Revista Cultura y Ocio

Mi reencuentro con la curiosidad.

Por Alejandra Naughton Alejandra Naughton @alenaughton
Mi reencuentro con la curiosidad.
Ulises, mi nieto, en sólo seis meses nos ha reencontrado con emociones y claridades que los años habían alejado del día a día familiar. Como ese cielo azul que queda oculto de tiempo en tiempo detrás de las nubes y que una ráfaga de viento fresco despeja, permitiendo lo redescubramos.
De entre las virtudes con las que nos reencontramos, destaco su curiosidad. Sus ojos enormes, custodiados por sus largas pestañas se animan a verlo todo haciendo que su cuello gire hasta lo imposible. Se concentra observando nuestros rasgos, manos, voces, los árboles meciéndose, los ruidos, texturas o colores, los rayos de sol entrando por las persianas. Su curiosidad le permite aprender y él, ávido, no deja pasar oportunidad.
Mario Livio es un astrofísico nacido en 1945. Diría que es “un curioso sobre la curiosidad” y en una charla TED y en su reciente libro titulado "¿Por qué? ¿Qué nos hace curiosos?", se refirió al fenómeno. Señala que, cuando sabemos muy poco, no somos curiosos, y que cuando sabemos mucho, tampoco somos curiosos. Concluye que somos curiosos cuando somos conscientes de la existencia de una brecha entre lo que sabemos y lo que creemos podríamos saber. Es por eso que la curiosidad es el motor de la investigación, de la educación, de la creatividad. ¿Alguien puede afirmar que no sabe absolutamente nada? ¿Alguien está convencido de que lo sabe todo? 
Se me ocurre pensar que en este mundo complejo y en continuo cambio, lo único seguro es … el fluir de un estado a otro, de una emoción a otra. El tema es que no sabemos a dónde nos lleva ese fluir o cómo transforma nuestra vida. Esta ignorancia puede retraernos, pero también puede despertarnos curiosidad. Por esa razón, en estas Fiestas, y alentada por la curiosidad en estado puro de Ulises, brindo porque el 2018 nos encuentre abiertos a la curiosidad, que nos permita encontrar ese momento reflexivo entre percibir y responder, que tengamos paciencia para dejar flotando las ideas sin querer adosarles una reacción instintiva, que con auténtica curiosidad hagamos lugar a nuevas miradas sobre nuestro presente, caótico y maravilloso a la vez. Es lo único que verdaderamente tenemos.
Alentemos nuevas perspectivas … A veces con una simple mirada, creemos verlo todo. En cambio, permitirnos la exploración desde otro ángulo, con otra luz, aún de cosas que creemos evidentes, puede depararnos sorpresas. Miren la foto que ilustra el post. Son dos imágenes, idénticas, tomadas desde exactamente la misma ventana, con diferencia de algunas horas entre la profunda noche y el amanecer. Si sólo hubiéramos visto la primera foto, no sabríamos de la imponencia de la enorme Catedral de San Patricio que se erige contundente en la segunda. Curioso, ¿no?
¡¡ Feliz Año Nuevo !! 

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