Pollo con salsa de soja y miel

Hoy hace justo una semana que la tierra tembló de forma terrible en Japón.

Si todas las tragedias son terribles, cuando te tocan un poco de cerca son todavía peores; y cuando el viernes pasado escuché la noticia del terremoto, lo primero que se me vino a la cabeza fueron mis amigos de Japón, Hiro, Shingo y Aki; con Hiro y Aki ya he hablado; con Hiro ya he hablado y tanto él como su familia están bien; Aki sigue en San Francisco y su familia de  Japón también está bien; pero con Shingo no he podido hablar, le he llamado  y no contesta a mis correos; sólo espero que sea porque las líneas telefónicas están estropeadas y que pronto tenga noticias suyas; porque ninguno de los 4 sabemos nada de él.
A los 3 los conocí cuando viví en San Francisco y la verdad es que las clases de la universidad no hubieran sido lo mismo sin Hiro y Shingo, lo que me podía reír con ellos; su ilusión era venir a España algún día, y el sueño de Shingo era convertirse en profesor, en Japón esa es una profesión muy respetada y con un gran prestigio social; y el de Hiro era... seguir siendo un eterno adolescente viviendo en una fiesta constante.
Con Aki desde el primer momento tuve muy buen feeling, todavía recuerdo la primera vez que la vi, con una apariencia tan frágil, y siendo una mujer tan fuerte. Cada vez que íbamos a comer a su casa, se pasaba horas y horas cocinándonos platos tradicionales japoneses, ella me enseñó que la gastronomía japonesa abarca mucho más que shushi; así que la receta del hoy, quiero que sea un homenaje a ellos, a mis amigos japoneses, en especial a Aki, que fue quien me enseñó a cocinar "chicken with soya and honey sauce".

Para esta receta necesitamos carne de pollo, da igual que sea pechuga o muslo, yo suelo hacerlo con filetes de contramuslo, porque me parecen más jugosos, un poquito de salsa de soja, un poquito de miel, y semillas de sésamo.
Lo primero que hay que hacer es en una sartén, marcar un poquito el pollo, no hace falta hacerlo del todo, porque luego vamos a terminar de cocinarlo con la salsa.
Ahora mezclamos la salsa de soja con la miel y lo dejamos al fuego hasta que se disuelva la miel, y ponemos el pollo para que se vaya haciendo con la salsa; al final tiene que quedar la salsa como una especie de caramelo.
Cuando ya esté listo, lo ponemos en un platito y le ponemos unas semillas de sésamo por encima.... la combinación de la salsa de soja con la miel, está rico, rico
¿Qué os ha parecido la receta de hoy? ¿os gustan los platos agridulces?