Si ya os hablamos del grupo Paraguas cuando os resumimos la visita a Amazónico ahora vamos a probar un local del grupo Larrumba: Perrachica. El concepto es parecido, cuidada decoración, buen servicio y cocina de calidad. Lo negativo también es similar, cartas muy parecidas y sensación a más de lo mismo aunque en Larrumba la carta es bastante más barata y el ticket medio ronda los 30€ (en Paraguas la media es de 60€ por cabeza).
Perrachica es un local inmenso pero con decoraciones de estilo colonial que busca tener zonas acogedoras. La carta se autodefine como cocina del mundo ¿esto qué significa? pues que tiene lo mismo que la mayoría de los restaurantes de moda. La tendencia ahora es ceviche, steak-tartar y algo mexicano que no falte. Lo patrio lo representan con ensaladilla, croquetas y salmorejo. El sushi también ha sido un imprescindible (aquí no hay) pero poco a poco está siendo sustituido por el poke. Me aburro. En tooooodos los restaurantes de este tipo hay lo mismo. Aquí al menos hay una sección de arroces.
Eso si, la comida es buena. Siempre está todo perfecto. Nosotros empezamos la comida con un salmorejo y unas originales tostaditas mexicanas con ropa vieja y mole poblano.
Tacos de gambas al ajillo, picantes (14,9€)Costillas glaseadas, una preparación perfecta de la costilla. Otro plato de moda que cada vez encuentras en más sitio. Aquí las maceran con bourbon (23,9€)
Arroz seco en llauna de tinta de calamar y puntillitas fritas. Un arroz negro a la llauna. Meloso y bien preparado. La ración sale baratilla ya que, para dos, sale por 16,90€
De postre un "Feliz cumpleaños", una tarta de galleta María, con chocolate y Lacasitos (6,9€)
La cuenta completa, con la bebida (coke, blanco y agua) y un café fue de poco más de 90€. Un precio más que apañado para 4 comensales. Si estás por la zona y quieres comer bien en un sitio bonito Perrachica es una buena opción además, si vas antes de las 13:30 también tienes carta de brunch. Pero si ya has comido en sitios de este estilo o no andas por la zona, no merece la pena el desplazamiento porque no encontrarás allí nada que te pueda sorprender.