Revista Cine
(Dirigido por Eduardo Mendoza – Perú 2011)
Para amar se necesita tener alma.
El Diablo (Leonardo Torres) observa en un bar al Trovador (Giovanni Ciccia), un tipo que goza escuchando los boleros que cantan en vivo una dama entrada en años, pero apetitosa como el buen vino. El Trovador tiene un sueño: escribir un bolero inmortal, un bolero que sea imborrable como el primer acto de amor o como la más dulce de las caricias o como el más salvaje de los besos. Para escribir un bolero o lo que sea, se necesita una inspiración, el Trovador no tiene ni siquiera una musa.
A la salida del bar, el Diablo lo espera en su auto al Trovador, lo invita a conversar, le da un paseo por las calles y le propone así directo, sin preámbulos, su alma a cambio del “bolero de su vida”. El Trovador acepta y el Diablo se pone feliz. El Trovador quiere un papel con el bolero ya escrito, el Diablo le dice que él mismo se va encargar de hacerlo, pero primero debe encontrar una musa.
Esa misma noche, una chica tiene un accidente en su moto y el Trovador la ayuda, la recoge y la lleva a su casa. Ella se hace llamar la Gitana (Vanessa Terkes), una mujer bella que no quiere estar sola y que ha sufrido una decepción amorosa últimamente. El Trovador y la Gitana se hacen amantes y son felices. Todo cambia cuando el Trovador descubre que la Gitana le ha dicho mentiras acerca de su pasado y él lo que más valora en una relación es la sinceridad. Lo peor es que él todavía no termina de escribir su bolero y tiene que además de mentiras, aguantar los celos de ella hasta por la guitarra de él. Hay algo bueno en el Trovador, es un hombre maduro y no un mequetrefe cualquiera. Un final inesperado para muchos, esperado para mí por lo mismo me deja un buen sabor. Otra buena película peruana en este año 2011.
A Eduardo Mendoza su tercer largometraje ya lo agarra más cuajado. Esta vez nos cuenta una historia de amor con un matiz surrealista pero que al final se hace real y madura en la decisión importante que toma el personaje del Trovador. El acierto radica en el guión y el reparto. La historia es buena y los actores también porque se comprometen con dicha historia.
Leonardo Torres recuerdo haberlo visto hace muchísimos años por primera vez en “Nino” y ahí no más en el teatro actuando con su mamá, la gran Lola Vilar. Yo era un chiquillo pero siempre pensé que él era un excelente actor, tenía madera. Hoy no me sorprende verlo actuar tan bien e interpretando al vil Diablo, lo hace tan bien que uno se encariña con el personaje.
Giovanni Ciccia se encuentra en su salsa, como sabemos es líder de la banda de rock “Los Chabelos”, esa misma en la que interpreta canciones de antología y desenfado pero que ya está inscrita en la historia del rock nacional. El papel de un hombre apasionado por la guitarra, hasta el cuerpo de su musa es una guitarra (ojo con la escena del piano corporal), y la escena en que canta con “Los Morunos” (presten atención a la letra de la canción).
Vanessa Terkes es otra sorpresa, su papel de mujer apasionada, celotípica, sensual, seductora, intrigante, embustera, amorosa, cariñosa, niña, mujer, hembra, lo hace a la perfección.
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