Revista Cocina

Pinguinos de Madagascar

Por Sonsoles2011

Pinguinos de MadagascarEstos pinguinos no sólo sorprenden a los más pequeños, también los mayores se quedan con la boca abierta cuando ven a estos pequeños pinguinos en una mesa de celebración, sobre todo al pensar   lo que puede llegar a hacer una madre para que coman sus hijos… aunque en mi caso todavía es muy pequeño para comérselos, pero no para mirarlos y desear coger a uno de ellos!

Aunque parezcan difíciles de hacer son muy fáciles, pero eso sí, tendremos que dedicar unos minutos a unir las piezas de este puzzle comestible.

Empecemos:

Para elaborarlos vamos a necesitar:

  • huevos de codorniz
  • aceitunas negras sin hueso
  • pimientos de piquillo en tiras
  • zanahoria
  • palillos
  • paciencia

Preparación:

Lo primero que vamos a hacer es cocer los huevos de codorniz en un cazo con agua y sal (para poder pelarlos mejor), dejándolos cocer 7 minutos a fuego medio,  a partir del primer hervor. Pelarlos bajo un hilito de agua fría del grifo y reservar.

Ahora vamos a pelar la zanahoria y a cortar rodajas de medio centímetro aproximadamente de grosor y le vamos a cortar un poco a cada rodaja, como si fuera un mini quesito, porque las usaremos para darle forma a las patas y al pico.

A esas mini porciones de zanahoria le vamos a quitar un poco de los laterales, para que el pico pueda entrar en la cabeza, que sería una aceituna negra sin hueso.

Cortamos en tiras los pimientos de piquillo.

Repasamos: tenemos por un lado los huevos de codorniz cocidos, las aceitunas sin hueso y con el pico de zanahoria insertado, el pimiento cortado en tiras para formar la bufanda y la base de los pinguinos que son las rodajas de zanahoria en forma de patas.

Ahora sólo tenemos que coger unos palillos y primero pinchar la cabeza (la aceituna con el pico de zanahoria), después pincharemos las tiras de pimiento (la bufanda),  el huevo de codorniz (el cuerpo) y finalmente la rodaja de zanahoria al que le hemos cortado la mini porción (las patas).

Y ya están listos para nadar… en nuestras bocas, claro está.

Las cantidades dependerán de los invitados que tengamos en casa y de las veces que querrán repetir.


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