Hay cosas que, sin saber porqué, nos asustan y nos mantienen alejadas de ellas. Situaciones que imaginamos complicadas y a las que evitamos enfrentarnos. Nuestra mente nos las presenta como difíciles cuando en realidad no lo son. Pero eso no lo descubrimos hasta que no lo comprobamos por nosotros mismos.
El escabeche es una de esas cosas que jamás me había planteado preparar. Jamás se había preparado en mi casa, tampoco me había cruzado con ella en ninguno de mis libros de cocina. Me parecía una elaboración imposible...hasta hace cosa de dos semanas que me tocó preparar unos mejillones en escabeche.
En cuestión de media hora estaban listos y reposando en frío para ser consumidos al día siguiente.
Si os gustan los mejillones en escabeche, un bocado que con estos calores y una cervecita bien fría hacen un aperitivo sano y sabroso, entonces no podéis dejar pasar la oportunidad de prepararlos vosotros mismos. Nada que ver con los de lata a los que estamos acostumbrados. Palabrita :)
Necesitamos
- 50 ml de aceite de oliva virgen
- 1 diente de ajo, en brunoise
- 1 cucharadita rasa de pimentón dulce
- 3 clavos de olor
- 1 hoja de laurel
- 60 ml de vinagre de vino blanco
- 500 grs de mejillones cocidos, limpios de barbas y sin concha
- Sal
Preparación
Calentamos el aceite a fuego suave en un cacito. Añadimos el ajo y rehogamos sin dejar que se dore (para que no amargue). Incorporamos el pimentón, los clavos y el laurel, removemos y, sin demorarnos para que no se queme el pimentón, agregamos el vinagre. Mezclamos y apartamos del fuego.
Colocamos los mejillones en un recipiente plano, sazonamos y regamos con el escabeche asegurándonos de cubrirlos bien.
El escabeche es un método de conservación de alimentos que nos permitirá disfrutar de este bocado durante una semana si los guardamos en la nevera bien cubiertos de su propio jugo. Transcurrido este tiempo no conviene arriesgarnos así que, si todavía no hemos dado buena cuenta de ellos, es recomendable tirarlos a la basura.