Por Olga Lucero. Integrante Colectivo Ninguna Santas.
Detalle de ‘El éxtasis de Santa Teresa. Gian Lorenzo Bernini (1645-1652)
El lugar que las mujeres habitualmente ocupan en las artes plásticas es el de ser representadas, servir de musas inspiradoras a artistas plásticos apasionados, brillantes, creativos, curiosos, pícaros, naturalistas, humanistas, lunáticos.
Mujeres modelos, quietas, estáticas, hieráticas, virginales, sensuales, pícaras, lúdicas, posan. No hacen nada. Están para ser miradas, ser representadas, inmortalizadas.
Leo la publicación “Las mujeres más bellas de la pintura” de Rebo International, editorial alemana, popularizada en Argentina a través de la inefable revista Viva, suplemento dominical del gran diario argentino, publicación llena de lugares comunes, dice: “Como en toda creación, la mujer ha sido la musa indiscutible del arte” y agrega “Casi ninguno de los grandes maestros de la historia de la pintura resistió la tentación de inspirarse en alguna dama” (prólogo) y hay más “Leonardo exploraba, a través del lenguaje del cuerpo, los estados del alma de cara al lienzo (…).”
La Editorial Rebo, hace un relevamiento de obras pictóricas desde el Renacimiento hasta el Siglo XX y menciona que entre 119 pintores varones , sólo 2 artistas plásticas son mujeres.
Magdalena penitente. Caravaggio (1598)
De 119 representaciones de mujeres, 48 mujeres están desnudas y entre ellas, los motivos más frecuentes son: Eva, Afrodita, Venus, Atalanta, ninfas, dríadas, nereidas, las tres gracias, muchas mujeres anónimas, cuya identidad fue ocultada deliberadamente por los artistas. Investigaciones revelan que se trata de amantes de, concubinas de. Muchas de las modelos que posan desnudas son prostitutas. Dos son las mujeres de los artistas (Courbet y Dalí). Otras comenzaron siendo discípulas o las musas de los pintores y ellos “acabaron por hacerlas sus esposas.” Esos textos, que acompañan cada reproducción, sugieren que ninguna mujer decente posaría desnuda sino mantiene una relación íntima (o comercial) con el pintor.
Magdalena svenuta Guido Cagnacci (1663)
¿Por qué casi la mitad de “Las mujeres más bellas de …” está desnuda?¿Por qué una mujer posa desnuda? ¿Desde cuándo las mujeres somos representadas desnudas? ¿Desnudas y gozando? ¿Hay representaciones de mujeres gozando? No hay mujeres gozando en esta publicación, y en la única pintura en que un goce es aludido, está acompañada de un varón, su pareja.
Una rápida mirada por la iconografía universal en el género desnudo femenino nos revela que siempre acontecen en ambientes del orden de lo privado: habitaciones, recámaras, salas, antesalas. Y si sucede en exteriores nunca es en un ámbito público, es en escenarios naturales –bosquecillos, ríos, prados, llanuras o mesetas-. Son escasos los desnudos urbanos.
Si relevamos las expresiones de las mujeres, podemos trazar un arco que va desde la introspección intimista, el gesto cándido a –la máxima transgresión permitida- la mirada hacia el frente acompañada de gestos de sorpresa, candidez o picardía.
El fenómeno del éxtasis. Salvador Dalí (1933)
Hay escasas representaciones mujeres gozando solas, entre las “obras maestras del arte” a excepción de El éxtasis de Santa Teresa, de Bernini, y dos pinturas de María Magdalena una de Caravaggio otra de Cagnacci -éxtasis místico, claro- y el collage poco conocido de Dalí.
¿Qué significó la representación de Cristina Fernández de Kirchner en éxtasis? Más allá de lo que haya querido decir o hacer Noticias con esa tapa. ¿Qué significó?
Fragmento video “Un mensaje más” Rockadictos (2012)
A muchos y muchas nos pareció sumamente violenta. Se habló de violencia de género. Pienso en las revistas que en sus portadas muestran fotos de mujeres con gestos provocativos o poca ropa. Hay muchas personas, hombres y mujeres que quieren ver a esas figuras y pagarían por verlas. Y lo hacen.
¿Son muchos los argentinos y argentinas que queremos ver a CK en éxtasis? Yo no quiero. Por eso me pareció violenta. Y no se trata de pudor. No. No me imagino ni quiero ver a la panadera que me vende el pan todos los días en sus momentos más íntimos. Ni a la maestra de mi hijo. Me resultaría violento. Tan violento como ver una imagen de cualquiera de estas mujeres públicas limpiando su baño. ¿Es esto lo que molestó? ¿La banalización de la política, la farandulización de la política? ¿La confusión de lo público con lo privado?
Lo que parecía impensable o irrepresentable fue tapa de Noticias. Y hubo un enorme malestar.
Que la editora de la revista se excusara diciendo que no fue una fotografía sino un dibujo, es una anécdota acerca de su ignorancia sobre el poder de las representaciones en general y de las imágenes en particular. Porque fue la tapa lo que molestó, la imagen de la tapa, no lo que decía, no lo que se argumentaba o se investigó. ¿Alguien leyó la nota de tapa? ¿Importó acaso que la ilustración de tapa proviniera de un video musical de una banda de rock? ¿Alguien vio el video de rockadictos? En otras palabras no hacía falta leer el interior, la tapa lo dijo todo.
¿Qué dice entonces todo esto sobre nosotros y nosotras? ¿Qué es lo que es posible representarnos –pensar, imaginar, decir- hoy? ¿Cuáles las fronteras de lo decible y enunciable? ¿Qué imágenes podemos aceptar, tolerar? ¿Qué imágenes nos acosan, nos persiguen? ¿Cuáles de estas imágenes pueden ser representadas públicamente?
La tapa de Noticias, por ser un dispositivo gráfico que anuncia/ incita/invita a los potenciales lectores acerca de lo que encontrará en el interior de la revista, por definición impacta, provoca y seduce. Pero al mismo tiempo violenta y acentúa estereotipos.
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