Atendiendo al texto de la contraportada, nos hacemos perfectamente una idea clara y meridiana de lo que nos vamos a encontrar en su interior:
Las historias fantásticas nos acompañan desde el principio de los tiempos, relatadas al calor de la hoguera y transmitidas de generación en generación. Son fábulas destinadas a entretener, asustar o sorprender, dirigidas sobre a todo a los más jóvenes y generalmente con moraleja: no vayas por ese camino, no llegues tarde a casa, no hables con desconocidos…
En la actualidad estas narraciones se conocen como “leyendas urbanas". Inquietantes, macabras, divertidas o directamente increíbles, circulan por Internet, llegan a nuestros buzones de correo electrónico y a nuestros teléfonos móviles...
La pequeña novedad que plantea este nuevo acercamiento al mítico y misterioso mundo de las leyendas urbanas es que muchas de ellas están planteadas como si fueran relatos o cuentos, tal y como nos hubieran llegado a través del "boca a boca" o directamente a nuestra bandeja de entrada de correo electrónico. Este recurso nos acerca la historia, creando una pequeña atmósfera familiar, un entorno favorable que mete al lector de lleno y lo predispone para recibir la leyenda. Aunque parezca un detalle sin importancia, resultará comodísimo para aquellos neófitos en el tema que se acerquen por primera vez a este mundillo, eliminando así pesadas y farragosas explicaciones sobre los orígenes de las leyendas.
Además, el libro se encuentra dividido en capítulos, dependiendo de la naturaleza de las leyendas, en una clasificación que queda tal que así:
- Terroríficas
- Coches y Carreteras
- Drogas y Alucines
- Ciencia y Medicina
- Comidas, Toxinas y Venenos
- Viajes
- Robos y Alarma Social
- Naturaleza: Animales y Plantas
- Negocios, Tecnología e Internet
- Famosos
- Las Inclasificables
- Las Imprescindibles
Pd: En relación al mundo de las leyendas urbanas, la última anécdota al respecto me ocurrió hace apenas unos días con un compañero de trabajo el cual, muy seguro de sí mismo, afirmaba rotundamente que fue testigo de la mítica historia de Ricky Martin, el armario, la niña, la mermelada y el perro (tod@s sabeís a lo que me refiero, ¿verdad?). No pude sino esbozar una sonrisa de oreja a oreja ante lo que mis oidos estaban escuchando, y la verdad es que pasé olimpicamente de entablar ninguna discusión, pues el chaval se mostraba muy convencido...