03/10/2011. Los pantanos de Zanzíbar, Tod Browning, 1928, USA
Un antiguo mago ejerce de tiránico hombre medicina en el corazón del Congo mientras prepara una elaboradísima venganza contra el hombre que le arrebató a su esposa y le dejó paralítico. Para lograrlo se servirá de una muchacha, hija de este. O al menos eso piensa. Una de las cumbres de Browning, con Chaney y sin él, y un film de asombrosa riqueza dentro de su envoltorio de melodrama extremo (y exótico) en el cual se dan la mano lo grotesco y lo patético, lo morboso y lo delirante todo bajo la sombra de un pathos cruel, negrísimo, que funde tragedia y parodia.
04/10/2011, Il Divo, Paolo Sorrentino, 2008, ItaliaAproximación parcial, especulativa y alucinada, atrozmente plausible por ello, a la siniestra figura del político democristiano Giulio Andreotti. El resultado en un film-show arrollador que se sumerge, en todos los órdenes (diseño, interpretación, puesta en escena, música, tratamiento fotográfico, etc…) en una lógica, formal y narrativa, sincopada, grotesca e histriónica, directamente babilónica, abiertamente kitsch, que abraza por igual la caricatura y la fascinación desde un hiperrealismo pasado de vueltas como única manera de lanzarse dentro de esa bestia que es la indescifrable política italiana de la segunda mitad del siglo XX (y siguiendo).
06/10/2011. Mamma mia, che impressione!, Roberto Savarese, 1951, Italia
Descacharrante comedia co-producida, co-escrita y protagonizada a lo grande por un Sordi desatado como jovenzuelo de inocencia insufrible, un lerdo categórico, infantiloide y palizas, cuyas ganas desmesuradas por agradar provocan el desastre allá donde va y cuyo único objetivo es que su enamorada se fije en él. Un personaje sobre el cual ejecutará variaciones en algún título posterior (Via Padova 46, por ejemplo) y que presenta sorprendentes concomitancias (salvando todo tipo de distancias e idiosincrasias y sin tener que suponer influencia ninguna) con los que habitualmente representaron y representan Jerry Lewis o incluso Will Ferrell. Carente de trama propiamente dicha, más bien un leve hilo argumental que une la sucesión de gags, y con espíritu de tira cómica dominical, subordina todo el conjunto a la efectividad e inspiración de Sordi.
07/10/2011. The Hunted, William Friedkin, 2003,USA
Un comando de operaciones encubiertas pierde la cabeza y se lanza a una guerra de un solo hombre a lo largo de los bosques de Oregón. Para rastrearlo el FBI recurrirá a su antiguo adiestrador. Básicamente una libre (y razonablemente válida) adaptación del extraordinario Primera sangre de David Morell que una vez superado su burdo prólogo se lanza a un frenesí de acción primitiva, más efectivo cuanto más tendente a la abstracción y la fisicidad animalizante. Friedkin rueda mejor de la acostumbrado desde hace años, usa con inteligencia el fuera de campo y obliga al invento a seguir un ritmo tan alto que nos impide razonar sobre las incongruencias de su guión. Los actores cumplen con sobriedad y las estupendas localizaciones hacen pasar al film por mejor de lo que es. La voz que recita el primer verso de Highway 61 Revisited no es otro que la del gran Johnny Cash, por cierto.
08/10/2011. Guía para el hombre casado, Gene Kelly, 1967, USA
Comedia de costumbres sexuales muy típica del cine USA de mediados de los 60 dentro de un arco más o menos misógino/ácido y de acuerdo a recursos similares: pop de baja intensidad, recursos del cartoon o el cómic, tono enloquecido/sincopado, digresiones/fugas (curiosamente un estilo recurrente en no pocas comedias televisivas de acción real o animación), a todo lo cual se suma, en este caso, el tono musical de la dirección de Kelly. Coyuntural en exceso y de humor algo caducado se sostiene en virtud de la gracia/talento de su terceto principal, Matthau, la deliciosa Inger Stevens y el hoy recuperado Robert Morse (que ha vuelto a la década gracias a su memorable personaje en Mad Men) escudados por un desfile intermitente de humoristas, actores y rostros de la cultura popular norteamericana. Así y todo mantiene un interés enorme como documento sociológico sobre usos, modas y obsesiones de la burguesía sesentera norteamericana, todo convenientemente estilizado y presido por la ironía amable.
10/10/2011. La boutique (Las pirañas), Luis García Berlanga, 1967, España/Argentina
Un proyecto magistral en potencia malversado por la necesidad de Berlanga y las absurdas imposiciones del productor Cesáreo González, siendo las principales el cambio caprichoso de país, el film se rueda y ambienta en Argentina, y la sustitución de los protagonistas previstos, José Luis López Vázquez y Laly Soldevilla, por unos inapropiadísimos Sonia Bruno y Rodolfo Bebán. Así y todo la indestructible entraña del guión de Azcona sobrevive, mal que bien, yla Brunosalva su parte con talento y gracia (no así el galán de turno, que hace el ridículo más absoluto, o unos secundarios desubicados, en su mayoría, dentro del peculiar lenguaje fílmico berlanguiano) el conjunto en general no funciona, dando una impresión constante de piezas mal dispuestas que torpedean ritmo y la comicidad e incluso reblandecen la negra virulencia, sórdida, desesperada, de la idea original.
12/10/2011. La vida por delante, Fernando Fernán-Gómez, 1958, España
Uno de los títulos mayores del admirable Fernán-Gómez y una de las mejores comedias españolas de su tiempo, de una libertad formal y narrativa asombrosa, incluyendo un arsenal de sofisticadas ideas en ambos campos todas enfocadas, a la manera astracanesca pero superándola, a conseguir la risa, y simultáneamente la reflexión. Casi más “agri” que dulce, pese a la primera impresión, disimulando el acíbar tras el tono acelerado del invento, la comicidad imparable o el estilo interpretativo, geniales todos, de sainete costumbrista. Sin trama alguna, y con saltos en el tiempo constantes, las peripecias de un joven matrimonio de licenciados en el inmediato Madrid de finales de los 50.
12/10/2011. Más allá de la vida (Hereafter), Clint Eastwood, 2010, USA
Extraño melodrama que introduce el elemento sobrenatural con una pasmosa naturalidad dentro de su discurso de reconciliación y aceptación que no tiene tanto que ver con lo que pasa después de la muerte como con lo que pasa después del contacto íntimo con la muerte y con la sensación, constante, de soledad y tragedia personal y global. El resultado es un film doloroso pero mundano, sin grandes palabras ni grandes aspavientos, taciturno y un punto hermético, incluso algo frío, aunque sin desdeñar una veta sentimental. En muchos aspectos es una expresión plena del Eastwood post-Mistyc River y un film que se acerca a un sentimiento transcendente, místico. Hablar de la elegancia de la realización o de la pureza narrativa resulta caer en la obviedad.
13/10/2011. Im Schatten (En las sombras), Thomas Arslan, 2010, Alemania
Thriller esencializado, fabricado a golpe de arquetipo, sobre un ladrón recién salido de la cárcel y la preparación de un golpe mientras es acosado por un policía corrupto y un antiguo socio. Gélida y minuciosa, con un espléndido uso de la ciudad como paisaje indiferente, remite con limpieza al universo estiloso e hipnótico de Jean Pierre-Melville pero con paradas en, por ejemplo, una versión low-fi del mejor Michael Mann o incluso en el Parker de las novelas de Richard Stark (aka Donald Westlake). No descubre la pólvora pero está realizada con total convicción, sin pretensiones posmodernas ni intención mimética.
14/10/2011. Cometieron dos errores, Ted Post, 1968, USA
Cojitranco híbrido entre el bullicioso spaghetti-western del cual Eastwood provenía y el ya declinante western clásico en el cual pretendía integrarse dirigido ya para la Malpasopor el yes man de turno, en este caso un Ted Post que tampoco es que tenga demasiados títulos mucho mejores. Pese a su vulgaridad general, a que el astro no se encuentra especialmente inspirado como actor y a que la duración resulta insufrible deja algunos buenos momentos (toda la larga parte dedicada a los pormenores de la séxtuple ejecución, una ácida mirada a la espectacularización de la muerte) e incluso apunta hacia reflexiones entorno al sentido contrapuesto de la ley y la justicia o el peso de la violencia sobre las cuales Eastwood regresará. Por lo demás su soberbio reparto de característico ameniza en lo posible el invento.
15/10/2011. Ruta suicida, Clint Eastwood, 1977, USA
Fábula de acción desmesurada, paródica y delirante con un Eastwood satirizando con mala idea a su Harry Callahan, ahora un policía de Phoenix borrachuzo, corto de luces y más bien necio elegido por sus corruptos superiores para trasladar a un lenguaraz prostituta, testigo de un juicio contra la mafia, con la seguridad de que será fácil eliminarlos por el camino. El conjunto, alegremente inverosímil y gozosamente destrozón, aparece como uno de los trabajos más extravagantes del cineasta, que manipula su imagen a voluntad dentro de unos parámetros casi de cartoon, que igualan screwball comedy en clave soez y película de carretera bajo el manto de un subgénero que bien podría conocerse como “por mis cojones”.