El otro día me encontré en la cola del cine un tipo que me recordó esta secuencia… Curiosamente, él tampoco me dejó disertar sobre Fellini ni sobre McLuhan ;-) En realidad, Luis Buñuel no aceptó la propuesta de Allen de participar en esta secuencia, de modo que Woody echó mano del filósofo canadiense, que también se embolsó los treinta mil pavos que ofrecía por una tarde de trabajo.