Revista Cultura y Ocio

Los lanzallamas. Rachel Kushner

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Los lanzallamas. Rachel Kushner
     "Valera se había apartado de su escuadrón y estaba cortando los cables del faro de la moto de otro motorista. El motorista, Copertini, estaba muerto. Valera no sintió tristeza y eso era raro, porque Copertini había sido su compañero de fatigas, un colega con el que había recorrido a toda velocidad la Vía del Corso, iluminada por neones blancos, mucho antes de que ambos se presentaran voluntarios para formar parte del batallón de motoristas en 1917."
      Sucede una cosa extraña con el libro que traigo hoy y es que no conozco a nadie que lo haya leído y no haya terminado entusiasmado. Claro que tampoco conozco a demasiada gente que lo leyera, tal vez sea eso. Sin embargo, no deja de ser curioso al menos estadísticamente. Hoy traigo a mi estantería virtual, Los lanzallamas.
     Conocemos a Reno, aspirante a artista que se traslada al Nueva York de los años setenta desde Nevada. Y conocemos en otro hijo a T.P. Valera, un apasionado de las motocicletas en Italia, en un periodo entre finales de la Primera Guerra Mundial y los años cincuenta. El nexo de unión entre ambas será el hijo de Valera, Sandro, novio de Reno que decide llevársela a Italia a casa de su familia.
     Utilizando a estos personajes Kushner nos introduce con facilidad en esenarios ya representados de los que tenemos buenas referencias. Y lo hace ultilizando alguna suerte de truco para que seamos capaces de visualizar cada escena, con un estilo que oscila entre lo crudo y lo poético a ratos que decide llenarlo de analogías. Reno, protagonista indiscutible, nos muestra un círculo que lee a Plath y ven cine de culto, un círculo con unas ideas sobre la vida y sociedad que la llevan en Italia, a las protestas del 77. Valera por su parte, será un Arditi. Y de este modo, ambos, como si fueran armados con esos lanzallamas, parecen dispuestos a quemarlo todo y esperar que salga algo hermoso de las cenizas. Aunque tengamos la sensación de que no tienen muy claro el qué. Y es que Kushner parece situar a Reno siempre al borde del éxito que produzca la marca y diferenciación para finalmente convertir esa ambición en humo. Y será esa falta de éxito, esa aparente irrelevancia, la que marque a los protagonistas incluso para el lector. En una novela en la que "no dejan de suceder cosas" aunque parezca no tener un hilo argumental definido y recto, veremos como les obliga a aprender su importancia en la vida, la real, mientras parecen empeñados en reclamar su sitio. Reno es un personaje en constante aprendizaje de éxitos y frustraciones, provocando incluso alguna reflexión de cómico realismo ante su desventura con Sandro. Y será ese el humor perceptible en la novela, no una sátira común, sino una reflexión. Una novela que se irá poco a poco adaptando, como lo hace la sociedad o las hormonas pasados unos años, y cuyo tono irá cambiando de la lucha al desencanto, tal vez a la melancolía, sin que eso signifique en ningún momento que sea una historia triste.
     Los lanzallamas es una magnífica novela que también está llena de pasiones: la pasión por las motocicletas de Reno y Valera, por los lanzallamas de Sandro y por el arte. Ese arte que es al final el verdadero nexo de unión junto a las ya nombradas motos. Porque será Reno sobre una moto quien busque las líneas en el suelo, y serán carreras de motocicletas las que abran las historias, y será relevante la moto en la que iba Reno para que exista la historia. Porque las historias existen en cualquier parte y las vidas, parece decirnos Kushner una y otra vez, tienen relevancia aunque no estén situadas en los estratos más altos. Y todo esto nos lo cuenta en un libro que se llena de reflexiones y arte, en el que hay proyectos y fotografías y en el que podemos encontrar la belleza incluso en unas magulladuras que desaparecerán pasados unos días.
     He disfrutado mucho con este libro del que he copiado citas una y otra vez en mi cuaderno. Un libro que admite tanto la lectura voraz como la pausada, apto por lo tanto, para todo tipo de lectores.
     Y vosotros, ¿recordáis algún libro del que hayáis visto únicamente buenas opiniones?
     Gracias.

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