El árbitro Paolo Tagliavento tuvo que suspender durante unos 40 minutos el encuentro entre Génoa y Siena cuando se llevaban jugados ocho minutos del segundo tiempo, después de que un centenar de hinchas locales invadieran la tribuna situada sobre los vestuarios y lanzarán varias bengalas al terreno de juego.
En el minuto 8, el técnico de Génoa, Alberto Malesani, decidió el ingreso de un defensor (Kaladze) por un delantero (Sculli) pese a la derrota 0-4 de su equipo y esto hizo estallar a los barrabravas locales.
El grupo de hinchas de Génoa se trasladó hacia la tribuna donde se encuentra la entrada a los vestuarios y se avalancharon hacia las vallas de contención para desde allí comenzar a lanzar bengalas y amenazar a los jugadores de su equipo.