En la cocina: ¡¡ imaginación al poder !!
No debemos de olvidar que cocinar es un acto de magia y de amor, de mucho amor, no solo por la satisfacción de hacer algo bien, sino que les guste a los demás, a aquellos para los que cocinamos.
La falta de tiempo o quizás la falta de imaginación nos hacen preparar nuestras comidas con las mismas texturas y sabores, de la misma forma, con rutina, se tiende a elaborar los alimentos de una manera similar y acompañándolos de los mismos productos. Estoy totalmente convencida de que en la cocina hay que entrar con imaginación, con la mente abierta. A mi personalmente me ha ayudado mi afán por aprender, el viajar durante tantisimos años, intentando “empaparme” de lo que comía y probaba. Me ha servido de mucho mis libros de recetas y últimamente los fantásticos blogs de cocina que visito, inlusive por qué negarlo, la televisión.
Añadir nuevos sabores, olores, formas y texturas es todo un reto, no dejo de lado en ningún momento que el guisar es un arte y el comer un placer; así que sigo procurando hacer “Mi cocina” un poco más divertida, sin olvidar ni dejar atrás mis raíces, las que tan sabiamente me inculcó sobre todo mi madre, que para mi era la mejor cocinera del mundo.
Con ésta entrada en “Mi cocina”, quiero poner mi granito de arena, unos productos y sabores tradicionales, innovado con un toque original y un tanto diferente, pero con la “llave” para seducir al subconsciente y a golpe de recuerdos gustativos y olfativos, que no visuales, abrir la puerta a la cocina tradicional, a la de mis ancestros, a la de mi familia….pero con mucha, mucha imaginación.
¿No es típico malagueño el “pescaito” frito, los pimientos fritos o la ensaladilla de pimientos “asaos”?....... Pues voló mi imaginación y resultó esta receta…. Rodajas de merluza frita a los tres pimientos: verde, rojo y amarillo.
¿Cómo hacerla?
Ingredientes para una persona: 3 rodajas de merluza fresca (en “Mi cocina” no congelada y le pido al pescadero me la prepare), un pimiento rojo para asar, un pimiento verde, un pimiento amarillo, media cebolla, harina, aceite de oliva virgen (sigo usando de Riogordo, malagueño), vino blanco (uso un fino de Montilla-Moriles), un vaso de agua, medio de nata para cocinar (uso ligera), sal.
Preparación:
Asar el pimiento rojo en el horno, dependiendo del grosor tardará aproximadamente una media hora a unos 180º C.
Una vez frio, quitar la piel y cortar en trozos alargados y reservar. (Lo que no se use en ésta receta, pueden preparar una ensaladilla de pimientos asados, o probar mi sopa “pimentón” una de las más antiguas recetas malagueñas, pueden ver mis recetas en el buscador del blog)
Mientras, en una cacerolita echar un chorreón de aceite de oliva virgen y pochar la media cebolla cortada en trozos pequeños, salándo al gusto.
Antes de que se llegue a dorar, incorporar el pimiento amarillo troceado. Freir durante unos minutos, removiendo de vez en cuando.
Agregar un chorreoncito de vino blanco y dejar evaporar.
Echar medio vaso de agua y llevar a ebullición durante diez minutos aproximadamente, procurando que no se quede sin caldo (si es preciso echar un poco más de agua).
Agregar medio vaso de nata, remover bien y pasar por la minipimer todo el conjunto.
Probar de sal y reservar caliente.
En una sartén pequeña, con un chorreoncito de aceite de oliva, freir el pimiento verde cortado en tiras, salándolo previamente, con cuidado de que no se queme, reservándolo igualmente una vez frito.
Salar las rodajas de merluza, enharinar y pasarlas por el cedazo (artilugio de madera con un colador en el centro), a fin de quitarle el excedente de harina.
Freir las rodajas de pescado en aceite muy caliente (uso y aconsejo freidora).
Una vez fritas escurrirlas en papel de cocina.
A la hora de emplatar:
Echar la crema de pimiento amarillo en la base del plato, colocar las rodajas de merluza en el centro y por encima las tiras de pimiento rojo asado y las de pimiento verde frito.
Acompañar con unas patatitas fritas…….
A pesar de su apariencia, ésta receta no deja de ser “tradicional”, como ése arte de pesca malagueño del que vivía mi familia materna, tirando del copo y pescando con la jábega Mª del Carmen en las playas del Palo… los recuerda mi suegro en éste cuadro que pintó no hace mucho: dos jábegas saliendo de la mar, los jabegotes aún con los remos luchan con las olas en el rebalaje malagueño…..