Aun recuerdo la primera vez que abrí un libro de cocina. Tenía 14 años y fue el Gran Libro de la Repostería Everest, el primer gran libro de repostería ilustrada para todas las ocasiones. También recuerdo cual fue la primera receta que hice, (el Pastel de Miel Árabe muy similar a la Tarta Florentina). Ese fue mi primer contacto directo con la cocina.
No sé muy bien, ni cómo ni por qué me dio por abrir aquel libro, y menos aun ponerme a hornear ese pastel, lo que sí recuerdo es que la heladería de mi pueblo hacía y comercializaba la Tarta Florentina y yo puede que quizás repasando el viejo libro la viese entre sus páginas y como me gustaba tanto pues me animé y la hice.
Desde aquel día ese libro se convirtió en mi “mentor culinario” ¿qué quiero decir con esto? simplemente la influencia que puede llegar a tener un libro sobre nuestras vidas. El Everest era mi compañero de fatigas, sus recetas se me resistían, y era normal! Yo con 14 años que en mi vida había frito un huevo y tirarme de cabeza al río con recetas y técnicas elaboradas y sofisticadas para un amateur pues no era de extrañar que a veces en lugar de tartas me saliesen churros o truños por llamarles de alguna manera. Aunque como uno es tan tozudo “como la madre que lo parió” pues erre que erre las recetas fueron saliendo y las técnicas me las fui aprendiendo a golpe de equivocarme. Que mejor manera de aprender, sabiendo lo que ya no debes hacer y el por qué no debes hacerlo.
El paso siguiente fue matricularme en la Escuela de Hostelería, el siguiente lanzarme al mundo laboral, el siguiente hacerme el blog y el siguiente... ¡ya veremos! El caso es que hoy voy a homenajear al libro ese, porque se lo merece, porque es una gozada como trata cada receta, porque sino hubiese estado en mi casa quizás yo hoy tampoco estuviese aquí publicando recetas en el blog y porque me da la gana que para eso hoy es el DÍA INTERNACIONAL DEL LIBRO.Dice un proverbio árabe que... UN LIBRO ES COMO UN JARDÍN QUE SE LLEVA EN EL BOLSILLO. Pues hoy voy a compartir con vosotros la mejor flor del jardín la mejor receta del libro. Receta que como he dicho anteriormente la he sacado para rememorar viejos tiempos y hacerle un homenaje al Everest y a mis principios.Os propongo un trozo de Al-Andalus en vuestra mesa, una receta exclusiva, rápida y riquísima que se conserva en perfecto estado durante varios días y queda perfecto para servir ya sea de postre, en el desayuno o en la merienda. La gastronomía árabe es una de las más dulces del mundo, desde antaño han usado los mismos edulcorantes naturales, miel, almíbares, azahar que junto con el uso de especias y frutos secos son capaces de sumir a cualquiera en el más profundo de los placeres que supone la buena mesa.La base es un bizcocho de cocción sencilla como la de cualquier otro bizcocho que sólo nos plantea un inconveniente; acertar cuál es el momento idóneo para interrumpir la cocción antes de que el bizcocho esté terminado, para añadirle la cobertura de miel y almendras de modo que los últimos minutos se cuezan ambos en conjunto. Ésto que en un principio parece fácil, si no se le tiene el punto cogido puede resultar un handicap importante, pues ya sabéis que interrumpir la cocción de cualquier bizcocho antes de tiempo puede dar lugar a que se nos venga abajo y quede asqueroso. Pero como eso ya me pasó a mí hace 16 años varias veces pues la duda está resuelta.
INGREDIENTES
Para el bizcocho.75 gr. de margarina3 huevos125 gr. de azúcar1 cucharadita de vainilla en polvo3 cucharadas de nata líquida150 gr. de harina½ bolsita de levadura Royal Para la cobertura.200 gr. de margarina160 gr. de azúcar160 gr. de miel4 cucharadas de nata líquida300 gr. de almendras laminadas½ cucharadita de canela molidala corteza de ½ naranja ralladaELABORACIÓN Para el bizcocho.Untar con margarina y harina un molde desmontable de 28 cm de diámetro aproximadamente y calentar el horno a 180ºC.Derretir la margarina al micro. Montar los huevos con el azúcar con ayuda de un batidor hasta obtener una mezcla espumosa e incorporar la margarina tibia y la nata. Tamizar por encima la harina junto con la levadura e incorporarla con movimientos envolventes de abajo arriba. Con suavidad. Introducir la crema en el molde enmantecado, dar unos golpes secos para que salgan las burbujas de aire, alisar e introducir al horno a altura media durante aproximadamente 15 minutos. Para la cobertura.Mientras se hornea el bizcocho, en los 15 minutos previos haremos la cobertura. Esta cobertura es deliciosa y puede emplearse para otro tipo de bizcochos o magdalenas, etc.Derretir la margarina en una cacerola, agregar el azúcar, la miel, la nata, las almendras, la canela, y la ralladura de naranja. Dar un hervor rápido sin dejar de remover. Cuando veas que tu bizcocho empiece a dorarse superficialmente, querrá decir que ya se habrá asentado su estructura inicial y podrás abrir el horno sin riesgo a que se desplome (eso puede ser a los 15 minutos o algo más de tiempo, dependiendo del horno).Entonces, abre el horno, con rapidez y destreza retira un poco la bandeja y vierte la cobertura sobre el bizcocho delicadamente hasta recubrirlo por completo (no lo hagas de golpe pues el peso de las almendras se hundiría sobre el bizcocho aun caliente y aunque quedaría rico no quedaría vistoso).Cuece otros 10-12 minutos para que la cobertura tome color acaramelado, después desmolda y déjalo enfriar sobre una rejilla.Buen provecho. JOSÉ LÓPEZ