El anuncio que da el pistoletazo de salida a la campaña juega con algo que seguramente muchos hemos pensado en estos días cuando entramos en un bar y nos preguntan: “¿Qué, ya has comprado el décimo de lotería?”. Automáticamente, nuestra mente piensa: “Sólo falta que toque aquí, que vengo cada día a tomar café, y les toque a todos menos a mí”.
Pues bien, eso es exactamente lo que le ocurre a Manuel, el protagonista del spot. Para un año que no compra el décimo, ve con horror que el Gordo ha tocado en el bar de Antonio, su local habitual de compadreo. Empujado por su mujer, y con el alma hecha pedazos, baja a su bar de siempre para intentar felicitarles a todos. Pero no puede. Mientras los alegres parroquianos brindan por doquier, él se esconde en un rincón. “¿Una copita?”, le dice el sonriente barman. “Para mí un cafelito”. responde Manuel, que no puede ocultar sus lágrimas. Y cuando pide la cuenta... llega la mágica sorpresa.
Yo, desde luego, quisiera ser la mitad de bueno que el anónimo barman del anuncio. Es un auténtico héroe nacional, ahora que abundan las celebridades mediocres. Por eso, aunque falte más de un mes, me siento con ganas de deseároslo ya: ¡Feliz Navidad a todos!