Esta receta de pollo la preparé este verano con mi tía y estaba riquísima. El fallo fue que lo hice con el pollo muy troceado y quedaron astillitas de los huesos. Hubiese sido mejor con pollo deshuesado, pero bueno, a gusto de cada cual.
Se me han juntado estos días tres premios de tres estupendos cocineros y personas, así que este plato se lo dedico a cada uno de ellos con todo mi cariño. Ellos son: Ana (La cocinera de Bétulo) por el premio "Princesa", Filo (Mis mejores cosas) por el premio "Buenas tardes", y el último, y no por ello menos importante, El Brecha (El caldero bastardo) por el premio "Sunshine Award". Muchísimas gracias a los tres por pensar en mí a la hora de repartirlos!
- Limpiar y trocear 1 pollo en trozos para guisar. Salpimentar, espolvorear con tomillo y macerar durante dos horas con zumo de limón. Escurrir y freír en una sartén con aceite. Pasar a una cacerola y echarle una copa de brandy.
- En el mismo aceite de la sartén, freír 2 dientes de ajo a láminas, 1 cebolla en juliana y 2 zanahorias a rodajitas finas. Incorporar al pollo y poner al fuego, que se evapore el alcohol. Cubrir con agua, echar sal, perejil y una hoja de laurel y dejar a fuego suave una media hora.