Revista Cultura y Ocio
Pete no es mi tipo para nada y sin embargo me tiene enganchada.
Pete es alto, americano, rubio, campechano y con cara de ser feliz permanentemente. Habla con los árboles, lleva chalecos acolchados, es un cursi de tres pares de narices y dice muchísimo "oh, esto es hermoso". Son todo características que en cualquier otro ser humano me harían salir corriendo despavorida en dirección contraria agitando los brazos y perdiendo los zapatos, pero Pete tiene algo que compensa todos esos despropósitos y que hace que si lo conociera en persona me abalanzara sobre él.
Pete construye casas en los árboles.
Casas de verdad, unas casas acojonantes. En árboles de verdad, árboles grandes en medio de bosques preciosos. Casas preciosas para vivir en un árbol. Amo a Pete.
Pete hace esto en un programa de televisión superadictivo en el que en una combinación letal enseña bosques acojonantes, abraza árboles, dice "oh ¿no es hermoso? " y dibuja los bocetos de las casas preciosas.
El programa es siempre igual pero eso a mí no me importa. Quiero a Pete y sus casas.
Pete vive en el estado de Washington que por si alguien no lo sabe está en la punta oeste de Estados Unidos. Normalmente el programa empieza con Pete fingiendo hacer algo interesante: galletas, escribir, leer o mirar al vacío. Menos las galletas, todo lo demás lo hace tumbado en unas redes gigantes que tiene colgadas entre los árboles de su jardín.
Su hija o su mujer le sacan de su ensimismamiento creativo al grito de: ¡Ha llamado un cliente! - ¿Un cliente? ¿De verdad?- Pete, por alguna extraña razón no se fía de su familia. -¡Si! y quieren que les hagas una casa en el árbol.- gritan ellas emocionadas. - ¿Una casa en el árbol? ¿De verdad?.- A ver Pete...eres el tio que construye casas en los árboles..¿para qué te iban a llamar? - ¡Si!! ¡ De verdad!.- - ¡Oh, esto es hermoso! gente que quiere que le construya una casa...que emocionante.- Pete es siempre así, no tiene memoria a corto plazo y no recuerda que es a eso a lo que se dedica. - ¿De dónde era el cliente?- pregunta mientras se baja de la red como un trapecista de circo pero con su chaleco acolchado donde pone "Tree Master". - Del estado de Nueva York.- contesta su hija. - Ah...Nueva York ¡qué hermoso!.- A Pete todo le parece hermoso. Lo que a mí me deja flipada sin embargo es que no diga ¿Nueva York? Pero si eso está a tomar por culo, exactamente a 4.500 km. Una distancia absurda para que te llamen para un trabajo, es cómo si te llaman a Madrid para que vayas a hacer algo a Moscú. Y yo pienso ¿No hay más constructores de casas en todo Estados Unidos? Pero vamos que a Pete le parece cojonudo hacerse 4.500 km para ver a un cliente...le parece hasta hermoso. - ¿Y qué presupuesto tienen?.- pregunta Pete con los pies en la tierra y saliendo un poco de su mundo de luz y color. - 180.000 dólares.- contesta la hija impertérrita.
Pete no dice nada a esto pero yo grito en el sofá ¿ 180.000 $ PARA CONSTRUIR UNA CASA EN EL ÁRBOL??? QUIERO SER LA HEREDERA DE PETE.
Pete luego aparece conduciendo mientras se reafirma en la suerte que tiene: "Estoy feliz porque estos clientes quieren una casa en un árbol, no hay nada como una casa en un árbol...¡oh qué hermosos árboles veo por aquí!"
Pete no dice nada de los 180 mil dólares pero supongo que también está un poco feliz por la pasta que se va atufar.
Llega a la casa y allí le reciben siempre como si fuera Santa Claus.
- ¡Oh Pete! Has venido! ¡Qué ilusión que hayas venido!.- dice la pareja de los 180 mil dólares. Tener tanto dinero parece que les ha hecho olvidar que Pete ha venido porque le han llamado...no porque se haya dejado caer por allí. - ¡Si! Aquí estoy qué hermoso es todo.- Pete tiene razón...la joven pareja tiene una "segunda residencia" acojonante en medio de un bosque increíble. - Si, nos gusta mucho pero querríamos una casa en el árbol. Una gran casa en el árbol para nuestras dos hijas y para poder recibir a nuestros amigos y hacer barbacoas. - ¡Oh qué estupendo! Una barbacoa.- A mí, lo de la barbacoa me perturba...no me parece la mejor idea subirte a un árbol (de madera) y hacer fuego a 7 metros de altura rodeado de ramas de madera...pero a Pete le parece cojonudo. El cliente siempre tiene la razón.
Tras este diálogo tan inteligente, Pete y la joven pareja se van a pasear por los jardines de la casa que por supuesto son gigantes y están llenos de árboles enormes, preciosos y superchulos. Pete hace un paripé fabuloso en el que va diciendo "oh aquí tenéis un enorme y precioso roble blanco...pero no haremos la casa en él porque simplemente es perfecto y no le oigo pedírmelo" o "estos pinos blancos son maravillosos pero son ya ancianos y es mejor que el final de su vida lo disfruten"...hasta que de repente se lanza corriendo hacia unos árboles y dice "No me puedo creer que tengáis estos maravillosos robles de poste...3 la distancia justa que necesitamos para una hermosa y magnífica casa en el árbol. La veo. Los árboles me han hablado". Si le pones un corpiño y música de fondo está igualito a Julie Trinos en Sonrisas y Lágrimas.
(Me río siempre en esta parte, aunque el mejor día fue el que hizo el paripé con unos árboles y el dueño llego y le dijo " Si, Pete ese árbol es muy chulo pero está fuera de los límites de mi propiedad" )
Pete hace entonces unos dibujos superchulos de como ha pensado que va a ser la casa: una escalera para subir a la pasarela, luego un puente colgante de 12 metros y luego una casa con mirador, dormitorio, una pequeña cocina y una terraza para sentarte a ver atardecer sobre el bosque de tu jardín. LA QUIERO.
La joven pareja da palmas con las orejas y se pira.
Pete llama entonces a su cuadrilla de trabajadores (todos bastante noruegos) y empieza entonces la parte más aburrida del programa. Es la parte que justifica que este programa vaya en el canal de machotes Discovery Max. Se ponen a construir la casa, se suben a los árboles, tiran poleas, ponen pernos, ajustan tornillos. Llega siempre el camión con todo el material y se queda atascado en el barro. Siempre hay algo que misteriosamente no ajusta pero Pete lo soluciona mientras dice "¿No es hermoso como va surgiendo la casa como si siempre hubiera estado ahí " y suspira. Aquí siempre sale una motosierra y Pete llora porque tienen que cortar una rama...
La joven pareja vuelve a ver cómo van las obras. Pete los subo a 7 metros de altura y les dice
- ¿Qué os parece? ¿No es hermoso?
Ellos tienen cara de querer vomitar del vértigo que tienen pero les da miedo desilusionar a Pete que está tan emocionado y le dicen: ¡ohhh..es hermosísimo!! y se van.
Cuando los aguerridos noruegos de Pete han terminado de montar la casa y se van más felices que perdices. Pete llama a unas curris que vienen con todo tipo de muebles y cosas de Ikea y dejan la casita en el árbol preparada para lo que sea: los muebles, las alfombras, las camas, los platos, las mesas, los adornos...absolutamente todo preparado. Una pasada.
Pete entonces, a medio camino entre sufrir un síndrome de Stendhal o llegar al orgasmo, recibe a la joven pareja y los conduce al pie del árbol obligándoles a mirar el suelo.
- ¡Ya podéis mirar! - ¡¡ohhhhhhh!!- ¿No es hermoso?? - Es lo más hermoso que hemos visto nunca...es maravilloso, alucinante. Oh Pete eres el mejor, has hecho realidad nuestros sueños.
Pete alcanza entonces el orgasmo, monta a sus noruegos en la furgoneta y se pira contando a cámara que es más feliz que una perdiz porque hacer casas en los árboles es lo mejor que puedes hacer en la vida porque los árboles son hermosos.
De los 180 mil dólares no dice nada...pero sospecho que esto también le hace un poquito feliz.
Menos mal que Pete no es noruego...me tendría a su merced.