Revista En Femenino

Malnutrición, obesidad y desvergüenza

Por Teresa Escudero Ozores
Leo atónita las declaraciones de Ignacio González, presidente de la Comunidad de Madrid: "El principal riesgo de malnutrición de los niños madrileños es la obesidad"... Y esta afirmación es la que justifica que no se abran los comedores escolares. No consigo recuperarme todavía, y llevo ya varios días buscando la mejor manera de escribir sobre ésto sin incurrir en un delito de injurias. Leo las declaraciones del portavoz de la Asociación pro Derechos del Niño (Prodeni): "José Luis Calvo, tachó este viernes de “auténtico insulto a la infancia” las declaraciones del presidente madrileño, Ignacio González, sobre que el problema relacionado con la malnutrición infantil en la región es el de la obesidad y el sobrepeso.
En declaraciones a Servimedia, Calvo afirmó que al hablar así, González “insulta a la infancia y a organizaciones como Cáritas, Cruz Roja, el Banco de Alimentos y otras que están al pie del cañón para intentar paliar las necesidades de miles de niños en estas fechas”.
“A veces se cruza el límite de lo que son declaraciones políticas y se cometen auténticas barbaridades”, como negar los distintos informes que hablan de alrededor de un 25% de pobreza infantil en España, señaló".
Yo he decidido escribir una carta abierta, con la esperanza de que llegue a quien tiene que llegar:
Estimado señor González: Es evidente que usted no tiene formación médica, por lo que ignora que un niño puede estar obeso y desnutrido. Sí, en Madrid hay muchos niños obesos. Muchos niños que sólo pueden permitirse hamburguesas por un euro, como comida del día. Muchos niños que hace AÑOS que no pueden comer una naranja o una verdura... simplemente porque los productos frescos son más caros que los productos elaborados. Niños obesos con desnutrición vitamínica, niños obesos a los que les faltan minerales, niños obesos con déficit de hierro... En fin, niños obesos que tienen mucha grasa y poca "chicha", pocos minerales, pocas vitaminas. Hay niños que sólo comen al día lo que comen en el comedor escolar... por las noches las madres les hacen "bocadillos mágicos", con pan y ellos se imaginan lo de dentro... No, no es un anuncio lacrimógeno, me he encontrado con situaciones similares en la consulta. Todos los que hemos trabajado en pediatría en la Comunidad de Madrid nos hemos encontrado con situaciones similares. Y lo peor es que cada vez son más frecuentes.
Me revuelve el estómago su falta de interés, su falta de humanidad... pero sobre todo su falta de vergüenza. Diga que no quiere abrir los comedores escolares porque no está dispuesto a pagarles las horas extra a los trabajadores (apuesto a que saldrían voluntarios, ¡qué no haríamos por dar de comer a un niño en Navidad!). Pero claro, entonces queda usted mal, es mucho mejor decir que como los niños están gordos, pues mejor que no coman, que el ayuno es sano... Tenga un poco de decencia, señor González. Abra los comedores, por el bien de los niños, o por el bien de su futuro político, me da igual. Pero ábralos... porque ningún niño debería pasar hambre en Navidad... aunque esté gordo.
Teniendo en cuenta que tanto usted como la señora Aguirre han negado conocer datos de desnutrición, permítame dirigirle a la Encuesta de Nutrición realizada en el año 2008 (Díez-Gañán L, Galán Labaca I, León Domínguez CM, Zorrilla Torras B. Encuesta de Nutrición Infantil de la Comunidad de Madrid. Madrid: Consejería de Sanidad de la Comunidad y Madrid; 2008),  que presenta las siguientes conclusiones: La dieta media en la población infantil de la Comunidad de Madrid presenta desequilibrios que es necesario mejorar: ingesta inadecuada de alimentos básicos, exceso de proteínas, grasas saturadas y colesterol y déficit de hidratos de carbono, fibra y algunos
micronutrientes. La actividad física desarrollada en esta población es menor de lo
recomendable y un porcentaje elevado duerme habitualmente menos de 10 horas diarias. Un
27,0% de la población presentó sobrepeso y el 5,6% obesidad.
Vamos, que hay un porcentaje de sobrepeso y obesidad importante, eso es indudable, pero veamos realmente qué están comiendo estos niños en el 2008:
La ingesta media de verduras y hortalizas fue 88,9 g/persona/día (lo que equivale a media
ración/persona/día de ensalada variada o verdura cocida), y la de tubérculos 73,3
g/persona/día (una media ración de estos alimentos), casi exclusivamente patata (73,2
g/persona/día). Más del 50% de la población tuvo una ingesta inferior a estas cantidades (Tabla
12: P50, de verduras y tubérculos, respectivamente) y el 7,5% (7,3% de los niños y 7,7% de las
niñas) no había comido nada de verduras ni hortalizas en todo el día en los dos días incluidos
en la encuesta. La ingesta media de frutas frescas (no oleaginosas) fue 193,1 g/persona/día
(lo que equivale a una pieza grande, por ejemplo manzana grande, o dos medianas, por
ejemplo mandarina). Más del 50% de la población se encontró por debajo de esa cantidad
(Tabla 12: P50) y el 6,9% (7,9% de los varones, 5,7% de las niñas) no había comido nada de
fruta fresca en todo el día. Si se incluye la población que sólo había comido alguna fruta fresca
oleaginosa (aguacates, aceitunas), el porcentaje de los que no habían probado la fruta fresca
en todo el día disminuye al 6,3% (7,4% de los varones, 5,1% de las niñas). La ingesta media de
frutas frescas, verduras y hortalizas conjuntamente fue 282,0 g/persona/día.
Es decir, la dieta que consumían los niños en 2008 YA ERA INADECUADA, con un exceso de proteínas y grasas y una falta de productos frescos, lo que produce un déficit de vitaminas y minerales. Citando también la anterior publicación:
La dieta media de la población infantil de la Comunidad de Madrid, con una ingesta de energía
por término medio de 1.905,9 kcal/persona/día, un 43,6% de hidratos de carbono, un 17,4% de
proteínas, 39,0% de lípidos (13,3% grasas saturadas, 16,8% monoinsaturadas y 5,0%
poliinsaturadas) y una ingesta media de colesterol y fibra de 363,8 mg y 13,6 g/persona/día,
respectivamente, se aleja de los objetivos nutricionales para la población española por exceso
de proteínas, grasas saturadas y colesterol, y déficit de hidratos de carbono y fibra (Tablas 3.6-
3.7). El porcentaje de ácidos grasos poliinsaturados en la dieta está dentro de lo recomendado
y el de monoinsaturados por debajo, a costa del exceso observado en los saturados. Además,
el porcentaje de niños que cumple alguna de las recomendaciones relativas a la distribución
proporcional de los macronutrientes en la dieta es muy bajo (inferior al 20% de los niños en
todos los macronutrientes) (Figuras 85a y 85b). En concreto, más del 90% de los niños
presenta un aporte de proteínas superior al recomendado e inferior de hidratos de carbono, y la
proporción media de la energía diaria procedente de las grasas fue superior al máximo
recomendado en el 80% de los niños, principalmente por los ácidos grasos saturados (90,6%
de los niños excede las recomendaciones). Este desequilibrio en la distribución de las grasas
en la dieta se refleja también en la razón de ácidos grasos no saturados/saturados de 1,7,
inferior al mínimo recomendado de 2. Por otro lado, la ingesta de zinc, ácido fólico y vitaminas
D y E en ambos sexos, y de hierro y vitamina B6 en las niñas es también menor a la
recomendada en esta población.

Así que, visto lo visto, por favor, dejen de decir estupideces, admitan que saben que la dieta es inadecuada desde el año 2008 y que no han hecho NADA por remediarlo... Y por lo que más quieran, ¡abran los comedores en Navidad!!!

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