Según las costumbres y tradiciones de los pueblos primitivos, el equinoccio de otoño ha tomado distintas interpretaciones, acompañadas por diversas celebraciones.
Los pueblos celtas, por ejemplo, consideraban el final de la época de las cosechas como un acto de violencia. Por ello, quien cortaba el último manojo de los frutos cosechados debía preparar una ofrenda a la tierra con la que simbolizaría su espíritu.
Para otros pueblos primitivos, con el equinoccio comenzaba la época en que el dios de la Oscuridad le ganaba la partida a su gemelo, el dios de la Luz, que renacería la próxima primavera.
En la tradición griega, la diosa de la tierra (Deméter) se cubría de luto y tristeza porque su hija (Perséfone) debía retirarse al inframundo para convivir con su esposo (Hades) durante seis meses. En ese tiempo, la tierra viviría sumida en la tristeza y el frío que anidaban en el corazón de su madre.
Sin embargo, para la mayoría de las culturas se trataba de rituales de agradecimiento por las bendiciones recibidas en todos los ámbitos de la vida y, en especial, el de la cosecha de los alimentos. Era época de compartir la cosecha entre los integrantes de las comunidades o tribus y de observar la naturaleza, preparándose para la llegada del invierno. De acuerdo con esta visión, el otoño suele representarse con un cesto de frutas y racimos de uva que representan la abundancia de la cosecha.
Llega el momento de despedirnos de ciertos vegetales que son de estaciones más cálidas, mientras que comienzan a aparecer algunos propios de esta época.
Si bien hoy en día conseguimos la mayoría de los productos de huerta casi todo el año, no tenemos que olvidar que lo ideal es consumir vegetales de estación porque eso nos garantiza alimentarnos con productos más naturales que no han sido conservados en cámaras frigoríficas, ni obtenidos a partir de modificaciones genéticas. Además, consumir productos de estación beneficia nuestra economía, debido a que compramos los alimentos que más abundan en ese momento, razón por la que tienen mejor precio.
Aquí les dejo una lista orientadora para recordar cuáles son las verduras y frutas propias del otoño. Así podremos incluirlas en nuestras recetas y favorecer nuestra salud al mismo tiempo que nuestro bolsillo.
A experimentar, divertirse y crear en la cocina. En esta época, los días de lluvia nos invitan a preparar tortas y galletitas con los más chicos de la casa o a probar nuevos platos para sorprender a amigos y familiares.
¡¡Qué disfrutes del otoño con sus días más frescos, las calles cubiertas de hojas amarillas, naranjas y rojas; el chapotear en los charcos de lluvia, el olor a tierra mojada y el perfume del café humeante!!
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