Revista Cocina
La malagueña Antequera, la romana Antikaria, corazón de Andalucia,es tierra de dulces,de delicias de clarísimo origen árabe, incluso se cree que romanas, cuyas recetas han sido transmitidas de generación en generación e incluso salvaguardadas y preparadas en sus innumerables conventos, como el famoso Bienmesabe
Sin dejar atrás el dulce más representativo de la zona y de los pueblos de alrededor, el mantecado.
Originariamente, a los mantecados, se les conocía como “torta de manteca”, y sus recetas más antiguas, se conservan en los conventos de Antequera, donde existe incluso un antiquísimo fresco que decora el salón de plenos del Ayuntamiento con una referencia clara a los mantecados que allí se hacían.
El origen del mantecado data del siglo XVI propiciado por el excedente de cereales y manteca de lechón que se daba en esta parte de Andalucia. Unos dicen que en Estepa y otros en Antequera.
Todo apunta a que fue Antequera donde se elaboró la originaria receta del mantecado. Incluso, mucho antes de que empezaran a adquirir fama los mantecados de cercanas tierras sevillanas, las fábricas de mantecados de Antequera eran proveedoras de la Casa Real.
En aquellos tiempos Estepa tenía una notable cabaña de ganado porcino que pastaba libremente en grandes extensiones de encinar. Los árboles desaparecerían en el siglo XVIII, eliminados por las tropas francesas para evitar que allí se escondieran los guerrilleros y posteriormente los bandoleros que luchaban contra los “gabachos”. Quedando el paisaje tal y como ahora se conoce, llanura de cereal.
En ésa época ya se elaboraban “tortas de manteca” en toda la comarca antequerana y alrededores, inclusive zonas de otras provincias cercanas, lógicamente en las casas, no sólo en los conventos; pero la comercialización y producción del “mantecado” se produjo en el siglo XIX, cuando a una Sra de Estepa cuyo marido era transportista por aquellos caminos de Andalucia, conocida como “La Colchona” se le ocurrió que él los vendiera por lo mercados y pueblos por los que pasaba.
A finales de 1800, ya existían quince casas en Estepa que se habían convertido en pequeñas fábricas….hasta el día de hoy, que es el referente de los deliciosos mantecados andaluces.
Pero no hay que olvidar, que cada lugar de la malagueña Comarca de Antequera continúa cada casa, cada familia su receta tradicional.
Tal es el caso de éstos riquísimos mantecados malagueños, de Villanueva del Rosario (AQUI pueden conocer un poco más tan precioso pueblo), cuya receta descubrí en el blog de un gran maestro artesano, “Asopaipas”,(AQUI encontrarán su receta) un estudioso y gran divulgador de las recetas tradicionales de nuestra querida Andalucia, sobre todo de la parte más dulce. Villanueva del Rosario, está atravesado de este a oeste por el primer tramo del río Guadalhorce, que en estas tierras, tanto por su caudal como por sus dimensiones, y a pesar de recibir las aguas de los arroyos Cerezo y Parroso, más se asemeja a un arroyo que al río que kilómetros más abajo se ensanchará y fertilizará la anchurosa vega que lleva su nombre.
Sus paisajes de insospechada belleza marcada por las Sierras Jobo y Camarolos, en sus cerros, lomas y altos picos “El Chamizo” y el “Alto de Hondonero” o el “Pelao” desde los que se divisa unos maravillosos paisajes, llenos de pinos, encinas, quejigos, chopos, fresnos y grandes extensiones de olivar, moteados de blanco por los encalados cortijos y casas de labranza.
Fue en el siglo XVIII cuando empezó a “conformarse” la villa que dio origen al pueblo actual, se llamaba Puebla del Saucedo, aunque romanos y visigodos poblaban la zona y hay constancia arqueológica de los asentamientos humanos en periodos prehistóricos, más concretamente el yacimiento más antiguo se halla en los Llanos de las Salinas, en la cueva del Malnombre, donde hay pinturas rupestres de la época del Paleolítico Inferior (Más de 100.000 años a.C.).
Así que una vez más, mi consejo de cada fin de semana: Disfruten de Málaga, de sus increíbles y maravillosos paisajes, de su sol, su luz, su cultura, su gastronomía….
Y si se animan, prueben a preparar éstos deliciosos mantecados.
¿Cómo los hice? Siguiendo los pasos de “Asopaipas”, pero partiendo proporcionalmente las cantidades.
Ingredientes: 450 gramos de harina, 160 gramos. de manteca de cerdo, 85 gramos de aceite de oliva virgen extra (a ser posible malagueño), 160 gramos de azúcar, una yema de huevo, canela molida al gusto, ralladura de limón, media copa pequeña de aguardiente, 40 gramos de almendra molida y una clara de huevo batida.
Los pasos a seguir:
En un cuenco echar la manteca de cerdo y el aceite, batiéndolo hasta que quede bien mezclado. Agregar el azúcar y el resto de los ingredientes (menos la clara de huevo), mezclar todo el conjunto hasta que quede la masa homogénea. Coger pequeñas porciones y como dice “Asopaipas”: “sobándola” muy bien, para posteriormente hacer una bola. En éste momento yo puse la masa en un molde con forma de flor, colocar los mantecados en una bandeja sobre papel de hornear, pintar con las claras de huevo batidas y espolvorear con azúcar. Hornear a 180 º C hasta que tenga un bonito color dorado. Sacar del horno, dejar que se enfríe. Las he espolvoreado con canela molida y azúcar glass.
Descubrid hasta donde pueden llegar los sabores y texturas de productos elaborados con esmero, y la forma tradicional de hacer de nuestros mayores, recetas ancestrales de nuestra tierra: Andalucia.