Texto original escrito por Ana.
Hace unos días Beto y yo visitamos una de nuestras tiendas favoritas: Whole Foods Market.
Whole Foods Market es la cadena de supermercados especializados en comida orgánica y natural más importante de Estados Unidos (y tal vez del mundo). Cuenta con más de 300 tiendas en Estados Unidos e Inglaterra y es un referente para toda la industria ya que funge como promotor de la cultura orgánica que integra valores como: alimentos libres de agroquímicos y aditivos sintéticos, protección animal, cuidado al medio ambiente, acceso a alimentos verdaderamente saludables, consumo responsable, apoyo a pequeños productores y comercio justo.
Whole Foods me fascina porque integra mis dos tendencias en la cocina: saludable y gourmet. Y además porque su filosofía es congruente con la mía. De verdad es el paraíso para los que nos gusta comer sano y delicioso.
Mucha gente piensa que la comida sana es insípida, aburrida, difícil de preparar y que es para vegetarianos o enfermos. Whole Foods prueba todo lo contrario. Considero que mucho de su éxito radica en que ha logrado demostrar que la comida saludable ofrece variedad, es deliciosa y gourmet. Además, ha transformado una actividad tan rutinaria y a veces tediosa, como ir al supermercado, en toda una experiencia gastronómica.
La tienda reúne en un solo lugar alternativas reales de comida saludable que en los supermercados tradicionales no se encuentran. Por ejemplo, panadería verdaderamente integral, multigrano y baja en grasas. Frutas y verduras certificadas orgánicas. Carnes, pescados y maricos de gran calidad. Botanas y postres saludables. Jugos embotellados que sí contienen fruta. Comida sana ya preparada y lista para comer. Condimentos e ingredientes para preparar platillos étnicos. Opciones de alimentos libres de gluten, para vegetarianos, sin azúcar añadida, sin sal, sin conservadores sintéticos, sin grasas trans…
Con todo lo dicho, se pueden imaginar que al entrar al supermercado casi oigo voces celestiales, jaja.
A Beto le encanta la buena comida y tiene el don nato de la cocina. Así que tanto él como yo nos podemos pasar horas (literalmente) recorriendo cada pasillo, descubriendo nuevos productos e ingredientes, leyendo tablas nutrimentales, comparando, recordando deliciosas comidas de nuestros viajes y soñando con todos los platillos que nos gustaría preparar.
¡Mi amado y gourmet esposo!¡Salté de la alegría en el pasillo de las leches! Sí, medio pasillo está dedicado exclusivamente a alternativas a la leche de vaca: almendras, soya, avellana, hemp, coco, avena… Genial para los intolerantes a la lactosa, pero no sólo para ellos. Yo diría que todos hemos abusado del consumo de leche de vaca que en su presentación entera tiene mucha grasa saturada. Mejor variarle con otros tipos de leche que no solamente saben deliciosas, sino que ofrecen una variedad de nutrimentos excelentes para la salud.
Y mi corazón latió en la sección de quesos. Compramos un Manchego con 4 meses de añejamiento que ya combinamos con un rico vino de Baja California.
Y luego está el deli. Prohibido ir con hambre porque ya nos ha pasado que acabamos comprando todo lo que se nos pone enfrente. Tienen una barra fría con ensaladas, aceitunas y pastas frías. Una cocina caliente con guisados donde también pueden prepararte el sándwich como quieras. Y también una cocina vegetariana. Para finalizar una barra de café y té con postres con opciones gluten free, aptas para diabéticos, bajas en grasa y en calorías.
¡Un verdadero festín!Las únicas dos cosas negativas de Whole Foods son:
La primera, que en general es caro. Claro que esto depende mucho de las prioridades. Dado que para nosotros comer bien es algo muy importante, le otorgamos más presupuesto, pero aún así hay algunos productos que son mucho más caros en comparación con su versión convencional.
La segunda, es que sólo existe en Estados Unidos. Me da mucho tristeza que en México no contemos con una variedad de oferta de productos más saludables. En un supermercado en México es difícil encontrar una opción de pan de caja decente (Nature’s Own es lo mejor que he encontrado hasta el momento) u opciones a la leche de vaca. No es tan fácil encontrar alimentos que no tengan azúcar extra escondida por ahí y las frutas y verduras orgánicas aún son muy caras y poco accesibles.
Pero para todos aquellos lectores que viven en la frontera o en Estados Unidos, aprovechen estas opciones. Otras tiendas de alimentos que me encantan en Estados Unidos son: Henry’s Farmers Market, Jimbo’s, Trader Joe’s, People’s Organic Foods Market y Wild Oats, ya las comentaré en otros artículos.
¿Disfrutan ir al supermercado o lo ven como un mal necesario?
¿Cuáles son sus supermercados favoritos y por qué?
¿Se pueden pasar horas en alguna tienda? ¿De qué tipo?