Polenta, un ingrediente versátil

La polenta es un plato de origen italiano, pero cuyo consumo se extendió entre sus países vecinos. Poco a poco ha llegado también a nuestras mesas. Os contamos un poco más sobre esta receta, elaborada a partir de harina de maíz cocinada.

polenta simple

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Nació en el norte de Italia, pero pronto pasó a formar parte de otras gastronomías como la austriaca y la eslovena. En época antigua se preparaban potajes a partir de harina para dar fuerzas a las legiones que luchaban por el Imperio romano. A este plato se le conocía como pullmentum, de ahí evolucionó el nombre a pullenta hasta el actual polenta. Sin embargo, para que la polenta tal y como la conocemos se empezara a fabricar habrá que esperar hasta el Descubrimiento de América y la posterior llegada del maíz a tierras europeas. En el norte de Italia su cultivo se extendió en el siglo XVIII y fue a partir de ese momento cuando se desarrolló este plato.

La polenta se puede elaborar a partir de harinas de varios tipos, pero la fabricada a partir de maíz es la más consumida en Europa. Se puede consumir en forma de puré, acompañando algún pescado o alguna carne. Tendrá ese color amarillo que la caracteriza. Es un ingrediente de sabor bastante neutro con ligero un toque de maíz, que capta muy bien los matices de las salsas y de los caldos. También tolera que se le añada aceite o mantequilla, consiguiendo ser más jugosa.

Otra opción para consumirla es hacerla de manera que quede como bloque. Si es lo suficientemente consistente, se puede freír e intercambiar en la mesa por unas patatas fritas. El cambio puede sorprender a los comensales y será una manera original de servirla. Igualmente otra opción donde se integra muy bien es en repostería y dulces.

Para que la preparéis y probéis os dejamos esta receta de polenta básica. Es muy sencilla y os quedará más sólida o cremosa, dependiendo de la cantidad de líquido que uséis para elaborarla. Una vez cocinada, la podéis servir con carne.

¿Quién se anima?