Rafa Benítez, el exentrenador del Real Madrid, enviado a los abismos por Florentino Pérez a principios de año, ha tardado dos meses en volver a encontrar trabajo en la mayor reserva de prestigio que le queda al técnico madrileño: la Premier League inglesa. Allí, un desesperado Newcastle United, cuenta con él para que le salve.
El propietario de "las urracas", el extravagante multimillonario Mike Ashley, poco querido por su público, ha firmado por tres temporadas a Benítez, con la esperanza de que, no solo evite el descenso este curso, sino que reflote para los siguientes años, ya que este histórico equipo lleva varias temporadas flirteando con el triste destino de la Championship.
Si complicado era el reto de conseguir excelsos resultados con el Real Madrid teniendo enfrente a un F.C. Barcelona a gran nivel, mientras soportaba las presiones de Florentino, lidiaba con los problemas de despachos (casos De Gea y Cheryshev) y equipo médico (plaga de lesiones), a la vez que trataba de convencer a un exigente público (porque hay que ser exigente cuando te prometen que tu equipo es el mejor del mundo) que contaba por igual goles y bostezos, en Newcastle no lo va a tener más fácil.
A nueve jornadas para el final, más un partido aplazado contra el Manchester City, los blanquinegros suman 24 puntos, se encuentran penúltimos y han perdido cinco de sus seis últimos encuentros.
Actualmente en la Premier hay cuatro equipos para las tres plazas de descenso. El último puesto del Aston Villa parece claro, muy descolgado del resto con 16 puntos, por encima de ellos Newcastle y Norwich suman 24 (como decimos, el Newcastle con un partido menos). Fuera del descenso, pero solo por un punto, se encuentra el Sunderland, con 25. Por encima de ellos, el Swansea con 33 parece definitivamente salvado.
Este es el panorama que encarará Benitez en los dos meses que le quedan de competición, una especie de "miniliga" contra Norwich y Sunderland en la que cada punto cuenta. Para lograr el objetivo, un arranque sencillito (entiéndase la ironía) rindiendo visita al King Power Stadium para visitar al sorprendente líder Leicester. De sacar algo positivo, puede ser una inyección de moral importantísima, aunque lo más normal es que Benítez no pueda empezar con muy buen pie frente a la voluntariosa guerrilla de Ranieri.No acaban ahí las emociones fuertes. Los dos siguientes compromisos de las urracasserán recibir al Sunderland y visitar al Norwich, sus dos rivales directos por eludir el descenso. Es decir, que en tres partidos y 20 días aproximadamente, Benítez pasará de haber aterrizado en Sant James' Park a poder tener gran parte del resultado final de la temporada definido. O por la puerta grande o por la enfermería en tres semanas.
Después, pocos equipos de media tabla. Se enfrentará a tres de los cuatro primeros, ya que además del Leicester, tendrá enfrente al City y al Tottenham (nada menos que en la última jornada) y al último, Aston Villa. Sus otros rivales serán los dos equipos que preceden a los que luchan por el descenso: Swansea y Crystal Palace, además de Liverpool y Southampton, estos sí, de zona más templada de la clasificación.
Del veterano técnico Steve McClaren, Rafa Benítez hereda un equipo con características preocupantes y pocos clavos ardiendo a los que agarrarse. Es el equipo que más tiros recibe de la Premier, está a solo dos goles de ser quien más encaja, es el segundo equipo menos goleador, en consonancia, también el segundo que menos tira.
En proporción con la distribución de goles de los demás equipos, sus tantos llegan más de contraataque y menos a balón parado. Es también el equipo que más tiempo de los partidos pasa en su tercio de campo defensivo y el que menos lo hace en el tercio ofensivo. Cuando ataca abre mucho el juego, aunque suele volcarse exageradamente en banda derecha y confía poco en los lanzamientos desde fuera del área. Cuando defiende, se le coge la espalda fácilmente en balones largos o cruzados y tampoco funciona bien en las jugadas a balón parado.
Para voltear la situación actual, cuenta con mimbres irregulares y algún fichaje que puede haber llegado tarde. La baja de Krul en la portería casi desde principio de temporada ha sido dolorosa, dejando como titular a Elliot. En defensa, Mbemba y Coloccini han ocupado habitualmente los puestos de centrales. En los laterales, dos de sus hombres más destacados, el holandés Janmaat y el galés Dummett.
Al eje se ha incorporado el experimentado Shelvey para acompañar a Colback y tratar de dar más ritmo y verticalidad al equipo. Por delante, Moussa Sissoko y, probablemente, los dos mejores jugadores de la plantilla, el holandés Wijnaldum y el tinerfeño Ayoze Pérez. El talento y la llegada a gol de ambos está siendo fundamental para que el Newcastle aun tenga vida.
En la punta, Mitrovic está viendo comprometido su puesto por la llegada de Riviere, ex del Mónaco con mejor capacidad de definición que el serbio. Otras incorporaciones, como Doumbia o Townsend también deberían aportar su prestigio de aquí a final de temporada.
En definitiva, un reto complicado para Benítez el de salvar a un histórico que lleva años desangrándose poco a poco. También una oportunidad para recuperar un alto reconocimiento en el panorama futbolístico tras su triste paso por el Real Madrid.
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