. Jeanneret, C. Perriand, vers 1928 © F.L.C. / ADAGP, Paris 2019 © AChP
El arte está en todo, el arte es la vida y se expresa en cada ocasión y en cada país. Charlotte Perriand
Charlond Perriand figura icónica del diseño del siglo XX vuelve de nuevo a demostrar la importancia e influencia de su trabajo en esta gran exposición que se puede ver hasta el 24 de febrero en la Fundación Louis Vuitton de Paris. Ella cambió el modo de habitar el espacio doméstico, creo un mundo lleno de posibilidades sin ataduras a los esquemas tradicionales de la vivienda. La técnica, la industria y los materiales más punteros los puso al servicio de sus diseños. Piezas de bicicletas, de coches, incluso de aviones fueron una fuente de inspiración que le llevaría, con el tiempo, a ser una pionera en la producción en serie de sus diseños.
La Muestra ocupa prácticamente todos los espacios expositivos del edificio de Frank Gehry en un recorrido ordenado cronológicamente que recibe al espectador con un gran cuadro de Fernando Leger, Le transport des forces y dos de las piezas icónicas de Perriand, la chaise Longue LC4 y la silla B302 Swivel Chair, tantos años consideradas como diseños únicos de Le Corbusier.
Calder, Picasso, Laurens y Delauney, junto a Leger serán los artistas que acompañarán a la diseñadora durante todo el recorrido.
Construir la modernidad, buscar en la naturaleza, dialogar con otras culturas son algunos de los apartados de la Exposición que definen el trabajo de una mujer inteligente y comprometida con su profesión y sus ideas, siempre con una actitud vitalista que enamoró a todos los que la conocieron. Viajera incansable, absorbió la vida con tal intensidad que en ocasiones resulta difícil seguir su estela.
En 1926 recién licenciada y entusiasmada con el trabajo teórico de Le Corbusier sobre las nuevas ciudades y otras formas de habitar llamó a la puerta del estudio que el suizo compartía con Pierre Jeanneret. El resultado fue aquella famosa frase: señorita, aquí no se bordan cojines. Un año después Le Corbusier se retractó y la contrato, había visto en el Salon des Artistes Décorateurs, Le Bar sous le toit, una barra de bar que Perriand había diseñado para su propia casa. Así comenzó una intensa colaboración que se retomaría a lo largo de la vida de estos creadores. Perriand cuenta en sus memorias que su papel en el estudio de Le Corbusier y Jeanneret fue llevar a cabo las ideas de estos dos grandes arquitectos. Era una mujer practica capaz de resolver con imaginación cualquier problema, y llenar de humanidad aquello que Le Corbusier tituló máquinas para vivir. En 1952, Le Corbusier la llamó para que realizase los interiores de lo que se conoce como la Unité d’habitation de Marsella y Berlín cuyo resultado también se pueden ver en la Exposición. Supo convertir aquellos espacios mínimos en lugares acogedores, incorporando el primer prototipo de cocina integrada.
Una de las piezas claves de la Exposición es la recreación del proyecto que se presentó en el Salon d’automne de 1929, equipment Interieur d’une habitación, obra que realizó con Le Corbusier y Jeanneret. Aquí, el visitante puede interactuar con el mobiliario y entender de qué manera la disposición de los objetos en el espacio construyen la atmósfera que vuelve confortable la vivienda.
En 1929, su inquietud social le llevo a participar en la creación de la Unión des Artistas Modernos (UAM), en la que también participaron Mallet- Stevens, Miró, Calder, Delonay, Pierre Chareau … Lo que buscaban era la reunión de todas las artes para responder a los problemas políticos y sociales de su tiempo. El pabellón de la República de España en la exposición de París de 1937 fue un reflejo perfecto de los supuestos de la UAM, arquitectura, escultura, pintura y fotografía se unieron para reflejar la tragedia de la guerra. Su autor el arquitecto José Luis Sert, gran amigo y colaborador de Perriand al que se recuerda en la muestra con la presencia de fotografías realizadas durante la Guerra Civil española, y una reproducción del Guernica de Picasso, entre otras cosas. Ambos arquitectos compartían las mismas inquietudes sociales y colaboraron en el diseño de la vivienda mínima. En 1933 participaron en el Congreso Internacional de Arquitectura Moderna donde se redactó el famoso manifiesto La Carta de Atenas, sobre las condiciones adecuadas de habitar las ciudades.
La Casa al borde del agua de 1934 es otra de sus obras icónicas que se ha reconstruido en el exterior del edificio de la Fundación, frente a una cascada de agua, para que el visitante pueda imaginar el sentido de este proyecto, pensado para familias con pocos recursos como lugar de vacaciones. Una especie de casa-cabaña desmontable, apoyada sobre pilotes y dividida en dos espacios simétrico, en uno, la zona de estar y en el otro la de dormir, ambos abiertos por puertas correderas a una terraza-patio, protegida por un toldo que recoge las aguas pluviales. De nuevo Perriand piensa en la funcionalidad y busca llegar a los menos favorecidos construyendo un mundo más sencillo y humano en contacto con la naturaleza.
También fue una gran fotógrafa que escrudiñó la naturaleza a través del objetivo de su cámara, donde encontró soluciones para muchas de sus creaciones. El mar y la montaña fueron recurrentes en sus instantáneas y estímulo para una serie de proyectos sobre refugios de montaña. En 1938 se puso en marcha el Refuge Tanneau mountain shelter, de 8 m2 con capacidad para 6 personas. Amo la montaña profundamente. Porque la necesito. Siempre ha sido el barómetro de mi equilibrio físico y emocional.
Su estancia en Japón e Indochina quedan muy bien documentad en la Muestra con diseños que incorporan elementos de oriente como maderas autóctonas, bambú, laca o tejidos, fortaleciendo los lazos entre creación y tradición. Brasil fue otro punto de inflexión en su carrera, allí conoció a grandes arquitectos y la exuberancia de sus diseños.
El momento culminante de su carrera llegaría con el proyecto de Les Arcs, un enorme complejo de apartamentos de montaña en los Alpes franceses, con capacidad para 30.000 camas. Perriand en un alarde de ingenio, desarrolló lo que se ha llamado habitáculos mínimos o células mínimas. Los interiores se construyeron, en un porcentaje muy alto, con elementos prefabricados y grandes ventanales con increíbles vistas para acercar la naturaleza al interior. Una gran maqueta ayuda al espectador a entender Les Arcs como la culminación de todas las ideas de Charlotte Perriand.
El recorrido finaliza con el último encargo que recibió la diseñadora en 1993, la Maison de thé para la UNESCO. Un circulo de madera sobre el que apoyan 18 cañas de bambú para crear un espacio de 4,5 metros de altura cubierta con una lona. Una obra orgánica y delicada para celebrar la Ceremonia del Té.
Fondation Louis Vuitton. Paris
- Le Monde Nouveau de Charlotte Perriand - - Alejandra de Argos -