Este verano nos tomamos unos días para airearnos pero sin perder de vista aquello que nos apasiona, el viñedo y sus gentes, esa gente cercana a la tierra, trabajadores del campo con los que me gusta estar, charlar y conocer sus proyectos , proyectos humildes, sinceros y grandes en ilusión, proyectos como el de Jose Miguel en Montilla, Marenas, un referente de calidad en vinos tranquilos andaluces con la virtud de estar vinificados sin sulfuroso, como gusta decir a viniticultores de vinos naturales, zumo de fruta fermentado.
Desde la terraza panorámica podemos admirar una bonita panorámica de los viñedos de Marenas, y olivos,sobre todo olivos, con la Sierra de Montilla al fondo donde se encuentran las albarizas, suelos calcáreos donde se sigue cultivando de modo tradicional, si bien en los últimos 15 años en el resto de las DO. Montilla-Moriles los viñedos se han reducido aproximadamente a la mitad fruto de subvenciones por arrancar y subvenciones por plantar, eso sí, plantar olivos, si cae el precio del aceite solo afecta a la Europa Mediterránea en general y a España en particular, los excedentes de vino……
VIÑEDO
Partiendo de una cultura apegada al terreno, · m a r e n a s · V&B es un pequeño viñedo de 6 has. El viñedo está situado en el Pago de Cerro Encinas, a una altitud de 350 m en una ladera del cerro. Los terrenos en esta región son ondulados en forma de cerros y llanos. La finca está dentro de una zona de Denominación de Origen, donde los terrenos predominantes son las conocidas albarizas. El Pago Cerro Encinas es un terreno Franco-arenoso-arcilloso con un alto contenido en carbonatos y caliza activa, lo cual lo hace idóneo para el cultivo de la vid y proporciona unas uvas de alta calidad.
Al clima, de influencia mediterránea, siempre amable y romántica, se une un cierto grado continental, con veranos cálidos y secos e inviernos cortos y no muy fríos. Esto proporciona un número de horas de sol efectivo en torno a 3000 horas/ año, que garantizan una perfecta maduración natural. En otro pago denominado Río Frío Alto, a 15 kms. de la bodega y a 450 m de altitud en un terreno más calizo aún que el de Cerro Encinas, está plantada una parcela de Pinot Negra. La influencia del clima y del sol adelanta en un mes la realización de la vendimia con respecto a otras zonas.
· m a r e n a s · V&B hace por tanto una de las primeras vendimias de España.
MÉTODO DE CULTIVO.
El respeto al medio ambiente en los métodos de cultivo que utilizamos, es la máxima con la que trabajamos en · m a r e n a s ·. La prevención de enfermedades o plagas es nuestra principal arma. Tenemos claro que un buen vino parte de un esmerado cuidado en el viñedo.
En · m a r e n a s · seguimos trabajando con métodos de cultivo tradicionales, y no hacemos uso de productos químicos, pues tenemos bien claro que nuestro vino es un gran alimento.
Nuestro principal aliado es el microclima de la zona, que nos garantiza una perfecta maduración de las uvas año tras año. También nuestra experiencia que hemos heredado generación tras generación y que nos permite intuir los por menores de cada cosecha. De esta manera se trabaja según las condiciones propias de cada variedad, por ejemplo en cuanto a poda o en el periodo de vendimia.
Los abonos son de tipo natural, (estiércol de diversos tipos) y los restos de poda son triturados y devueltos a la tierra como materia orgánica. La hierba se desbroza, evitando así la erosión del terreno.En primavera realizamos una poda en verde, que nos sirve para seleccionar los pámpanos para la formación continua de la cepa, y al mismo tiempo descargar la cepa de racimos. De esta forma queda la cepa muy aireada y preparada para el envero. Esta es una operación muy importante para nosotros.
La recolección de la uva es manual y se hace variedad por variedad en cajas de 25 Kg.
Conseguimos pues unas uvas totalmente naturales y ecológicas, de esta forma alcanzamos nuestro primer objetivo.
CEPAS.
El viñedo está compuesto por 3 parcelas, con un total de 15000 cepas.
En la primera parcela hay 5 variedades que son:
Tempranillo (3000 cepas - tintas) año 1999
Monastrell (1400 cepas – tintas) año 1999
Syrah (600 cepas – tintas) año 1999
Montepila (700 cepas – blancas) autóctona, año 1999
Moscatel (200 cepas – blancas) año 2007
En la segunda parcela hay 3 variedades, que son:
Syrah (4000 cepas – tintas) año 2001
Petit Verdot (2000 cepas – tintas) año 2007
Cabernet Sauvignon (700 cepas – tintas) año 2001
En la tercera parcela hay 1 variedad:
Pinot Noir (2400 cepas – tinta) año 2007
El marco de las plantaciones de los años 1999 y 2001 es de 2’90m x 1’40m, y el de las plantaciones de 2007 es de 2’80m x 1m.
Las hileras de la primera parcela están orientadas norte – sur,
La segunda y tercera parcela, este – oeste.
Las cepas están conducidas en espaldera, mediante el sistema de poda cordón doble, a una altura que ronda entre los 60 – 80cms.
Todas las variedades están perfectamente adaptadas al clima cálido de la región, que en los meses de verano sobrepasa en muchas ocasiones los 40ºC. Esta es otra de las singularidades de marenas.
Tras charlar ampliamente sobre la situación actual del campo en la DO. Montilla-Moriles, del viñedo, ecológico claro está, de cómo algunas variedades se han adaptado a este terruño, Petit Verdot, Monastrell, Tempranillo… de cómo en parte de la finca, hileras, viñas daban mejor resultados, de charlar de viticultura en general y en viticultura ecológica en particular nos adentramos en la pequeña y practica bodega la cual pronto, o esa es la intención de José Miguel, se verá ampliada para vinificar toda o gran parte de la uva de la finca, aumentando la producción, si mi memoria no me falla, en torno a las 20.000 botellas, actualmente creo que rondan las 7000 botellas.
La prensa no disimulaba un trabajo frenético hasta hacia bien pocas horas , tinas en plena fermentación con temperatura controlada y quiero poner de manifiesto este punto porque la calidad de los vinos naturales actuales, de algunos bodegas, reside no solo en un esmerado trabajo en la viña en el que tan solo se interviene cuando es necesario, sino en vendimiar cuando toca, en controlar temperaturas de fermentación, en la utilización de gases inertes para evitar oxidaciones, en definitiva, en remontar, macerar, desfangar…. cuando se tienen que hacer, en un buen trabajo enológico en el que se prescinde de la química pero no de la mano del hombre y su inteligencia, el libre albedrío no procede salvo en cuando las levaduras salvajes autóctonas empezaran a arrancar.
Sala de barricas con temperatura controlada si bien es algo a mejorar con las nuevas instalaciones.
Futuro en botas bordelesas de 225 l. de roble francés y presente de Marenas, un proyecto familiar, no en vano en las horas que estuvimos allí fueron algunos de los familiares que pasaron por allí camino de casa una vez aparcadas los quehaceres del campo, del viñedo así caía la noche.
Para terminar la visita catamos un blanc de noirs fruto de la casualidad, tras la fermentación de un zumo de Pinot Noir guardado para los niños con todavía un ligero cosquilleo del carbónico, una nueva puerta abierta para próximas añadas, aunque la verdadera noticia bomba podrá llegar dentro de un lustro con los primeros finos naturales que……. creo que esto no lo tenía que contar.
La visita a Marenas fue un oasis en el desierto, tras visitar el Condado de Huelva y sentir una mezcla de resignación y mala leche porque peor no se pueden hacer las cosas, una mezcla de resignación y cabreo porque la universidad tras concienzudos estudios ampara la plantación de Cabernet Sauvignon, merlot y Syrah, y no es porque Marenas no trabaje con esas variedades, que lo hace y muy bien por cierto, sino porque Marenas sus estudios son su trabajo diario, la experiencia propia, y de aquellos que viven en una tierra de vinos como es Montilla. Marenas, Jose Miguel ha conseguido que sus elaboraciones sin sulfuroso, sus vinos naturales de viñedos ecológicos sean unos vinos respetados por todo el sector, viñedos en los que variedades internacionales conviven con una variedad tan nuestra, tan mediterránea como es la Monastrell, precisamente una o quizás la que mejor se adapta a este terruño. Con ello no quiero criticar a aquellos que deciden apostar por variedades “mejorantes”( Adictos a la Lujuria gusta del buen vino, variedad y procedencia no importa si hay terruño, si hay tipicidad) , sino con ello quiero criticar a aquellos grandes proyectos que ven como única tabla salvavidas la plantación de Merlot, Cabernet…. abandonado las prácticas tradicionales, nuestro verdadero patrimonio vinícola, si perdemos los Condados Pálidos, Condados Viejos, Fino, Olorosos, Amontillados…. mala herencia dejaremos a nuestros hijos y nietos.
fin
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